PHILPOT, Ky.–(BUSINESS WIRE)–En las onduladas tierras agrícolas del centro de Washington se encuentra la pequeña y modesta ciudad de Odessa. Fundada en 1902 por una mayoría inmigrante proveniente de Europa del Este y Centroeuropa, la economía de Odessa depende de una gran medida de la agricultura. A pesar de ser una zona de escasas precipitaciones (entre 9 y 11 pulgadas anuales), el área tiene la suerte de contar con recursos hídricos de pozos profundos. Si se conduce por la zona rural, se pueden observar diversos cultivos, desde papas hasta alfalfa y, por supuesto, el cultivo básico de la región, el trigo blando de invierno. En los últimos años, los campos amarillos de canola de invierno se han vuelto más comunes con la diversificación de las rotaciones de cultivos para abastecer de la planta de trituración mecánica de semillas oleaginosas de Viterra en Warden, Washington.
Mientras la primavera avanzaba hacia el verano, Greg Walter junto con Schoonover Hutterian Brethren sabían que la canola de su operación agrícola se veía muy bien. A pesar de que hubo un descenso brutal de la temperatura en enero, el mercurio bajó hasta los -6.3 °F, y los vientos alcanzaron rafagas de hasta 25 millas por hora (AgWeatherNet, 2024), aun sin la cobertura que ofrece la nieve, la genética de las semillas híbridas no modificadas genéticamente de canola de invierno de Rubisco Seeds lograron excelentes condiciones de crecimiento y una arquitectura vegetal. Siempre buscando llevar los rendimientos a un nivel de rentabilidad y sostenibilidad mayor, el personal de Schoonover hizo participar a sus campos de canola de invierno en un programa agrícola regenerativo diseñado por Michael Nestor, asesor agrícola certificado (CCA), agrónomo regenerativo y propietario de Sterling Valley Agronomy. Michael ha estado trabajando con canola de primavera y de invierno en el Pacífico Noroeste desde 2005 y afirma que «manejar la canola de invierno desde una perspectiva regenerativa, finalmente nos permitió superar la barrera del rendimiento, pudimos reducir los insumos y, aun así, mejorar la calidad y el rendimiento del cultivo».
«Todo empieza con una semilla», dice Michael. «Rubisco Seeds tiene uno de los mejores índices de emersiones en tierras secas y supervivencia invernal. Este cultivo se debe sembrar a profundidad en los años secos, y Rubisco Seeds entiende eso, por eso se encarga de seleccionar variedades que puedan tolerar bien nuestras condiciones climáticas de calor/sequía durante la siembra en el otoño».
Esta combinación de genética y agronomía productiva refinada ha producido estructuras vegetales densas llenas de vainas de una uniformidad excepcional que parecen diseñadas para libros de registro. Se han observado récords de rendimientos de las semillas genéticas de canola de invierno de Rubisco Seeds en los Estados Unidos y Canadá desde 2010. Más recientemente, en 2023, Momentum Grain Inc., ubicada cerca de Moorefield en la provincia canadiense de Ontario, registra oficialmente 107,36 fanegas (base de 50 Iibras) por acre de un híbrido de canola de invierno de Rubisco Seeds en el concurso anual de rendimiento de la Asociación Canadiense de Productores de Canola; un rendimiento impresionante para la producción no irrigada de canola de invierno. Teniendo esto en cuenta, el agrónomo especializado en semillas oleaginosas de la Washington State University, Jesse Ford, proporcionó documentación externa sobre los rendimientos del campo de Schoonover durante la cosecha. Se cosecharon tres replicaciones de 5 acres cada una, y se obtuvo un promedio asombroso de 113,8 fanegas por acre. Se han registrado varias observaciones sobre rendimientos globales récord de canola de invierno; la familia Hawkins en Nueva Gales del Sur, Australia con 127,8 fanegas por acre; Richard Budd en Kent, Reino Unido con 128,3 fanegas par acre; y Tim Lamyman en Lincolnshire Wolds, Reino Unido con 125,1 fanegas por acre. Las sutiles diferencias en el contenido de humedad en el momento de la cosecha influirán en la posición real del rendimiento respecto a estos récords. El cultivo de canola Schoonover coloca firmemente al estado de Washington en el mapa mundial de los rendimientos records. El contenido de aceite de esta impresionante cosecha del estado de Washington fue del 46 % (base def 5% de H2O), lo que equivale a 340 galones estadounidenses de aceite premium de canola por acre, con amplias aplicaciones en la industria alimentaria o como materia prima para diesel renovable (RD)/combustible sostenible para aviación (SAF). Es probable que continúen debates muy disputados sobre los méritos del uso de cultivos para producir alimentos o combustibles. En el centro del estado de Washington, la verdadera historia se presenta en las cifras de producción de canola, mientras los agricultores continúan innovando y aprovechando todas las herramientas disponibles para optimizar la producción agrícola y mantener, a la vez, su sostenibilidad.
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