La dolarización llegó hasta los campamentos vacacionales en Venezuela. Estas actividades que llevan adelante distintas empresas dedicadas a la diversión y esparcimiento de los más pequeños de la casa durante el descanso escolar, se convirtió en un lujo.

Labores a campo abierto, torneos entre jóvenes, natación, disciplinas deportivas, grupos de bailes, y hasta una ceremonia al mejor estilo de los Oscar, son algunas de las propuesta que hacen están compañías para el recreo de niños entre los 6 y 17 años de edad.

Desde 175 dólares hasta 900 necesita un padre de familia para inscribir a su hijo en un campamento vacacional por tres semanas, lo que equivale a más de 2.000 salarios mínimos, ubicado desde abril en 40.000 bolívares mensuales.

La opción más económica, por una semana es de 175 dólares, en el que le garantizarán a los padres que su representado gozará de: Actividades 100% en inglés, tres comidas más la merienda; servicio médico (doctores dentro de las instalaciones), póliza de seguros contra accidentes, seguridad privada, traslado ida y vuelta, cabañas, guías y hasta un fotógrafo.

Para realizar el pago, los representantes pueden hacerlo con divisas en efectivo, bolívares a la tasa de cambio del día no oficial o transferencias electrónicas desde un banco internacional.

Otras de las opciones para esta temporada son las academias de idiomas que ofrecen cursos intensivos de inglés y francés con actividades recreativas divididas en dos temporadas. La primera inició el 29 de julio y concluirá el 9 de agosto, mientras que la segunda iniciará el 18 de agosto y terminará el 31 del mismo mes. El precio a cancelar es 50 dólares.

“Con eso reúno para los estrenos de diciembre”

“Ni de 900 ni de 200 dólares. En ninguno de ellos metería a mi hija”, expresó José Hernández, comerciante con más de 30 años en la confección de pantalones formales y casuales para damas, caballeros y niños.

Mileyns Díaz, madre de una niña de 6 años de edad y dueña de la empresa Exipros C.A, dedicada a la compra y venta de repuestos automotrices, coincide con Hernández. “Tendría que tener un ingreso bastante alto y  poder destinar 900 dólares para un plan vacacional”, afirmó.

Díaz explicó que tiene la intención de buscar otras opciones para aprovechar el tiempo de su hija y que realice actividades complementarias a su formación, pero sería una más acorde a su bolsillo.

Alexandra Aguilar, administradora y madre de una hija de 12 años de edad, aseguró que en este momento tiene otras prioridades por lo que buscará otras ofertas como un viaje a la playa, el cine, un parque con atracciones mecánicas para el disfrute de esta temporada.

“Con 900 dólares termino de comprarle el uniforme escolar, útiles, y reúno para sus estrenos en diciembre”, sentenció Aguilar.


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