El índice de precios de los alimentos de la FAO es una medida de la variación mensual de los precios internacionales de una canasta de productos alimenticios. Consiste en el promedio de los índices de precios de cinco grupos de productos básicos ponderado con arreglo a las cuotas medias de exportación de cada uno de los grupos durante el período 2014-16. En un artículo especial publicado en el número de junio de 2020 de Perspectivas alimentarias se presentan la revisión del período de referencia para el cálculo del índice y la ampliación de su cobertura de precios, puestas en práctica a partir de julio de 2020. Los antecedentes técnicos relativos a la formulación anterior del índice se publicaron en un artículo en noviembre de 2013.
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El índice de precios de los alimentos de la FAO da un salto gigante y alcanza otro máximo histórico en marzo
El índice de precios de los alimentos de la FAO* se situó en marzo de 2022 en un promedio de 159,3 puntos, es decir, 17,9 puntos (12,6%) más que en febrero, con un salto gigante que lo llevó a un nuevo nivel, el más elevado desde su creación en 1990. El último aumento obedece a los nuevos máximos históricos de los subíndices de los aceites vegetales, los cereales y la carne, mientras que también subieron notablemente los del azúcar y los productos lácteos.
El índice de precios de los cereales de la FAO se ubicó en un promedio de 170,1 puntos en marzo, lo que supone un aumento de 24,9 puntos (17,1%) respecto de febrero y constituye el nivel más elevado registrado desde 1990. El aumento de este mes obedeció a una subida repentina de los precios mundiales del trigo y los cereales secundarios, impulsada en gran medida por las perturbaciones relacionadas con el conflicto de las exportaciones de Ucrania y, en menor medida, de la Federación de Rusia. La probable pérdida de exportaciones de la región del Mar Negro agravó la ya escasa disponibilidad mundial de trigo. La preocupación sobre la situación de los cultivos en los Estados Unidos de América también contribuyó a que los precios mundiales del trigo subieran marcadamente en marzo, disparándose en 19,7%. Después de subir 20,4% en marzo, los precios internacionales de los cereales secundarios marcaron un récord y los precios del maíz, la cebada y el sorgo alcanzaron su respectivo nivel más elevado registrado desde 1990. Las expectativas de una reducción significativa de las exportaciones de maíz de Ucrania, uno de los principales exportadores, además de los elevados costos de la energía y de los insumos, contribuyeron a un aumento intermensual de 19,1% de los precios mundiales del maíz. La fortaleza de los mercados de maíz influyó en otros cereales secundarios y los precios del sorgo aumentaron 17,3%, mientras que las incertidumbres sobre los suministros acentuaron la presión sobre los mercados de cebada, ya de por sí con escasez, haciendo que los precios de la cebada subieran 27,1% desde febrero. Mientras tanto, el valor de marzo del índice de precios del arroz de la FAO se mantuvo con poca variación respecto de los niveles de febrero y aun así 10% por debajo de su valor del año anterior, debido a tendencias contrastantes entre los diversos orígenes y calidades.
El índice de precios de los aceites vegetales de la FAO se situó en un promedio de 248,6 puntos en marzo, lo cual representa un aumento de 46,9 puntos (23,2%) respecto de febrero y marca un nuevo récord. La pronunciada subida del índice se vio impulsada por el aumento de los precios de los aceites de girasol, palma, soja y colza. Las cotizaciones internacionales del aceite de girasol aumentaron de forma sustancial en marzo, impulsadas por la disminución de los suministros para la exportación en medio del actual conflicto en la región del Mar Negro. Entretanto, los precios de los aceites de palma, soja y colza también subieron marcadamente, como consecuencia de la creciente demanda mundial de importaciones tras las perturbaciones del suministro de aceite de girasol. Además, mientras que los valores mundiales del aceite de palma recibieron un estímulo adicional a causa de la persistente escasez de la oferta en los principales países productores, los precios del aceite de soja se vieron sostenidos por la preocupación acerca de una disminución de las disponibilidades exportables en América del Sur. Evidentemente, los valores volátiles y más elevados del petróleo crudo también empujaron al alza los precios internacionales de los aceites vegetales.
El índice de precios de los productos lácteos de la FAO registró un promedio de 145,2 puntos en marzo, esto es, un alza de 3,7 puntos (2,6%) desde febrero, lo que representa el séptimo mes consecutivo de aumento y empuja al índice 27,7 puntos (23,6%) por encima de su valor de hace un año. Los precios de los productos lácteos mantuvieron su tendencia al alza, respaldados sobre todo por la creciente escasez en los mercados mundiales como consecuencia de que la producción lechera en Europa occidental y Oceanía fuera insuficiente para satisfacer la demanda mundial. Las cotizaciones de la mantequilla y las leches en polvo subieron de forma pronunciada, sustentadas por el aumento repentino de la demanda de importaciones respecto de las entregas a corto y largo plazo, especialmente de los mercados asiáticos, y por la elevada demanda interna en Europa occidental. Entretanto, si bien los mercados del queso también se enfrentaban a una situación de escasez de la oferta debido a la fuerte demanda interna en Europa occidental, el valor del índice experimentó un ligero descenso como consecuencia de los efectos de las fluctuaciones de los tipos de cambio.
El índice de precios de la carne de la FAO* se situó en un promedio de 120,0 puntos en marzo, lo que supone un alza de 5,5 puntos (4,8%) desde febrero, con lo que también alcanzó un máximo histórico. En marzo, los precios de la carne de cerdo registraron el aumento mensual más acusado registrado desde 1995, a causa de la escasez de la oferta de cerdos de matanza en Europa occidental y a una subida repentina de la demanda interna con motivo de las próximas festividades de Pascua. Los precios internacionales de la carne de aves de corral se reforzaron, impulsados por la disminución de los suministros en los principales países exportadores tras los brotes de gripe aviar, así como por la imposibilidad de Ucrania de exportar carne de aves de corral en medio del actual conflicto. Los precios de la carne de bovino también se reforzaron, al persistir la escasez de la oferta de ganado listo para el sacrificio en algunas de las principales regiones productoras mientras que la demanda mundial se mantuvo elevada.
El índice de precios del azúcar de la FAO registró un promedio de 117,9 puntos en marzo, o sea, 7,4 puntos (6,7%) más que en febrero, con lo que revirtió la mayor parte del descenso de los tres meses anteriores y alcanzó un nivel que supera en más de 20% el registrado en el mismo mes del año pasado. El repunte de las cotizaciones internacionales del azúcar en marzo obedeció principalmente al aumento pronunciado de los precios internacionales del petróleo crudo, que reforzó las expectativas sobre un mayor uso de caña de azúcar para producir etanol en el Brasil en la próxima campaña. Los precios mundiales del azúcar recibieron un estímulo adicional a raíz del continuo fortalecimiento del real brasileño frente al dólar de los EE UU, que tiende a limitar las ventas de los productores debido a la menor rentabilidad en moneda local. Sin embargo, la buena marcha de la cosecha y las perspectivas favorables para la producción en la India, uno de los principales exportadores de azúcar, contribuyeron a suavizar el alza de los precios e impidieron mayores aumentos mensuales.
*A diferencia de otros grupos de productos básicos, la mayoría de los precios utilizados en el cálculo del índice de precios de la carne de la FAO no se encuentra disponible en el momento del cómputo y publicación del índice de precios de los alimentos de la organización; por tanto, el valor del índice de precios de la carne de los meses más recientes se deriva de una combinación de precios previstos y observados. En ocasiones, esto puede hacer precisas revisiones significativas del valor final del índice de precios de la carne de la FAO que, a su vez, podrían influir en el valor del índice de precios de los alimentos de la organización.