No hay nadie más buscado estos días en Hollywood que J.J. Abrams, el guardián de todos los secretos de Star Wars: The Rise of Skywalker y que, en entrevista, confesó que no habría vuelto a este universo de ciencia ficción si no le hubieran dejado tener su visión personal como director.
J.J. Abrams, que ya dirigió Star Wars: The Force Awakens (2015), es el cerebro detrás del filme que se estrenará el 20 de diciembre y que culmina la saga de los Skywalker con un elenco liderado por Daisy Ridley, Adam Driver, John Boyega y Óscar Isaac.
Encumbrado como una de las personas más influyentes del cine y la televisión, J.J. Abrams reflexionó sobre la tremenda expectación que rodea a una cinta envuelta en el máximo misterio y de la que los periodistas no han podido ver ni una sola escena.
—Esta película no solo cierra la tercera trilogía sino también la historia de nueve cintas sobre los Skywalker. ¿Qué sintió al verla terminada?
—Fue un poco agridulce. Han sido un par de años para nosotros, pero de alguna manera han sido 42 años. Star Wars: A New Hope se estrenó en 1977. Es un poco triste porque el guionista con quien trabajé, Chris Terrio, los productores, el equipo, el reparto, la gente de postproducción, de montaje, de efectos especiales son todos muy buenos.
Miles de personas trabajaron en esta película así que, aunque fue muy desafiante hacerla, me acostumbré a ampararme en ellos, a confiar en ellos, a estar en la trinchera junto a ellos. De ahí que decir, de repente, que ya has terminado es una experiencia muy surrealista. Estoy increíblemente feliz, pero también echo de menos cada fase del lío de hacer esta película.
—Usted es fan de Star Wars desde que era un niño y supongo que esa ilusión sigue dentro de usted. ¿Qué es lo que más disfrutó J.J. Abrams?
—Supongo que trabajar en una historia que te hace reír, gritar y llorar, y que abre posibilidades de lo que podría suceder en tu vida, quiénes podrían ser tus amigos, a quién podrías descubrir, de qué podrías ser responsable, qué tendrías que manejar. Es difícil encontrar historias que hagan todo eso.
Desde que tenía 10 años, Star Wars hizo todas esas cosas para mí. Y supongo que ser parte de alguna manera de ese mundo es algo que conecta con lo mismo que sentí como espectador, como niño, viendo Star Wars por primera vez.
—Star Wars es una de las historias más poderosas del cine, pero también es un enorme negocio con una gran industria alrededor. ¿Es posible encontrar su voz personal como director en una saga así?
—No habría vuelto para hacer esta película si ese no fuera el caso. Y esto es un elogio al estudio, que nos dio rienda suelta para contar nuestra historia.
Es realmente una oportunidad abierta para contar una historia que se siente relevante, conmovedora, emotiva, que es importante para nosotros y que esperamos que sea suficiente para merecer el tiempo de nuestro público. Si les gusta o no, siempre depende de los espectadores, pero nunca habría querido hacer esta película si estuviera restringida por intereses corporativos.
—La última entrega, Star Wars: The Last Jedi, tuvo tantas críticas positivas como negativas. ¿Cómo lidia con unos fans que, a veces, pueden resultar hirientes?
—No creo que lo que describas sea algo único de Star Wars. Hay una cultura de indignación y legitimación que está en cualquier lugar al que mires. Todo el mundo, por supuesto, tiene su opinión y, desde luego, es válida. Y algunas personas necesitan ser más ruidosas y efusivas en su indignación.
Pero ciertamente parece, en general, ya que esto no solo se aplica a Star Wars sino a muchas otras cosas, que hay una especie de normalización de la pose insultante y agresiva.
Hay mucho odio y parece que está en cada conversación. Obviamente, son solo como pequeños terremotos, pero sí es un aspecto desagradable de las redes sociales que todo el mundo sea como su radio y televisión de alcance universal.
—Kathleen Kennedy, presidenta de Lucasfilm, aseguró que su plan era que el séptimo episodio fuera un homenaje a Han Solo, Harrison Ford, que el octavo fuese para Luke Skywalker, Mark Hamill, y que el noveno pudiera ser un tributo a Leia, Carrie Fisher, fallecida en diciembre de 2016. ¿Cómo intentó encontrar el cierre perfecto para ella?
—Fuimos muy afortunados de tener escenas suyas que no usamos en The Force Awakens. Y, por supuesto, si Carrie hubiera estado aquí, habríamos hecho cosas que no pudimos. Estábamos limitados en lo que podíamos hacer y, aun así, creímos que podíamos contar la historia que queríamos. Utilizamos lo que teníamos de Carrie y escribimos las escenas a partir de ahí.
Fue divertido ir descubriendo maneras creativas de hacerlo, pero sobre todo fue desgarrador tener que hacerlo. Amaba a Carrie, la conocía de mucho antes de hacer Star Wars, así que no tenerla aquí fue muy triste.
—Hay grandes héroes y villanos en la saga de Star Wars, pero usted ha construido algo especial entre Rey, Daisy Ridley, y Kylo Ren, Adam Driver.
Eso es parte de lo que va esta película. Sin destripar nada, diría que la conexión que tienen Rey y Kylo Ren es muy única. Es una conexión dentro de la Fuerza que esta cinta examina de cerca. Es realmente la espina dorsal de la película y algo que estoy deseando que la gente pueda ver.
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