Hay anuncios de innovaciones que nos sugieren que ser optimistas en relación al futuro que viene tiene algún fundamento. Quienes superan los 40 o 50 años de edad han vivido una experiencia, en más de oportunidad: fantasías propias de la infancia, se han convertido en realidad en el tiempo de dos o tres décadas. El espectacular Match 5, que conducía Meteoro, que irrumpió en las pantallas en 1967, o los impactantes Autobots que aparecieron en la película estadounidense Transformers, se han convertido en reales.
No es aventurado hablar de cosas que ya dejaron de ser arquetipos de ciencia ficción: ese es el caso del primer “transformer class vehicle”, en palabras literales de John Suh, vicepresidente del Grupo Hyundai, empresa que desarrolla el proyecto. Este vehículo de clase transformadora, va mucho más allá de lo que evoca la palabra. El coche forma parte del prototipo Hyundai Elevate, ejemplar de patas móviles, que conjuga el poder de un todoterreno con mucha más potencia y aspectos fundamentales de la robótica. Su denominación oficial es Ultimate Mobility Vehicle (vehículo de máxima movilidad por sus siglas en inglés).
Desde la división New Horizons Studio, de la firma coreana, se despliega la batería de producción de esta innovación que consta de una plataforma modular donde pueden ubicarse diferentes cápsulas, que atienden a necesidades puntuales. La diferencia la hacen las patas robóticas, desplegables gracias a un motor de propulsión que le permiten desplazarse en diferentes direcciones.
El vehículo soñado, ahora tangible, tiene un desempeño similar al de un reptil: da pasos de más de un metro, escala paredes y bloquea las patas en señal de alerta. Puede extender sus extremidades abiertamente hasta abarcar unos cuatro metros, mientras el habitáculo central permanece estable; sin embargo, entre sus cualidades está el funcionamiento de un auto tradicional, cuando apoya las ruedas en el asfalto, luego de replegar sus extremidades. En posición normal, alcanza velocidad de crucero al desplazarse por autopista.
El despliegue no convencional del auto, está diseñado con un objetivo muy claro: ofrecer un apoyo inmejorable para acceder a terrenos complicados en casos de emergencia. Las extremidades -las patas- lograrán que vehículos accedan a lugares hasta ahora imposibles, debido a su longitud y versatilidad.
TIGER/HYUNDAI MOTOR GROUP
Transportes espaciales
Estamos, sin duda, en presencia del cumplimiento de promesas que parecían imposibles y la distancia entre la realidad planetaria y el espacio circundante tiende a desaparecer.
Empresas como Michelin Nissan y General Motors, conjuntamente con la NASA, crearon el Small Pressurized Lunar Rover, vehículo desarrollado con doce motores eléctricos que lo capacitan para realizar viajes de exploración de hasta 1000 kilómetros con velocidad máxima de 30 km por hora.
Por otro lado, Toyota está en pleno desarrollo del Toyota Lunar Cruiser, en colaboración con la Agencia de Exploración Espacial de Japón, que es un vehículo de seis metros de longitud, diseñado para llevar tripulación, con hidrógeno como combustible y autonomía de 10 mil kilómetros. Se espera la culminación de este proyecto para 2029.
Con tecnología de la empresa alemana Planetary Transportations Systems, el Audi Lunar Quattro fue creado en 2015. Se trata de un pequeño vehículo lunar, que ya tiene programado un vuelo a la Luna, el próximo octubre de 2021, a bordo de un cohete SpaceX Falcon 9.
Tanto el Hyundai Elevate como el Rover Lunar podrán volar hacia el satélite terrestre con un equipamiento de cámaras para registrar imágenes 3D y 360° a futuro, con la característica de que su viaje será, por el momento, sólo de ida. Se quedarán en la Luna por tiempo indefinido, hasta que, en algún momento, puedas ser rescatados.
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Seis innovaciones que mejorarán la movilidad
El concepto de startups forma parte del léxico asociado al futuro. Estas organizaciones de trabajadores y profesionales orientados al cambio y la innovación, están diseñando aplicaciones que suponen un aporte al objetivo de optimizar la movilidad. Y no cualquier movilidad, sino la que se está gestando como parte de la lucha contra los efectos del cambio climático.
Ahora mismo están apareciendo ideas y soluciones, que nos permiten figurar cómo podría cambiar la movilidad y el mundo de los transportes, durante los próximos años. Factores como la conectividad, el empalme de información, la estadística, la recopilación de datos y hasta la regulación de las cargas eléctricas, intervendrán para moldear lo que viene.
Carpooling
GouBlue está diseñada para desempeñarse dentro del carpooling (alquiler de coches para traslado a un destino común, entre varios pasajeros). Cubre distancias entre 5 y 12 kilómetros, y está dirigida a empresas de 200 y más empleados. La cuota a pagar es fija, más una comisión que queda a criterio de los usuarios. Ofrece también gestión del estacionamiento corporativo, garantizando la liberación de plazas para su servicio. Actualmente se encuentra en prueba piloto.
Multimodalidad
LoMob (Internet of Movility) surge para conectar autobuses, trenes, patinetes, autos y todo tipo de servicios públicos o privados. Su protocolo es blockchain (estructura matemática para almacenar datos de forma blindada). Los usuarios tienen la posibilidad de comparar servicios y evaluar su capacidad y conveniencia, al tiempo que pueden pagar mediante cualquier aplicación que se encuentre conectada al momento de la elección.
Logística
OnTruck establece conexiones entre transportistas de mercancías a nivel regional y otros conductores profesionales para verificar en tiempo real el estado de los envíos. Esta solución tecnológica busca identificar posibles deficiencias en el volumen de cargas cuando son recibidos o entregados en lugares geográficos muy específicos y poder suplir de manera eficiente, el pedido actualizado.
Revoolt, por su parte, permite a las empresas de paquetería controlar su flota mediante la integración de vehículos eléctricos conectados. Mediante una plataforma sostenible, puede accionar desde cualquier dispositivo y ubicación.
Carga eléctrica
Sharge.io hace posible el pago de la energía consumida en su propia casa, mediante monedas virtuales, luego de haberla gestionado y compartido. Los puntos de carga se encuentran mediante una app. El acceso se ejecuta con un teléfono para desbloquear un dispositivo llamado Sharger. Este sistema usa blockchain.
Estacionamiento
Parc es una red de aparcamiento colaborativo que propicia alquilar por horas o días las plazas de cualquier estacionamiento. Aprovecha el rendimiento del espacio en toda su capacidad y está dirigido tanto a particulares como a las comunidades pobladas en una misma área de acción.
Parkifast. Mediante esta aplicación móvil el usuario puede encontrar un lugar de estacionamiento al instante, solo con hacer clic. A través de algoritmos de inteligencia artificial ubica dónde existe una plaza libre, en tiempo real. Su manejo es gratuito y contribuye al ahorro energético, al tiempo que contribuye con la desconcentración de vehículos en las calles.
Carsharing
Moia. Descrita como “Movimiento hacia un nuevo futuro” y lanzada por la alemana Volkswagen funciona como proveedor global de servicios para la movilidad sostenible. El sector que desarrolla se dirige hacia la conectividad. La estructura que abordará inicialmente serán los vehículos de uso compartido, para proyectarse posteriormente hacia la conducción autónoma compartida. Su app funciona de momento en las ciudades de Hamburgo y Hannover.
Foto: Pixabay
¿Se impondrá el automóvil no contaminante?
La industria automovilística no ha dejado de crecer, ni lo hará, de acuerdo a las proyecciones que observan los analistas. Incluso los defensores de las bicicletas, aceptan que al universo de los automóviles les quedan varias décadas de prosperidad por delante. En países de economías emergentes como China, Rusia, Brasil e India, que tienen tasas muy bajas de vehículos por habitante, el potencial de crecimiento económico de las familias, con toda seguridad incluirá el automóvil.
Cómo estrategia de ventas y para desvincularse del estigma de ser un sector contaminante, las estadísticas de los últimos años (antes de la pandemia), indican que la industria automotriz se encuentra en tercer lugar, en lista de los mayores emisores de CO2 a la atmósfera. El porcentaje iría así: productores de electricidad y calefacción 43,9 % del total; actividades de la industria de la construcción 18,2 %; y, a continuación, los fabricantes de vehículos con 15,9%, lo que incluye coches, autobuses y camiones. No es el concepto del vehículo lo que está en juego: es el sistema locomotriz de diésel o gasolina, el que concentra las críticas.
No es cualquier auto
La tecnología ahora mismo en desarrollo, vislumbran una sociedad distinta, adaptable, consciente de su responsabilidad medioambiental. Así como el auge de las ciudades inteligentes luce como una solución irreversible, la transformación de las bases mismas del mundo del transporte aparece como un destino que no podrá evadirse, y que la movilidad, en todo el planeta, está en camino de cambiar sus paradigmas.
La sustitución del diésel o la gasolina por fuentes de energía eléctrica, es el principal cambio que los fabricantes deben afrontar. Los pedidos de modelo de gasóleo en el viejo continente, se han venido abajo desde 2011. Los tipos eléctricos, híbridos (enchufables y normales), de hidrógeno y de gas, están al alza, aunque no todavía con el auge que se esperaba. La escasez de infraestructura para recargar los vehículos, así como las capacidades limitadas de las baterías, constituyen dos barreras que tendrán que ser superadas en los próximos años.
Coches con asistentes electrónicos son cada día más demandados, según la multinacional de tecnología y servicios Bosch. La función de ayuda en el estacionamiento, junto a la llamada de mantenimiento de carril y la alerta para freno de emergencia, son las innovaciones que los conductores han calificado como prioritarias a la hora de equipar un coche.