China redujo su crecimiento durante el tercer trimestre del año y su producto interior bruto (PIB) aumentó 6% en interanual. Dichos datos dejan entrever la ralentización de su economía y mayores presiones a la baja.
El crecimiento, la peor cifra trimestral desde marzo de 1992 -cuando se comenzaron a registrar oficialmente estos datos-, se ralentizó con respecto al 6,4% y 6,2% registrados en el primer y el segundo trimestre de este año. Esto estaba previsto por los analistas, que sin embargo pronosticaban que la desaceleración iba a ser menor, de un 6,1 % para este periodo.
Los datos de la Oficina Nacional de Estadísticas (ONE) muestran que el PIB chino acumuló un crecimiento de 6,2% interanual durante los tres primeros trimestres del año. Alcanzó 69,78 billones de yuanes (alrededor de 9,8 billones de dólares).
Las cifras constatan que China está inmersa en un proceso decreciente. La baja se debe a la guerra comercial con Estados Unidos y otros factores como una menor demanda interna por las medidas para reducir la deuda.
Sin embargo, los datos están todavía en línea con la línea del objetivo marcado por Pekín para este año.
La industria
La producción industrial aumentó 5,6% interanual en los tres primeros trimestres de 2019. Un crecimiento de 0,8% menor que el registrado en el mismo periodo del año anterior.
Según indicó hoy en rueda de prensa el portavoz de la ONE, Mao Shengyong, las cifras indican que la economía ha seguido creciendo en un rango «generalmente estable» y que la estructura económica se está «optimizando constantemente».
Pese a los ajustes estructurales y las presiones bajistas, China «seguirá inquebrantable» en la profundización de sus políticas de reforma y apertura. Y tratará de estabilizar áreas como el empleo, el sector financiero, el comercio exterior y la inversión, añadió.
«Pero debemos ver que la situación doméstica e internacional es todavía complicada, grave. El crecimiento global sigue a la baja y hay incertidumbres externas a la vista», advirtió Mao.