Varios países del mundo se han enfrentado a la hiperinflación, como la que vive Venezuela, donde se espera que los precios suban 1.600% este año.
Este fenómeno, definido como una subida de precios superior a 50% mensual, suele ser el resultado de un desajuste de las finanzas públicas, especialmente en condiciones extremas como un conflicto o un cambio de régimen.
La hiperinflación se caracteriza por un colapso de la actividad, combinado con la creación de moneda y no solo ocurre en Venezuela.
La Alemania de Weimar
La República de Weimar, arruinada y endeudada tras su derrota en la Primera Guerra Mundial, recurrió a la creación de moneda, desencadenando una hiperinflación entre 1921 y 1924.
En 1923, las imágenes de los alemanes comprando pan con carretillas de billetes causaron impresión.
La inflación alcanzó entonces hasta 20% diario, según el laboratorio de ideas estadounidense Cato Institute. Según muchos historiadores, este fenómeno alimentó el ascenso del nazismo.
La peor hiperinflación jamás registrada fue la de Hungría, donde en 1946 los precios podían duplicarse en 15 horas.
Argentina en 1989
En Argentina, la hiperinflación alcanzó 3.079% en 1989 y 2.314% en 1990, lo que llevaba a los clientes a apresurarse a realizar sus compras por el temor del cambio de precios constante.
Esta crisis desencadenó un estallido social con saqueos de supermercados y provocó la salida anticipada del presidente Raúl Alfonsín.
La hiperinflación se frenó con un programa de convertibilidad de paridad fija (1 dólar por 1 peso) a partir de 1991, cuando la inflación se limitó a 84%.
Pero la paridad acabó sumiendo al país en la recesión, lo que llevó a su abandono en 2002.
La antigua Yugoslavia en 1993 y 1994
La República Federal de Yugoslavia (RFY, Serbia y Montenegro), sumida en la crisis por la desintegración de la antigua Yugoslavia en 1991 y luego por el embargo de la ONU en 1992, se hundió en la hiperinflación en diciembre de 1993, con una subida de precios de 300.000.000%.
La población se enfrentó a los comercios vacíos y a una devaluación vertiginosa y permanente.
En enero de 1994, con una inflación de 1.000.000%, el gobierno puso en marcha un programa de reformas e introdujo un «superdinar», cuyo valor oficial era de un marco alemán.
Zimbabue en 2008
Los cambios de precios en Zimbabue se dispararon entre 2008 y 2009, cuando el dólar zimbabuense se desplomó a causa de controvertida reforma agraria que llevó el desalojo forzoso de la mayoría de agricultores blancos del país.
En un intento de frenar la caída de su moneda, el gobierno de Robert Mugabe empezó a fabricar dinero sin freno. También introdujo un billete de 100 billones de dólares zimbabuenses, suficientes para comprar una barra de pan.
Los productos básicos como el azúcar y la harina de maíz se convirtieron en un lujo.
En la década de 2000, los zimbabuenses todavía llevaban bolsas o incluso carretillas de dinero en efectivo para hacer sus compras.
Tras varias devaluaciones, las autoridades abandonaron su moneda en favor del dólar estadounidense en 2009.
Venezuela hoy
Venezuela, que el viernes eliminará seis ceros de su moneda en una nueva reforma, lleva años luchando contra la mayor inflación del mundo.
En este país rico en petróleo, la hiperinflación alcanzó 400.000% en 2018, casi 10.000% en 2019, 3.000% en 2020 y se espera que llegue a 1.600% este año.
Un nuevo bolívar representará 100 billones de bolívares de 2007.
Las enormes sumas de dinero que contienen los billetes solo alcanzan para comprar unas pocas verduras o un trozo de carne en una economía ampliamente dolarizada.
Los billetes locales valen tan poco que los niños los utilizan para jugar.
El gobierno culpa a las sanciones internacionales impuestas desde 2019, principalmente por Estados Unidos en un intento de derrocar a Nicolás Maduro, aunque la crisis dura desde hace más de ocho años.