La propagación del coronavirus frenará brutalmente la economía mundial, cuyo crecimiento no debería superar 2,4% este año en el mejor de los casos, advirtió el lunes la OCDE, mientras que el G7 y el Eurogrupo se movilizan para tomar medidas.
La Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos advirtió que el mundo podría incluso vivir una recesión en el primer trimestre.
En noviembre la OCDE evaluaba en 2,9% el aumento del Producto Interior Bruto mundial este año, un nivel que ya era el más débil desde la crisis financiera de 2008-2009.
Pero ahora la organización –la primera gran institución internacional que publica una previsión de impacto económico de la epidemia– trabaja con la hipótesis principal de una crisis sanitaria que alcanzará su punto álgido en China durante el primer trimestre de 2020 y en la que los demás focos quedan bajo control.
Sin embargo, si las cosas fueron a peor y hubiera una epidemia más duradera, que se extendiera también a Asia-Pacífico, Europa y América del Norte, la OCDE cree que el crecimiento mundial podría dividirse por dos y caer a 1,4%.
En esta hipótesis el comercio mundial se contraería 3,75%.
En este contexto, los ministros de Finanzas del G7 se reunirán por teléfono esta semana para «coordinar sus respuestas», indicó el ministro francés Bruno Le Maire.
El presidente del Eurogrupo, el portugués Mario Centeno, anunció por su parte en Twitter una reunión el miércoles de los ministros de Finanzas de la zona euro, también por teléfono.
Crecimiento chino por debajo de 5%
Las bolsas occidentales sufrieron la semana pasada sus caídas más importantes en 12 años.
Ahora los mercados esperan que los bancos centrales tomen medidas y el presidente de la reserva federal estadounidense dijo que estaba dispuesto a hacerlo si es necesario.
El gobernador del Banco de Francia, François Villeroy de Galhau, recomendó por su parte no sobreactuar y considera que la actual política monetaria ya es «muy acomodaticia».
El Banco de Pagos Internacionales –el banco central de los bancos centrales– considera que el sistema financiero es más sólido que en 2008 pero advierte que las esperanzas de recuperación son ahora «totalmente irrealistas».
Es el caso de China, motor de la economía mundial, su crecimiento será de 4,9% este año si la epidemia llega a su máximo a finales de marzo, según las previsiones de la OCDE.
La caída de China también arrastrará a las demás economías, según la institución.
El crecimiento de la zona euro perderá 0,3 puntos porcentuales, hasta 0,8%, mientras que Italia, el principal foco del coronavirus en Europa, perderá 0,4 y tendrá crecimiento cero en 2020.
El PIB alemán solo aumentará 0,3%.
Japón también sufre de la crisis sanitaria con un crecimiento limitado a 0,2% mientras que Estados Unidos resiste mejor, con 1,9%, según la OCDE.
«La contracción de la producción en China tuvo efectos en todo el mundo, prueba de la importancia creciente de China en las cadenas de suministro mundiales y en los mercados de materias primas», explica la organización con sede en París.
Una economía mundial frágil
China tiene hoy en día más de 20% de la industria mundial, frente a menos 8% en 2002, un año antes de la epidemia del SRAS (Síndrome Respiratorio Agudo Severo), mientras que su proporción en el PIB mundial pasó de 6% a más de 16%.
En la hipótesis más favorable de la OCDE, el crecimiento mundial debería recuperarse en 2021 a 3,3%. Sin embargo advierte que esto supondría aplicar medidas de apoyo a las empresas y los hogares.
El coronavirus llega en un contexto de crecimiento mundial ya debilitado por la guerra comercial entre Estados Unidos y China.
A pesar del acuerdo alcanzado en enero por las dos primeras economías del planeta, «los derechos de aduana entre los dos países continúan siendo más elevados que hace dos años», indica la OCDE.
La organización también revisó considerablemente a la baja el crecimiento de India, de 6,2% a 5,1% para 2020, y de 6,4% a 5,6% para 2021, principalmente por el exceso de deuda de las empresas que afecta a las inversiones.
Por su parte el aumento del PIB en Reino Unido debería alcanzar 0,8% en 2020 y 2021, incluso en caso de acuerdo comercial con la UE, porque «los obstáculos no arancelarios afectarán probablemente a las exportaciones y el crecimiento de la producción a lo largo de 2021».