«Kindy, agua y ya». Así se dio a conocer en 1995 la marca en el mercado, gracias a la reconocida heladería Crema Paraíso. Trató de mantenerse a flote en un país cuya crisis económica le pasaron factura no solo a los ciudadanos sino a las empresas que hacían –y hacen– vida en el sector de alimentos y bebidas. Hoy siguen apostándole al slogan que los define y con el cual quieren llenar, de nuevo, los refrigeradores de los hogares venezolanos.
Se mantiene como la única base de limón con sello 100% venezolano, con proyectos de exportación, y con ganas de surfear la ola de la innovación a través de sus fórmulas, rediseño y una larga lista de nuevos objetivos.
La base es Kindy
Corría 1953 cuando Adalberto Katz, emigrante checoslovaco, fundó la empresa que, desde aquel entonces y hasta el día de hoy, es reconocida como Crema Paraíso. Después de la guerra, el empresario había pasado por Francia –donde aprendió sobre pastelería, heladería y chantillí–, por Cuba y, enamorándose a primera vista, se quedó en Venezuela.
La heladería, ubicada en la esquina 9 de diciembre de la urbanización El Paraíso, y que resaltaba por sus grades letras en naranja y amarillo, fue un hito. Para 1956, ya tenía tres locales, uno en Santa Mónica, otro en San Bernardino y otro en Bello Monte.
Se quedaron cortos. Con planes de expansión mucho más ambiciosos por parte de Katz y ganas de elaborar productos propios, no solo helados, abrió una primera fábrica en San Martín que contribuiría al rápido crecimiento de su modesto imperio. 26 tiendas después, el concepto mutó e incluyó en sus filas, bajo la figura de concesionarios, todo lo referente a la comida rápida, desde perros calientes y hamburguesas, hasta pizzas.
Para 1981, la fábrica se mudó a un local propio, más grande, ubicado en Guarenas que, contrario a lo que muchos creerían, sigue operando hasta la actualidad, y que en la década de los 90, vio nacer la idea de un producto de consumo masivo único en el mercado venezolano: la base de limón llamada Kindy.
Con la muerte de Adalberto el 5 de junio de 2008, asume la presidencia del negocio su hija Anita Katz. Pero en 2023, un grupo de venezolanos con trayectoria en el sector, liderado por Pascal Benoudiz y Cristóbal Gómez, adquirieron la empresa para darle continuidad al sabor de la tradición de Crema Paraíso y, por supuesto, de su producto estrella, la base para limonadas.
Reingeniería, modernización y optimización de los procesos productivos y de calidad, manteniendo las recetas originales, únicas e inigualables, fueron el punto de partida para recuperar la esencia de Kindy entre los venezolanos. El resto, según dicen los nuevos dueños, se contará solo.
La revolución
Vender limonada no es sencillo, aunque lo parezca. Sobre todo, siendo una bebida con alta demanda. Elaborarla de una manera fácil, era casi una necesidad. De eso se dio cuenta el hijo de Katz cuando le asomó la idea a su padre de «agilizar el proceso de crearla».
En los 90, Crema Paraíso fue la mayor compradora de limones del país. Llegaban de todos los estados. «Pensando en la salubridad tras tener acumuladas grandes cestas repletas, la limpieza de las cáscaras, la prevención de bacterias o animalitos extraños, el riesgo de cortarlos, la disolución del azúcar al exprimirlos y diversos temas más, decidieron buscar la solución», contó Pascal Benoudiz, uno de los gerentes y vocero de Kindy.
«Se dispusieron a hacer unas máquinas especiales, y a gran escala, con las que pudiesen aprovechar el líquido del limón. Hasta hoy, tanto la construcción de las máquinas como la fórmula y el proceso de elaboración, son un secreto de estado. Pero de ahí, nace Kindy, un producto único aquí y el resto del mundo. Pionero en el país. Una limonada que sabe a Venezuela», rescató.
No pasó mucho tiempo para que comenzara a masificarse. Las cadenas de supermercados, restaurantes y farmacias, se peleaban por el producto, dice.
Kindy es una base, no un concentrado, corrige Benoudiz. ¿De puro limón? «Sí, en un 100%. No es un concentrado pues carece de proceso de evaporación. Se resume en un jugo de limón preparado y premezclado de una forma particular. Detrás de su fórmula hay todo un sistema, algo que las máquinas que hacen vida en la planta ubicada en Guarenas son las únicas que tienen el poder de revelar», manifestó.
«Aparte del limón, tiene azúcar en altas concentraciones. Algo de lo que nos hacemos responsables, claro está, bajo el protocolo de las nuevas leyes de control de calidad. Lo dejamos entrevisto en cada una de nuestras etiquetas, incluso. Tanto en la base de limón normal como en la light«, explica.
La preocupación por el azúcar añadido, sin embargo, podría disiparse pues solo un 10% de Kindy mezclado con un 80 o 90% de agua, ayudan con la estadística de consumo. «La medida sigue siendo la misma: un vaso de Kindy por nueve de agua».
La negociación
Pascal Benoudiz fue franquiciado de la cadena de sándwiches Subway. Tenía 3 tiendas en Caracas y una larga experiencia en la materia. Antes de la pandemia, de hecho, hubo un plan de dividir sus espacios con heladerías Crema Paraíso. «Me inspiraba en la idea norteamericana de Taco Bell en colaboración con Baskin-Robbins, por ejemplo«. Pero luego del covid, Subway cerró en Venezuela y el plan cayó al agua.
«No obstante, las relaciones con Crema Paraíso continuaron y fue cuando me propusieron gerenciar la marca junto a mi actual socio, Cristóbal Gómez quien actualmente es dueño de Ron Caribú y la sangría Cartacho», expresó.
“Soy importador, comerciante y distribuidor sin la más mínima experiencia en el área industrial, pero me pasó algo con Kindy y heme aquí”
Ambos, a su vez, también están encargados de velar por la producción de la fábrica. «Allá trabajan activamente 15 personas, y en el área administrativa somos 3. Estamos recuperando lo que alguna vez fue una marca líder en el sector de jugos. Estamos repotenciando y modernizando procesos, mejorándolos».
Bajo su responsabilidad estuvo el cambio radical de los envases: Kindy salía a los anaqueles en los típicos envases pure-pak o de cartón de 900 ml. Desde el último trimestre de 2023, la base de limón se consigue en plástico, tiene una manga termoencogible, está hecho con polietileno de alta densidad y ostenta, orgullosamente, un sello 100% criollo. Sus sabores son natural y light en presentaciones de 350 ml y 800 ml.
Kindy: volver a ser una opción
La visión de la marca y de sus actuales dueños es volver a estar en las cadenas más importantes del país: farmacias, supermercados y abastos. También en hoteles, restaurantes e incluso bares. «Solo distribuimos, por ahora, en la región capital por temas logísticos y de refrigeración. Pero estamos trabajando en el tema para estar a nivel nacional para este año», recalcó.
“Queremos regresara a los hogares de los venezolanos, a sus neveras y mesas”
La marca tiene planes de exportación. «Nos proyectaremos, en principio, en el Caribe, pero nos visualizamos llegando mucho más lejos con Kindy».
Hoy, de 7 de 10 personas conocen la marca, sobre todo por su carácter altamente rendidor y económico. «Y sí, estuvo muy golpeada, como muchas, por la realidad país, con cierto resquebrajo en la distribución y el hecho de no salir nunca de Caracas. Por eso es que hoy estamos aquí, tratando de reconvertirla en una marca país. Kindy está naciendo, mientras hablamos, como el Ave Fénix», comentó. «Esto es un patrimonio nacional, igual que Crema Paraíso. Trabajamos con el corazón; no compramos una marca, compramos un recuerdo colectivo», concluyó.
La marca tiene muchas propiedades y formas de preparación. Además de considerarse un excelente recurso para hacer limonadas en sitios vacacionales, puede ser usado como saborizante para elaboración de postres: pound cakes, mousses, cremas pasteleras y bizcochos; en la preparación de cocteles: margarita, mojito, vodka tonic; y para los amantes de la comida thai se presenta como un excelente aderezo para dar un toque especial de sabor al chutney de frutas.
Para más información sobre Kindy, ingresar a la página web de Crema Paraíso o a través de sus redes sociales: @kindyvzla
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