Siguiendo los esperados estrictos protocolos de bioseguridad, un despliegue inigualable de artistas -en su mayoría venezolanos- se unió en un mismo escenario. ¿El objetivo? Regalarle al país un motivo más para seguir creyendo y teniendo fe en que las cosas están sucediendo de forma diferente. Este es el caso de los shows multitudinarios en vivo que volvieron a cobrar vida en Venezuela con el Liveri Music Festival.
De la mano de Evenpro, Liveri Music Festival congregó a Nacho, Sixto Rein, el reconocido artista mexicano Ben Aler, Akapella, Rawayana, Caramelos de Cianuro, Desorden Público y Guaco. El encuentro contó con una estructura, organización y producción tan detalladas que pudiesen ser las verdaderas protagonistas de la historia.
Con esa premisa, desde El Nacional se llevó a cabo un paso a paso que trazará todo el acontecimiento desde la mirada de un asistente ávido de una experiencia extraordinaria, tal y como Liveri, junto a Evenpro, prometió al hacer el anuncio oficial del regreso de los conciertos de altura en Venezuela.
12:00 m
La Universidad Simón Bolívar fue el punto de encuentro para el regreso de la música a los grandes escenarios, con 6.000 personas como espectadores.
Llegar a la institución no resultó engorroso, pues el tráfico en la ciudad estaba, a pesar de ser sábado, bastante relajado. Se pensaría que, como el evento empezaba a las 2:00 pm, el amontonamiento de personas y carros sería copioso. Por el contrario, los caminos hacia la USB estaban despejados y cómodos para transitar.
A las 12:00 pm había muy pocas personas canjeando sus entradas para ingresar al área de destino.
Importante destacar que el despliegue de expertos en el área de seguridad, así como un cuerpo bastante amplio de policías del Municipio Baruta, dijeron presente para resguardar a los asistentes desde el momento en que se cruzaron las puertas de entrada de la institución.
Aquellos que aún no tenían entradas podían comprarlas en la taquilla adicional que Liveri puso a disposición del público justo en el primer estacionamiento antes de ingresar a los carriles General, VIP, Gold y Platinium, que debía cruzarse para disfrutar de las instalaciones de acuerdo con los asientos obtenidos.
Las vallas y banderolas de los patrocinantes dieron la bienvenida a los espectadores desde el ingreso a las instalaciones: Pepsi, Digitel, Cerveza Corona, La Mega, Ron Cacique, Diablitos Underwood, Ridery, entre otros.
Laboratorios Vicenti fue uno de los más notorios debido a sus puntos de alcohol y prevención cada 100 metros uno del otro, procurando un estricto manejo de la bioseguridad entre los asistentes.
1:00
El uso del tapabocas fue obligatorio, lo que se cumplió a cabalidad y sin excusas. De tener una actitud negativa ante este argumento, se le impediría la entrada a cualquier persona, incluso con el boleto en la mano.
Llamó la atención que, faltando casi una hora para el concierto, aún no hubiese afluencia de personas para ingresar al campo como pasaba años atrás. Si embargo, era de esperarse que cada quien decidiera llegar antes del performance de sus artistas favoritos.
Una gran masa blanca de sillas y una impresionante tarima se robaron la vista de los primeros en llegar. Pero, ante este escenario, destacó la minuciosa atención de todo el personal encargado de velar por la ubicación del público. Los asientos estaban perfectamente numerados, lo que hacía imposible cualquier margen de error o equivocación respecto al tema.
Ser escoltado amablemente por un equipo entrenado para agilizar el proceso de ubicación fue un plus no solamente bien pensado sino agradecido por quienes disfrutaron de las áreas preferenciales durante el concierto.
Las filas y columnas de asientos estaban separadas debidamente entre sí para evitar aglutinamientos. Además, cada área contó con un personal de seguridad -en un radio de no menos de 2 metros- dedicado a controlar la salida y el acceso de las personas según su categoría.
1:30 pm
La cuadrática del evento contó con la presencia estructural de reconocidos foodtrucks que formaron parte de la movida gastronómica del Liveri Music Festival. Ubicados estratégicamente en el área general estuvieron los servicios de hamburguesas como Caracas Pork y El Negro. También hubo espacio para El Topocho y sus reconocidos patacones; Il Jet Pizza le dio un toque diferenciador a la comida con sus piezas hechas por los propios comensales y la comida árabe también fue parte de este catálogo de comida de la mano de Tu Árabe Express. De la misma forma, en el área preferencial se pudo disfrutar de gran variedad de deliciosos pokes hechos por Misenplas.
Los quioscos de bebidas fueron de gran atractivo: Pepsi y Cacique unieron fuerzas para refrescar a los asistentes con refrescos, agua y cocteles que podían adquirirse de forma individual o en servicio. También La Tinta se abrió espacio para mostrar una nueva forma de tomar sangría en Venezuela.
A su vez, como patrocinante oficial, Cinex brindó las opciones para disfrutar de una experiencia ‘como en el cine’ con un amplio catálogo de cotufas, tequeños y chucherías que llevaban la batuta entre los productos más pedidos por el público.
2:00 pm
Llovió y mucho. Sin embargo, eso no fue motivo suficiente para evitar la llegada de las personas a disfrutar del Liveri Music Festival.
Muchos pensaban que a esa hora no empezaría el show… Pero se equivocaron. Pasados 15 minutos de las 2:00 pm, Nacho Mendoza se montó en la tarima con su «Me voy enamorando» y los asistentes -entre vítores y coreos- le dieron inicio al evento que, ese sábado 27 de noviembre, fue conocido como un hito en la historia de Evenpro tras 7 años de ausencia.
Ya son 35 años haciendo historia dentro del territorio y fuera de él. Evenpro produjo más conciertos, vendió más entradas y conectó más marcas a la música que nadie en el país. Por esta razón tomaron la batuta para reclamar su título como la plataforma global de entretenimiento en vivo más importante de Venezuela.
«Cumplimos nuestra promesa. Hicimos que las cosas sucedieran y en un solo día», señaló Santiago Otero, CEO de la casa productora. «Volvimos con más ganas de existir, brincar, reír y brindar felicidad al público venezolano», recalcó, y así destacó su compromiso con el país, no en un 100 sino en 1.000%.
“Continuamos nuestro legado y eso no lo mata ni el escenario más complicado de todos. Tenemos muchos años llevando a cabo este tipo de encuentros y apenas estamos comenzando”, resaltó.
Algo que quedó tan claro como el agua fue que Santiago Otero y su gente siguen apostando a que el país sea más feliz, a que la gente sonría, vibre y se emocione más. “Nos consideramos una especie de Ministerio de la Felicidad para Venezuela porque todos necesitamos esas puertas y ventanas llenas de oportunidades. Eso sí es calidad de vida; eso sí representa un camino y nosotros vamos a hacer todo lo que podamos para lograrlo”, señaló. “Hacemos que sucedan las cosas. No hablamos por hablar; cuando decimos algo es porque va a pasar”, determinó.
Y así pasó.
El personal encargado de resguardar la paz, controlar eventualidades y llamar la atención en caso de presentarse algún inconveniente hizo un trabajo impecable. La velada transcurrió desde el mediodía sin problemas en materia de seguridad; no hubo peleas, robos, ni incidentes leves o graves que reportar. Reinó la tranquilidad entre los espectadores.
Para finalizar, una de las marcas que más impacto tuvo durante el espectáculo fue el uso del servicio de movilidad y transporte, Ridery, quienes se encargaron de garantizar un traslado seguro a los asistentes, no solo desde sus hogares hasta el campo de fútbol sino desde la universidad a las puertas de su casa.
El Nacional invita a los lectores a disfrutar de la experiencia musical de los artistas, ingresando al siguiente link: El Liveri Music Festival subió el volumen hasta el amanecer en la USB.
Para más información sobre futuros conciertos que se realizarán en conjunto con Liveri y Evenpro en Venezuela, ingresar a sus redes sociales:
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