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RoboThink Venezuela diseña y fabrica una línea patentada en robótica como método de enseñanza en las escuelas

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«Necesitamos personas que se atrevan a apostar por la educación de nuestros niños». Mercedes Botbol, Meme para sus conocidos, tuvo claro su rol en este mundo desde que se graduó en la Universidad Metropolitana. «Pero debemos hacerlo de una manera distinta. Crear una oportunidad para que sientan que están divirtiéndose mientras van desarrollando las habilidades que necesitan para caminar hacia su futuro. El mundo cambió. Ya no solo se trata de dividir y multiplicar. Nuestros pequeños aprenderán a leer y a escribir, pero el problema radica en cómo desarrollas el interés hacia estudios sociales o matemáticas», describe. «Todo dependerá de cómo lo conectes. Este modelo de aprendizaje interdisciplinario, distinto, hace que el niño encaje piezas claves sin darse cuenta y más rápidamente. Y eso lo hacemos con la robótica implementada a través de RoboThink».

Con este objetivo en mente, la administradora y educadora, magíster de la Universidad Católica Andrés Bello, pretende cambiar la forma de dar y ver clases en los colegios de Venezuela. Su deseo es afianzar la idea de una formación más integral, global, enfocada en la robótica, rama de la ingeniería que se especializa en todo el proceso creativo, constructivo y de aplicación de los robots.

RoboThink Robótica Escuelas Venezuela

Equipo de RoboThink Venezuela, comandado por su fundadora (en medio), Mercedes Botbol

RoboThink, la clave de todo

De sus 36 años, Meme tiene 7 fuera de Venezuela. Viviendo en Panamá junto a su esposo y 4 hijos, no obstante, jamás dejó de interesarse por verle resultados a su vocación de enseñar y transmitir los conocimientos adquiridos a lo largo de su vida en su país de origen. Eso la trajo de regreso al país, justo después de adquirir los derechos de la marca.

«RoboThink es una empresa con 250 franquicias alrededor del mundo, y lo que la impulsó a traerla a Venezuela fue la robótica», señala. «Puede que no sea nada nuevo fuera de nuestras fronteras, pero construimos robots y utilizamos técnicas de inteligencia artificial que vienen fusionados con un currículo educativo donde la programación es la regla y la excepción».

RoboThink, una nueva forma de aprender en las escuelas a través de la robótica

RoboThink ofrece un programa educativo con proyectos diseñados y ajustados a los planes escolares que, además, relacionan la vida cotidiana y al estudiante con la robótica. Como ciencia, ésta implica desde el diseño de la estructura de un robot hasta el desarrollo del código para programar sus funciones.

«Es una franquicia única de educación y diversión enfocada en el modelo educativo STEAM, que significa por sus siglas en español Ciencias (S), Tecnología (T), Ingeniería (E), Arte (A) y Matemáticas», añade. «Además, provee un sistema curricular para el desarrollo del pensamiento crítico del estudiante, en el que la creatividad y la diversión se convierten en un pilar fundamental».

Gracias a este método, se diseñan y fabrican líneas patentadas de kits de robótica flexibles y fáciles de usar. A su vez, estos funcionan en conjunto con un software de codificación gráfica desarrollado por la franquicia.

Los colegios en el país se beneficiarían del alcance y aprendizaje de los alumnos

«El programa de robótica busca mejorar la calidad educativa de las nuevas generaciones», asegura, mientras que afirma que su objetivo final es motivar a los niños a una educación integral con mayor aplicación a la vida cotidiana, e incluir a los docentes y sus planificaciones en el proceso.

Softwares con sello RoboThink

Utilizan 3 softwares de programación y uno enfocado en Python. Este último es un lenguaje de alto nivel cuya filosofía hace hincapié en la legibilidad de su código, se utiliza para desarrollar aplicaciones de todo tipo, ejemplos: Instagram, Netflix o Spotify.

«Para los pequeños de 4 años, por ejemplo, usamos comandos sencillos e iniciamos en los números, las matemáticas y las unidades de la medida del tiempo», señala Botbol. «Además, tenemos patentes como RoKids, Rocomin, Rocode, RoPython, lenguajes muy parecidos al Scratch, que conecta al robot y se define en una programación en bloques».

De esta manera, RoboThink hizo un software específico para conectar con los niños, no solamente para hacer videojuegos sino para brindarles comandos a su máquina y, codificándolos, hacer que les «hagan caso».

Todos estos códigos pueden trabajarse desde computadoras y/o celulares, señala la CEO. No obstante, habrá algunos programas que sí necesiten computadora, porque la lectura puede llegar a dificultarse.

El emprendimiento detrás de la franquicia

Gracias a RoboThink, a Mercedes se le ocurrió la idea de mejorar este sistema educativo con la creación de un currículo mucho más extenso en lo que a métodos de estudio y aprendizaje se refiere. Finalmente, y siendo docente, le dio ella misma forma a 60 grandes proyectos, donde los robots que ofrece la franquicia y sus planes de programación combinen exitosamente con las materias del día a día, lapso a lapso, de los estudiantes durante el año escolar.

«RoboThink me entrega una franquicia hermosa: la programación, los paso a paso y pensamientos críticos. Sin embargo, yo agrego lo más importante: la unión de todos esos proyectos en uno», manifiesta.

Todo esto, según su creadora, iría de la mano con una planificación educativa para el profesor. «Pensamos en cómo hacer que el maestro entienda, desde el inicio, cómo desarrollar una estrategia de enseñanza con juegos o retos», destaca. «Este método se resume en un currículo educativo de más de mil lecciones para enseñarle a niños desde los 4 hasta los 17 años».

Nace un emprendimiento: ‘Meme’ desarrollo un currículo de aprendizaje a través de la robótica que se complementa con el sistema de RoboThink

Trazando un eje trasversal para lograr la implementación de su currículo, Botbol se pone en la posición del docente y plantea, entonces, responder cada una de las posibles interrogantes que surjan en el camino.

“Es una enseñanza distinta, pero la herramienta ayuda a desarrollar habilidades especiales en todo el que las aplica. Eso es un hecho”

Para Mercedes, todo tiene cabida en la robótica. Hasta el arte. «Imagínate el puntillismo o el neoclasismo, el arte geométrico. ¿Cómo mezclarlos con la robótica? Simple, nuestros niños construyen robots que van captando señales, órdenes, a las que deben responder. Hacen círculos, puntos, cuadrados u otras formas que, al fin y al cabo, están conectadas al arte», describe.

RoboThink Venezuela con sus alumnos

¿Y la efectividad?

Para nadie es un secreto que la tecnología forma parte de la rutina diaria de los niños. Introducir en su currículum escolar la programación o el diseño de robots puede abrirles la mente y el camino hacia profesiones que serán clave en el futuro. Pero no siempre es visto con buenos ojos un método de enseñanza tan disruptivo.

Sin embargo, Botbol se mantiene firme en que lo que ha construido RoboThink hasta la fecha, habla por sí solo. «Empezaron con 4 ciudades y terminó estando en 250. Lleva solo 15 años y miren lo que ha logrado», destaca. «Es difícil llegarle a la gente; demostrarles que con este tipo de método sus niños pueden aprender, no es tarea sencilla, pero en unos años estoy segura de que se aplicará en muchas escuelas pues su efectividad es inmediata».

RoboThink Robótica Escuelas Venezuela

Mercedes ‘Meme’ Botbol, CEO de RoboThink Venezuela | Foto Jesús Navas

Ante frases como esa no es forma de educar a un niño, asegura que las resistencias, a pesar de todo, son siempre buenas. «Surgen muchas dudas en principio, es de esperarse. Pero cuando conocen a quien está detrás, nace la confianza. Cuando te explican y conoces el trabajo, entiendes que el arraigo y el compromiso con la educación son el principio de todo».

La educadora añade que es necesario que los modelos de enseñanza se alineen con los avances tecnológicos, sociales y generacionales. «Nuestros niños buscan otras formas de aprender, tienen más preguntas y RoboThink Venezuela busca responderlas».

Colegios, alumnos e inversión

Mercedes Botbol, hasta hace una semana, conversaba a puertas cerradas con una lista grande de colegios en Caracas.

«Hemos cerrado con varios. Incluso con algunos que tenían dudas en principio. El primero que confió en nosotros fue el Hebraica, mi casa, porque ahí me gradué. Además, tenemos 3 meses trabajando arduamente con algunos de renombre, preescolares y hasta públicos», dijo. «Nos encantaría también llegar hasta los rincones que se nos permitan. Cualquiera granito de arena, será un honor».

Algo que caracteriza a Botbol y su negocio es que no cuentan por escuela sino por niño. «Cuál es el número de alumnos, en cuántos debemos enfocarnos, cuánta capacitación debemos dar para que un profesor pueda enfrentarse a un programa como este. A mí no me importa lo que cueste, eso Dios lo premia luego. Lo importante es llegar a ellos», recalca.

Actualmente, pueden trabajar con entre 10 y 15 mil estudiantes con contratos de uno a dos años.

El valor, por alumno, depende del número de los mismos. Si hay más de 900 en una institución, puede costar $40 la inversión. Si hay menos, pueden ser $100. También depende la cantidad de sedes porque hay escuelas que tienen entre 2 o 3. Lo que es una condición sine qua non es que se realiza un pago anual y eso se resume en alrededor de 3 o 4 dólares mensuales. «Se entregan kits de robótica, programas y capacitaciones. Sin excepción», añade.

Sobre la competencia es fiel creyente de que su foco es único. «Nadie en el mercado tiene un currículo como el nuestro porque no existe otra Mercedes Botbol. Y sí, puede que haya negocios que tengan ciertas similitudes, pero la robótica no es solo un kit o un paso a paso y ya. Yo te ofrezco un currículo educativo completo que se unirá a tu escuela y hará de la educación una experiencia especial», manifiesta.

“La competencia la ve la gente, por ahora yo no”

Expandirse es una opción

Por ahora solo están pensando en Caracas, pero piensan en el interior del país. «Inviertan, si les interesa, en el proyecto. Invito al que quiera abrir una franquicia a hacerlo con confianza. Yo sola no voy a poder. Necesito gente que se atreva a apostar por la educación. Eso es lo más bonito. Claro, también están quienes quieren invertir y ganar; eso vendrá, pero la prioridad es la evolución de nuestros hijos», insistió Mercedes.

«La innovación que tiene RoboThink como programa educativo es tan grande que los resultados evidencian la motivación y la autodisciplina que crea en los niños. Incluso también contribuye a la parte autodidacta, por lo que ayuda a crear estudiantes independientes y seres que deseen cumplir metas», agrega Botbol.

«Estamos cargados de diversión, dinamismo y del compromiso de impulsar el desarrollo de habilidades creativas, el trabajo en equipo y el pensamiento crítico de los más pequeños de la casa. Hagámoslo posible, creamos en la robótica. Ese es el futuro, quiéranlo o no», concluyó.

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