Si a uno le preguntaran a qué lugar asocia la imagen de la ruleta, el póker o las tragamonedas, seguramente le vendría a la mente Las Vegas. En 1931, mientras en el resto de Estados Unidos el juego estaba prohibido, el estado de Nevada era el único en legalizarlo. El resto es historia.
Prácticamente 100 años después, esos centenares de casinos construidos en el Desierto de Mojave siguen siendo el rostro icónico de una industria, la de los juegos de azar y las apuestas, que mueve aproximadamente un billón de dólares estadounidenses cada año, según Statista.
Sin embargo, el panorama internacional ha cambiado una barbaridad. La irrupción de internet en los años 90 y la proliferación de los casinos online desde principios de siglo ha provocado que el sector del iGaming haya experimentado un crecimiento espectacular.
Hasta hace poco, Latinoamérica se había quedado un poco al margen de la ecuación. Los motivos son claros: el pobre desarrollo económico no permitía que el sector explotara y la clase política no hacía lo necesario en materia legislativa para regularizarlo.
Todo eso, afortunadamente para el progreso de la zona, ha ido cambiando recientemente. Como informa Forbes, se espera que el mercado latinoamericano aumente casi 20% entre 2022 y 2028. Un dato extraordinario.
A continuación, ofrecemos algunas explicaciones para ayudar a entenderlo.
Una población creciente
Según explica BBC Mundo, Latinoamérica y el Caribe llegarán al máximo de su población en 2055, cuando se llegará a los 715 millones de habitantes.
Si bien es cierto que la tasa de fecundidad está bajando en el mundo, el aumento de la esperanza de vida sigue generando un crecimiento poblacional positivo.
Por lo tanto, el razonamiento está claro: a más personas, más posibilidades de mercado.
Más conectividad
Otro de los motivos por los que el iGaming está ganando tanto terreno es el aumento de la conectividad. En la última década, Latinoamérica ha pisado el acelerador y el porcentaje de población con acceso a internet es del 75%, como analiza Itsitio.
Para entender la dimensión de esta estadística, hay que poner de relieve que en 2010 este porcentaje era del 30%. La supuesta barrera que esto le suponía a la región latinoamericana en comparación con zonas más ricas como Europa, Estados Unidos o Japón ha dejado de serlo.
Una clase media en auge
La falta de recursos económicos ha sido una constante en Latinoamérica. Como es lógico, si una familia estándar apenas puede llegar a fin de mes, no se podrá permitir el lujo de destinar una parte de ese dinero a un entretenimiento como es el juego online.
No obstante, en datos de El Economista, el porcentaje actual de la clase media ha pasado a ser de 35%. Pese a tener una de las poblaciones con más desigualdad económica, la calidad de vida está aumentado. Si hay más renta per cápita, hay más opción de que entren en un sector como el del iGaming.
Además, encontrar las mejores ofertas para entrar en algún casino online ha dejado de ser un quebradero de cabeza. Algunas webs, centralizan todas las opciones que hay, con lo que te facilitan la entrada en lo universo de los casinos en línea.
Las leyes latinoamericanas empiezan a reconocer el juego online
Mientras que en países como Estados Unidos rápidamente se aceptó la nueva realidad de los juegos de azar y se puede operar desde hace años, a la región latinoamericana le costó adaptarse a esta nueva manera de entender el entretenimiento.
Como siempre, las excesivas trabas burocráticas y la falta de un liderazgo político claro que estableciera unas normas regulatorias lo dificultaron todo. Tan es así que no fue hasta 2017 cuando un país de la zona estableció este primer marco legal: fue Colombia.
Desde ese momento, otros países como Argentina, México o Chile han seguido sus pasos y el avance ha sido notable. En contraposición, muchos países siguen en una fase muy inicial.
Perú se pone al día
Por lo que respecta a Perú, tal y como relata Sigma, en octubre de 2023, el Ministerio de Comercio Exterior y Turismo reguló por completo el juego online como actividad económica en el país, por lo que todos los operadores debían solicitar una licencia para ofrecer estos servicios.
Con esta ley, se favorece la protección de los derechos de los jugadores, la contratación de un staff generando así más puestos de trabajo, el cobro de impuestos o la creación de campañas de publicidad.
Con el mercado regulado, más empresas extranjeras pueden verse atraídas por la posibilidad de negocio y pueden ver en Perú una oportunidad para crecer. De hecho, este debe ser uno de los retos del país: cuidar las empresas locales que se dediquen al sector del juego online sin olvidarse de la importancia de la inversión de capital externo.