Nicolás Maduro aseguró este jueves, en la presentación de la rendición de cuentas anual, que el país dejó de percibir 232.000 millones de dólares en el sector petrolero debido a las sanciones impuestas por Estados Unidos desde 2015, si bien las restricciones a la industria llegaron en 2019.
«El país debió haber percibido y dejó de percibir 232.000 millones de dólares que hubieran ido a salario, a derechos sociales, a educación, a salud, a alimentación, a vivienda, a infraestructura, al desarrollo general del país», indicó.
Esta merma en los ingresos, prosiguió, fue provocada por quienes «llamaron e insistieron desde Venezuela y fuera de Venezuela» a imponer sanciones económicas, en alusión al sector de la oposición que promovió estas restricciones en el escenario internacional.
Esta escasez de divisas, «derivada de las sanciones criminales, impidió, como es normal, la inversión para la compra de materias primas, insumos, bienes de capital para mantener la actividad económica no petrolera», sostuvo.
Maduro dijo que el «impacto» en la economía no petrolera fue de 642.000 millones de dólares, sin precisar si este monto fue una pérdida de ingresos producto de las sanciones.
Aseguró que esto afectó la captación de impuestos, el movimiento económico en generación de empleos, así como los ingresos para el Estado «poder pagar buenos sueldos y salarios» y «para hacer buenos contratos colectivos».
«Son datos contundentes que quizás dibujan la cara oculta, la cara escondida de la verdadera guerra que han hecho en nuestro país y la verdadera guerra que le han hecho a la industria petrolera. Se la han hecho a la economía para tratar de generar colapso social y generar condiciones para un cambio de régimen y para un golpe de Estado con intervención extranjera», agregó.