La magnitud de Canción animal, el quinto álbum de estudio de Soda Stereo, que hoy cumple 30 años, empezó a cobrar dimensión cuando la banda ajustó los últimos arreglos de «De música ligera». Surgió de una idea original desarrollada durante una larga prueba de sonido, antes de un concierto en Morelia, México, el trío definió el pulso pop del gran himno de estadios del rock hispanoamericano en la sala de ensayo. Y desde un primer momento intuyeron que la canción sería una bomba atómica. «Fue uno de los temas más instantáneos que tuvimos», dijo Gustavo Cerati en una entrevista. «Musicalmente, lo creamos los tres. La letra la escribí ahí mismo (en la sala), no entera, pero parte sí».
«De música ligera», como el resto de los temas de Canción animal, se grabó en Miami. De regreso en Buenos Aires, el grupo encaró la realización del videoclip con Alfredo Lois. En «De música ligera», Lois trabajó sobre una idea similar a la que había desarrollado Deep Purple veinte años antes en el clip de «Highway Star»: filmar a los músicos haciendo playback en un blue room para después en la isla de edición incorporar en el croma -un efecto de video con el que se pueden proyectar imágenes sobre un fondo de color azul o verde- diferentes imágenes digitales que remitían al Flower Power y la psicodelia.
El video de «De música ligera» se filmó la última semana de septiembre de 1990, durante tres jornadas en el estudio Del Picadero, que quedaba en el entonces Pasaje Rauch, a unos metros de Corrientes y Callao, detalla Marcelo Lorenzutti, que en aquellos años trabajaba como camarógrafo en la empresa de videocable VCC y fue invitado a presenciar el rodaje. Con una cámara VHS, Lorenzutti registró el backstage, imágenes que estuvieron 30 años inéditas. Son casi seis minutos de intimidad, en la que se puede ver al trío bromeando mientras hace playback, al periodista Gustavo Lutteral entrevistando a los músicos para canal 13, a Zeta tocando la batería de Charly en un momento de descanso, a la entonces novia de Cerati y musa inspiradora del concepto sensual y salvaje de Canción animal, Paola Antonucci, y al líder de Soda saltar en un gesto chaplinesco con unas fundas plásticas para calzados que se utilizan habitualmente en este tipo de estudios para no ensuciar la pintura azul del croma.»Esas imágenes aparecieron hace unos meses de casualidad, buscando videos familiares en mi archivo. Ni yo recordaba que existían», dice Lorenzutti a La Nación Argentina.
De muy buen humor -como puede comprobarse en el video del backstage-, con sus instrumentos habituales y un vestuario diseñado especialmente para la ocasión -a tono con las imágenes psicodélicas de la escenografía digital-, Cerati, Bosio y Alberti hicieron cuatro pasadas completas de playback bajo la atenta mirada de Lois. «Fue una grabación bastante agradable y rápida. Habíamos tenido una experiencia muy complicada cuando hicimos el video de ‘En la ciudad de la furia’, que tardó muchísimo en hacerse porque era en formato film, en el galpón hacía frío, la iluminación era crucial y tardábamos muchas horas entre cada toma», recuerda Alberti. «Pero este era un video con un concepto bastante sencillo, que era tocar el tema un par de veces y no mucho más que eso».
«Estaba todo realizado con un nivel de detalle pocas veces visto. Se notaba que estaban disfrutando un montón. Vi a un grupo de amigos en Soda Stereo que no volví a ver nunca más», recuerda Lorenzutti, que además grabó los primeros videos en vivo de la banda cuando tocaba en Prix D’ami y años después desde su trabajo como camarógrafo y realizador de programas como La Tv Ataca y El Rayo estuvo en contacto en varias oportunidades con los músicos.
La idea de las imágenes de flores proyectadas en el croma, diseñadas en la Commodore Amiga 500 por Gastón Goncálves -músico que unos años después se convertiría en bajista de Los Pericos-, tenía que ver con la atmósfera setentosa bajo la que transcurrían los temas de Canción animal. «En el disco había una referencia directa a nuestras influencias, las bandas de los 70 y del rock nacional con el que crecimos», dice Alberti. «Hablaba sónicamente con algo diferente a lo que habíamos hecho y marcaba lo que Soda siempre fue: un grupo inquieto y dinámico a la hora de buscar algo que fuera diferente para nosotros y, principalmente, que nos complaciera».
Más allá de la precariedad técnica de la época, la idea de Lois parecía funcionar a la perfección hasta que en la primera de las jornadas de filmación comenzaron a surgir algunos problemas.
Por un lado, cuando el director chequeó en los monitores las imágenes en video de las flores proyectadas en el croma descubrió que Charly parecía estar tocando parches de batería que flotaban en el aire. «No puedes poner una batería llena de cromados con un fondo de croma porque justamente al ser como un espejo, en el video final el efecto hace que desaparezca toda la estructura», explica Lorenzutti, que recuerda haber ido a comprar a una farmacia tres aerosoles de desodorante antitranspirante femenino, que producía un polvillo blanco, para opacar las partes cromadas de la batería y de algunos detalles brillantes de la guitarra de Gustavo.
Por otro, los parlantes con los que contaba la banda en el estudio a modo de referencia para seguir la pista sobre la que tenían que hacer el playback eran tan pequeños que, cuando Alberti tocaba la batería Remo, nadie podía escuchar la canción que sonaba de fondo como guía. «Me acuerdo que tenía el tambor original de esa batería que no usaba en vivo y le tuve que poner papel de diario adentro para que no sonara», dice Charly. «Es el día de hoy que todavía lo conservo bien guardado, con el mismo papel. No lo abrí nunca más».
La historia del hit de Canción animal es más o menos conocida. Lo primero que escribió Cerati, como era habitual en su método de composición, fue el estribillo: «De aquel amor de música ligera», inspirado en el título de la discoteca familiar «Clásicos ligeros de todos los tiempos». Después agregó la parte en la que hace referencia directa a la música: «Ella durmió al calor de las masas, y yo desperté queriendo soñarla». «Con Soda vivíamos en la sala todo el año, pasábamos inclusive sábados y domingos», dice Charly Alberti a Rolling Stone. «Y cuando no estábamos en la sala, estábamos de gira. Ese disco está teñido un poco del sonido de las bandas de rock nacional de los 70».
«Fue la primera vez que empezábamos un disco con un posible corte de difusión tan evidente», explicó Zeta Bosio en su biografía Yo conozco ese lugar (2016), acerca del proceso de composición de «De música ligera». «Gustavo tiró unos acordes, lo seguí con el bajo, Charly empezó a machacar con el ritmo y así, de manera instantánea a partir de una zapada que parecía venir del más allá, quedó establecida una primera idea de canción muy clara».
Andrea Álvarez, que fue parte de la banda entre 1989 y 1991, recuerda el día que Cerati le hizo escuchar los demos en casete de Canción animal y hubo un momento de incomodidad cuando llegó el turno de «De música ligera». «Cuando sonó ese tema, enseguida fue como que Gustavo empezó a disculparse», dice Andrea, que grabó percusión y coros para el álbum. «Me dijo algo así como ‘acá viene el hit, el tema fácil’. Porque todo el disco era más profundo, tenía cosas experimentales, pero no entendí por qué se disculpaba tanto y no le di mayor importancia hasta que llegamos al estudio. Cuando la volví a escuchar en Criteria, era muy evidente que la canción tenía destino de hit».
En junio de 1990, mientras se jugaba el Mundial de Italia, Soda se instaló en Criteria Recording Studios, al norte de Miami, para grabar una serie de canciones inspiradas en las raíces del rock argentino en los 70 que Cerati había demeado primero en soledad, durante los últimos cinco meses, en una consola Tascam 388 de ocho canales, y luego adquirieron el formato final en los ensayos con el feel del trío y el aporte en teclados de Tweety González.
«Nos acabábamos de ir de la agencia de Alberto Ohanian y tomamos la decisión bastante complicada de armar nuestra estructura. Nos veíamos mucho y acababa de nacer mi hijo Simón», contó Zeta. «Canción animal está lleno de luz y color porque la banda tenía eso; estábamos en un momento muy creativo en el que todos participábamos. Éramos un colectivo artístico del que todos nos nutríamos y no solo generábamos música, sino que también participábamos de la puesta y de la idea de los videos».
La canción que daba rastros evidentes de convertirse en hit, «De música ligera», contaba con dos versiones. Una que finalmente aparecería en el disco editado hace tres décadas y otra que comenzaba con Cerati cantando solo con la guitarra -Soda tocaría por primera vez en el concierto despedida de 1997-. Veinte años después, en 2017, Zeta y Charly decidieron incluirla en el álbum Séptimo día. «Recuerdo que, antes de grabar en el tema el bongó, que está tocado así nomás pero quedó en la historia, Gustavo me marcó las partes en las que tenía que tocar: durante el solo de guitarra y en el final. Después me dijo: ‘Hacelo así nomás, como si estuvieras tocando re loca, sin parar’. Y lo que quedó fue la primera toma», dice Andrea.
El éxito de «De música ligera» -considerada en 2017 por Rolling Stone como la tercera mejor canción de la discografía de Soda Stereo- fue tan arrollador que, durante la primera parte de la Gira animal, la banda la tocaría dos veces en cada show. Y unos años después, grupos como Coldplay, La Oreja de Van Gogh, Os Paralamas do Suceso, Alejandra Guzmán y Roxette también harían sus versiones en vivo a modo de homenaje a Cerati y a la banda de rock que tuvo a sus pies a todo un continente.
«Con Soda siempre hicimos discos para nosotros», explica Charly. «Sabiéndolo o no, en cada disco Soda ganaba y perdía público. ‘¿Qué hicieron con Dynamo? ¡Qué basura!’, decía alguno. Y a los tres meses lo estaba escuchando y era un fanático increíble. Pero al principio a algunas personas no le gustaba porque habíamos cambiado de sonido respecto al trabajo anterior. Y, sin embargo, con cada disco que salía conquistábamos un montón de público nuevo. Esa fue un poco la historia sónica y del estilo de Soda Stereo».
Andrea Álvarez dice que, aunque en su momento Cerati le presentó a «De música ligera» como el tema fácil de Canción animal, para ella es una genialidad: «Tiene un solo motivo y, sobre ese motivo que se repite se construye en varias partes la canción. Cuando viajo me doy cuenta que no hay nadie que no lo haya escuchado. Es el verdadero himno del rock hispanoamericano».