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Vehículos autónomos asisten al chofer

Un vistazo al futuro del automóvil partiendo de las tecnologías que ya existen en el mercado

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Desde hace una década se viene hablando de los vehículos autónomos –o con cierto grado de autonomía– o de los autos sin chofer, aunque estas dos categorías no son exactamente equivalentes.

Casi todos los fabricantes de automóviles están comercializando ya modelos avanzados que tienen cámaras y sensores de proximidad para asistir al conductor en ciertas circunstancias. Algunos podrían detener el auto si surge la posibilidad de una colisión, por ejemplo.

Un vehículo autónomo tiene la capacidad de acelerar, frenar y mover el volante sin la intervención del conductor. Esta definición se ajusta a diversos grados de autonomía, desde los semiautónomos, que requieren la presencia de un chofer, hasta los realmente futuristas, aquellos autos que solo llevarán pasajeros. De estos últimos solo hay prototipos y su entrada al mercado se prevé para 2019.

Hay vehículos en la actualidad que pueden ponerse en “piloto automático” en una autopista y a partir de las cámaras y sensores con que cuenta, el software toma el control. Si el tráfico está lento, o las vías están en mal estado y con poca señalización, estos autos pasan al modo de conducción manual.

Dudas que persisten

 Las decisiones sobre la comercialización de vehículos autónomos no solo dependen de la tecnología, aún si es una opción defendida por empresas como Google, que ha estado desplegando modelos con total autonomía desde 2009, para un recorrido total acumulado de casi 4 millones de kilómetros. Esta distancia es equivalente a 500 viajes ida y vuelta entre Nueva York y Los Ángeles.

Google anunció que ya ha llegado el momento de los vehículos totalmente autónomos y que estos pueden salvar vidas, reducir accidentes o reducir la emisión de gases nocivos para el ambiente.

Aún hay dudas en varias áreas desde el punto de vista del interés público. Por ejemplo, la seguridad. Como las cifras sobre el error humano en los accidentes son incompletas –se basan en reportes de los involucrados– no se puede calcular cuántas vidas van a ser salvadas cuando los autos sin conductor dominen la escena.

Una falla en la pintura que delimita los bordes y los canales de una carretera o fallas en el pavimento son elementos de riesgo que no están previstos en el software de los vehículos inteligentes.

Al menos 33 fabricantes y empresas tecnológicas –desde Apple hasta Yutong– están desarrollando tecnología en este sentido.

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