Leo, el famoso felino de los estudios Metro Goldwyn Mayer (MGM), rugirá para su nuevo amo, Amazon. El gigante tecnológico firmó la compra de uno de los pilares de Hollywood desde la era silente por 8.450 millones de dólares. La transacción afianza una nueva era del mercado del streaming y sigue a la fusión de contenidos que hizo AT&T, dueña de Warner, con Discovery. La compañía de Jeff Bezos integrará a su plataforma Amazon Prime Video una potente biblioteca de 4000 títulos que incluyen dos de las franquicias mejor valuadas de la industria cinematográfica, la de James Bond y la de Rocky, que ha sabido continuar la saga de Sylvester Stallone con Creed.
En el comunicado oficial, la compañía de Jeff Bezos afirmó: «Amazon ayudará a preservar el legado y el catálogo de MGM, y proveerá un mejor acceso a sus clientes a sus obras. A través de esta operación, Amazon le dará mayores medios a MGM para continuar haciendo lo que hace mejor: contar historias».
Los estudios MGM le saldrán caros a Bezos. La compañía de entretenimiento estaba cotizada en 5.500 millones de dólares en diciembre, pero los rumores del interés de la tecnológica, que buscaba expandir su oferta de contenidos para los 175 millones de abonados en su plataforma global, hicieron que se elevaran los precios de las acciones. Es la segunda transacción más cara para Amazon después de la adquisición de la cadena de supermercados orgánicos WholeFoods en 2017.
El mítico estudio, nacido en 1924 y conducido a la fama por el productor Louis B. Mayer, ha sido siempre una de las piezas más codiciadas del sector, una de las majors originales. La compañía había escuchado desde hace décadas decenas de ofertas de compras y fusiones. Kirk Kerkorian, el magnate de casinos , la vendió y recompró tres veces. También fue él quien integró al estudio en 1981 a United Artists, otro pedazo de historia de Hollywood desde que fuera creada por algunos de los creadores y estrellas más importantes de los inicios del cine sonoro: Charles Chaplin, Douglas Fairbanks, Mary Pickford y el director D.W. Griffith.
En el nuevo milenio, Time Warner y Sony mostraron interés en MGM y estuvieron cerca de cerrar el trato en septiembre de 2004. Las negociaciones fracasaron porque su precio se consideró demasiado alto, más de 5.000 millones de dólares de entonces. En 2018, Gary Barber, otro veterano de Hollywood que relevó a Kerkorian tras su muerte en 2015, exploró la posibilidad de vender la compañía a Apple por 6.000 millones de dólares. Barber fue despedido por la junta de inversionistas por haber emprendido las negociaciones por la libre y demasiado temprano. Los analistas creían que esperar un par de años más podría haber apreciado el valor de la compañía sobre los 8.000 millones.
Ese tiempo llegó. A fines de 2020, el fondo de inversión neoyorquino Anchorage Capital Group, dueño mayoritario de las acciones de MGM, se acercó a los bancos de inversión Morgan Stanley y LionTree con un mensaje: estaban listos para vender. El estudio, ubicado en Culver City, cuenta con más de 170 premios Oscar, 12 de ellos de la categoría mejor película. Pero MGM se había convertido en un lastre para Anchorage, que había visto reducir sus ingresos en un año donde la pandemia forzó a retrasar los proyectos de cine y televisión.
La Metro, como es conocida popularmente, ya no es propietaria de muchos de los clásicos de Hollywood que le ayudaron a forjar su nombre: Lo que el viento se llevó y El mago de Oz, por ejemplo, están en manos de WarnerMedia, a su vez propiedad de AT&T. Estas películas, junto a otros cientos de títulos anteriores a 1948, fueron compradas hace décadas por el magnate Ted Turner para echar a andar sus canales por cable programados con cine clásico, como TCM.
La franquicia de Bond, no obstante, es una de las marcas más valiosas en poder de MGM. Los estudios son copropietarios de los derechos junto a la productora Eon, vinculada a la familia Broccoli, creadora del espía británico. Las películas han sumado una taquilla mundial que supera los 7.000 millones de dólares y espera aún por el estreno de la última aventura de 007 con Daniel Craig, Sin tiempo para morir, que llegará en octubre próximo a los cines. Otro activo que pasará a manos de Amazon es la franquicia de ocho películas de boxeadores de la saga de Rocky Balboa y Adonis Creed, que han ingresado más de 1.000 millones de dólares (en nuestro país, la saga está disponible en Netflix).
En TV, la empresa ha producido también varios éxitos recientes, entre ellos la serie distópica The Handmaid’s Tale, interpretada por Elisabeth Moss, ganadora de premios Emmy (aquí se ve por Paramount+). Fargo, el spin off televisivo de la película de los hermanos Joel y Ethan Coen, también es propiedad de MGM, junto al drama Vikingos, que cuenta con seis temporadas y que ahora buscará futuro de mano de la Amazon de Jeff Bezos en la nueva era dorada del streaming.