La inflación dolarizada, un fenómeno que se refiere a la subida constante en el mercado nacional de los precios de bienes y servicios valorados en la divisa norteamericana, afecta especialmente al ciudadano común que debe sobrevivir con un sueldo mínimo.
El economista Dilio Hernández, director del Centro de Investigación y Análisis Prospectivo, explicó al diario La Nación que el venezolano que no tiene un salario en dólares se ve perjudicado por dos procesos económicos que afectan su poder adquisitivo.
En primer lugar, la inflación en bolívares que, a pesar de su reducción artificial por la política monetaria del Banco Central de Venezuela, pulveriza los aumentos salariales. Especialmente los sueldos de los entes públicos que no superan los 40 dólares, y el de la mayoría de los trabajadores del sector privado que oscila entre los 80 y 100 dólares.
El segundo proceso económico que afecta a los venezolanos es la inflación dolarizada, que hace que se necesiten más dólares para adquirir la cesta básica de alimentos, la cual supera hoy los 400 dólares.
Hernández señaló que la realidad del ciudadano común es que sus rentas en dólares no crecen en la misma proporción que lo hacen los precios de bienes y servicios, y en muchos casos, se mantienen estancadas, acentuando la situación de pobreza que vive gran parte de la población.
En una economía donde la oferta de dólares en circulación es hasta cuatro veces superior a la de bolívares, y la oferta de bienes y servicios no crece, hace que se necesiten más dólares para pagar esos productos y servicios, indicó el economista.
Por otra parte, Hernández aclaró que a lo que la gente llama inflación dolarizada realmente es conocido en el mundo de la Economía como apreciación real. Esto tiene que ver con un menor ascenso del tipo de cambio nominal en relación con los precios en el mercado nacional, es decir, cuando resulta más costoso adquirir un bien o servicio en el mercado nacional que en el exterior.
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