Alfredo Naranjo es optimista. Caminó desde La Urbina hasta Los Cortijos para hablar del disco Be Jazz Sessions. No se nota cansado, pero pide agua. Es una mañana calurosa en Caracas.
El álbum es la obra de un cuarteto integrado por el percusionista Carlos “Nené” Quintero, el guitarrista Eddy Pérez, el bajista Carlos Rodríguez y el mismo Naranjo. “Teníamos muchas ganas de tocar juntos. Salió un trabajo para un cuarteto y llamé a Eddy para que se nos sumara como guitarrista. Quedó esa complicidad y los convoqué para hacer un concierto grande. Lo realizamos en el Centro Cultural BOD y una vez vacía la sala los productores nos propusieron, especialmente Yubirí Arráiz, grabar un disco en esa misma sala, pero sin público”, cuenta Naranjo.
Ahora, en ese mismo escenario será la presentación del álbum que se puede conseguir en varias plataformas digitales. En ese trabajo figuran como invitados el saxofonista Rafael Greco y la cantante Veruska Verdú.
Es la primera vez que los cuatro coinciden en un disco. Pero ya había una dinámica, la que desde hace un año mantienen en el Café Noisette de La Carlota, donde tocan cada jueves.
La mayoría de los temas de Be Jazz Sessions son composiciones de Naranjo, pero también hay versiones, como las que forman parte del medley que cierra la obra: “Brisas del Ávila” de Nené Quintero, “Infancia” de Gerry Weil y “Moliendo café” de Hugo Blanco. Además se puede escuchar “El navegante” de Frank Quintero, de la época de Los Balzehaguaos, perteneciente al disco Hechizo.
El álbum es una reunión de virtuosos en la que fácilmente los egos pueden salir a relucir, pero Naranjo dice que hay más virtudes. “Somos personas muy claras. Lo que a alguien le puede quitar la atención por ego, acá no sucede. Todos nos encargamos de cuidar y celebrar a nuestros compañeros. Nos celebramos mutuamente. Cuando las cosas pasan así en música o fútbol, hay que dejar igual a los equipos para que el avión siga a velocidad de crucero”.
—Habla de una época de esplendor, la de Vytas Brenner y demás músicos de esa generación. ¿Cuáles son los retos actuales?
—El ambiente musical ha cambiado mucho. Pero se mantiene el interés. Fíjate en que las entradas se han vendido muy bien, hay un público para este tipo de música. Pero en todos los países nuestro estilo tiene un público selecto. En Nueva York puedes ver a Génesis en el Madison Square Garden, pero si deseas escuchar a Wynton Marsalis, ganador del Grammy, vas a un lugar modesto. Uno es como un pirata del Caribe: corre el riesgo del rechazo o el desinterés al hacer esta música en estos tiempos. No es nuestra intención competir con figuras pop del momento.
—¿Qué proyectos tiene?
—Hay algo que no puedo especificar, pero grabé con una reconocida cantante internacional. Vibráfono y voz. Fueron dos canciones de Simón Díaz.
—¿Con cuál sentimiento relaciona a este disco?
—Es un álbum esperanzador, un mensaje de amor. Voy a citar a Mercedes Sosa: “¿Quién dijo que todo está perdido?/ Yo vengo a ofrecer mi corazón”. Con nuestro disco queremos dar un ejemplo de constancia, seriedad, exigencia. Para cerrar este trabajo contamos con una portada que nos cedió el artista plástico Juvenal Ravelo, que le da un carácter de intelectualidad y profundidad. Él me invitó a comer cochinillo. Nos tomamos una foto juntos y la coloqué en Instagram. Entonces, Yubirí tuvo la idea de pedirle una obra para que fuera la imagen del disco. Hablamos y me dijo que escogiera la que más me gustara.
—¿Cómo se mantiene con esperanza en estos momentos?
—He estado muy conmocionado. Hace unos días fue asesinado el guitarrista José Luis Lara. Poco después le robaron el carro a Cheo Hurtado de una forma muy peligrosa y él envió una nota de voz en la que decía que estaba bien, pero era muy conmovedora. Da dolor, sin embargo uno cosecha una suerte de resiliencia que da una fuerza enorme para colaborar por este país y tratar de erradicar tanto salvajismo.
Be Jazz Sessions
Centro Cultural BOD
Mañana, 7:00 pm
Entradas: Entre 161.207 y 334.811 bolívares