La contratista china Wison Engineering negó que haya acordado reparar el principal complejo de refinación de Petróleos de Venezuela, a cambio del suministro de crudo.
«Wison no está involucrada en ningún contrato de trueque en Venezuela para reparar el Complejo de Refinación de Paraguaná», dijo a Argus un portavoz de la sede de la compañía en Shanghai.
La negación de Wison contradice lo dicho por Manuel Quevedo, ministro de Petróleo del régimen de Nicolás Maduro. Quevedo habría asegurado que el mes pasado se firmó el acuerdo de trueque.
AVN informó el 13 de agosto que Wison y Sulzer, con sede en Suiza, habían acordado separar los contratos para reparar las refinerías de Pdvsa a cambio de productos. Sin embargo, Sulzer también negó que esté involucrada en cualquier trabajo posterior en Venezuela.
Wison y Sulzer
Wison fue percibida como un socio dispuesto a pesar de las sanciones de Estados Unidos contra el régimen que Beijing continúa apoyando.
El principal accionista de Sulzer es Renova de Rusia, otro patrocinador internacional del gobierno de Nicolás Maduro.
Wison no es nuevo en Venezuela, rememora Argus. Petróleos de Venezuela le otorgó a la compañía un contrato de adquisición y construcción en octubre de 2013.
El contrato tenía como fin preparar el sitio de la refinería ubicada en Puerto La Cruz para un proyecto de conversión profunda, liderado por Hyundai Construction and Engineering.
El contrato asignó «la adquisición de la preparación del sitio y la construcción de mejoras de la tierra, nuevos camiones cisterna, edificios administrativos e instalaciones», según Wison.
A partir de 2015, la empresa asiática informó que el proyecto estaba «progresando según lo programado», pero desde entonces el trabajo se ha estancado.
En el Complejo de Refinación de Paraguaná, el craqueador catalítico fluidizado y el flexicoker de Amuay están fuera de servicio una vez más.
Dos funcionarios del sindicato petrolero detallaron que solo una de las cinco unidades de destilación está operativa.
En Cardon, las unidades derribadas incluyen la FCC, torres de destilación e hidrodesulfuradores.
La refinería El Palito, de 140.000 b/d de Pdvsa en el estado Carabobo, ha estado cerrada desde 2017.
«Pdvsa ya no tiene los recursos humanos, financieros ni técnicos para revertir el colapso de sus refinerías en Venezuela», dijo a Argus un alto funcionario del sindicato.
«La crisis es tan grave que es posible que el complejo pronto se vea obligado a cerrar por completo, dejando a Venezuela dependiente de las importaciones», expresó.