El 23 de mayo de 2019 el gobierno interino de Venezuela -encabezado por Juan Guaidó-, con la colaboración del gobierno de Iván Duque en Colombia, tomó el control de la empresa del Estado venezolano con sede en el país vecino, Monómeros. Luego de más de tres años, ahora el manejo de la empresa podría volver a manos del gobierno de Nicolás Maduro debido a la llegada de Gustavo Petro a la presidencia colombiana.
De acuerdo con medios de comunicación, como la Voz de América, el presidente electo de Colombia adelantó que planea devolver la administración de la empresa estatal venezolana a Maduro para rebajar los precios de los fertilizantes en su país.
En medio de la situación han surgido cuestionamientos sobre el futuro de Monómeros y cuál es el balance que dejan los tres años de gestión del gobierno interino. La Fracción 16 de Julio y periodistas venezolanos han denunciado irregularidades en el manejo de la compañía.
La Comisión Permanente de Contraloría de la Asamblea Nacional (AN) elegida en 2015 aprobó, con el voto de siete diputados, el informe sobre las «irregularidades perpetradas» por funcionarios, titulares de las gerencias en las empresas Pequiven-Monómeros, bajo control del gobierno interino y el Parlamento a partir de 2019.
El texto declara la responsabilidad política en los hechos irregulares sobre el gerente de Monómeros Colombo Venezolanos S.A. Guillermo Rodríguez Laprea por «ocultar información a la AN con el propósito de impedir que se conozca la verdad sobre la contratación con la empresa LyonStreet, compañía a la cual representó anteriormente».
A pesar de que las denuncias se venían formulando desde hace meses, el diputado José Luis Pirela, miembro de la Fracción 16 de Julio, celebró que la comisión avanzara en las investigaciones.
«Nosotros tenemos dos años investigando el caso, trabajando y documentando el caso y desde la Fracción 16 de Julio hicimos, hace más de un año y medio, una propuesta muy concreta. Presentamos la proposición en diferentes instancias de relanzar y sanear a Monómeros. Esa propuesta reúne tres elementos: primero, la imperiosa necesidad de sustituir la junta directiva y provocar una reestructuración de la empresa. Segundo, solicitamos abrir un concurso de credenciales para que ciudadanos que reúnan el perfil ético y profesional pudieran proponerse para integrar la junta directiva de Monómeros y evitar, con participación de talentos de la sociedad civil, el reparto que el G4 hizo en la conformación de esa junta directiva», dijo Pirela en conversación con El Nacional.
Sostuvo que también propusieron que se realizara una auditoría con una empresa internacional que evaluará la situación financiera de Monómeros. Esto con la finalidad de tener una visión más clara de lo que estaba enfrentando la compañía. Sin embargo, resaltó que no hubo al comienzo voluntad político de los partidos políticos para llevar adelante esta propuesta.
«A pesar de que este informe de la comisión se da tarde, a veces es mejor tarde que nunca. Tengo que concluir que es necesario hacer un reconocimiento al trabajo que los compañeros de la Comisión de Contraloría realizaron y que su decisión es correcta. Es decir, la investigación fue fundamentada en elementos de hecho y de derecho, en el que establecen la responsabilidad política de Guillermo Rodríguez Laprea. Así como la solicitud de su destitución, al igual que de la abogada Diana Bracho. Es una decisión concluyente y coherente con los debates que allí se han dado y con todos los elementos probatorios que fundamentan y sustentan el informe», señaló.
¿Se puede rescatar Monómeros?
Aunque Pirela reconoce la situación de la empresa por el mal manejo, que asegura se tuvo durante las últimas gestiones, cree que es posible recuperar lo que considera un gran activo del Estado venezolano en el exterior.
«Creo que la empresa puede ser rescatada si se toman y si se asumen métodos como los que nosotros propusimos, salvo que haya una propuesta en contraria. Ahora, si la nueva junta directiva de Monómeros se escoge bajo métodos de reparto político y no desde la visión empresarial, productiva y transparente poniendo gente que cumpla con dicho perfil, evidentemente eso sería catastrófico para la empresa», dijo.
«Típicamente lo que hemos señalado es que Monómeros es una empresa con un perfil exitoso. Una empresa con 54 años y con una extraordinaria trayectoria. Además, con un mercado asegurado en América Latina. Es decir, esa empresa solo requiere una gerencia sana para despegar exitosamente. Desafortunadamente en los últimos dos años esta empresa ha sido manejada con criterio de pillería, con deslealtad. También con tramas de corrupción donde el último gerente Guillermo Rodríguez Laprea se ha dedicado más a hacer campañas publicitarias para proyectar una falsa imagen de prosperidad que no es tal. Se han maquillado las cifras y ocultado elementos de fondo», agregó.
El futuro
Ante el eventual retorno de la empresa a manos del gobierno de Maduro, Pirela señaló que los ciudadanos y las factores políticos deberán ser más vigilantes para que Monómeros tenga una junta directiva que cumpla con su trabajo.
«Ahora bien, miremos hacia el futuro. Trabajemos para el futuro. Los gobiernos son transitorios, incluidos los gobiernos dictatoriales. Monómeros ha sido administrada por los fundadores de la democracia, por Chávez, por Maduro y ahora está administrada por gente que puso el G4. Posiblemente vuelva a estar en manos del régimen de Maduro y nosotros mantendremos una actitud vigilante sobre aspectos clave. Por ejemplo, vigilaremos cuál es el método de selección y los perfiles de quienes coloquen allí y el desempeño de los administradores. Hemos hecho una investigación muy seria, profunda y rigurosa en dos años. Esa actitud vigilante hay que mantenerla y profundizarla. Pero además la sociedad venezolana no puede ser indiferente frente a lo que ocurra con sus activos en el exterior. Los activos de Venezuela en el exterior no son actos de improvisación, formaron parte de una estrategia», aseguró.
El rol de los partidos
Pirela también indicó que es necesario que para el futuro, los partidos políticos entiendan que este tipo de empresas no pueden ser manejadas por cuotas ni con fines políticos.
«Yo creo que ahí faltó voluntad política. Faltó capacidad para rectificar y algunos grupos políticos se han venido amamantando como una garrapata en el lomo de Monómeros. Han venido recibiendo aportes financieros de allí y no quieren desprenderse de eso. Es una un gravísimo error la actuación del doble discurso de decir ‘hay que sacar la política de Monómeros, hay que despolitizar las empresas del Estado, hay que crear un fideicomiso’, como dijo Julio Borges y no propuso nada, no presentó nada. Esa actitud es un acto de irresponsabilidad terrible. Eso es una señal muy mala y le hace mucho daño a los partidos, pero también le hace mucho daño a la política», señaló.
—¿Para usted, quién es el responsable de lo que ocurrió en Monómeros porque ahora muchos partidos políticos denuncian lo que pasó como si no formaron parte de la empresa?
—Sí, pero no se pueden lavar la cara ante el país mintiendo. La historia los va a condenar. No se trata de mentir, no se trata de imposturas. No es hacer un discurso donde tú despolitizas a la empresa pero a la hora de tomar las decisiones no las tomas. Bueno, mira la sesión de la Comisión de Contraloría; yo no soy miembro de la Comisión de Contraloría, pero por supuesto que asistí haciendo uso del Reglamento Interior y de Debate que me permite estar con derecho a voz. Bueno, ¿qué pasó allí? Hay 12 parlamentarios de la comisión con derecho a voz y voto, se conectaron varios y al final hubo cuatro ausentes y uno que pidió diferir de nuevo el punto. El diputado Salazar pidió diferir el punto y como no lo complacieron él se retiró y al final la decisión la tomaron siete diputados que están siendo objeto de presiones y son observados por los factores del G4. El país los está observando y pareciera que no se dan cuenta de eso.
—¿Qué aprendizaje le deja a los diputados como usted toda esta situación?
—Usted mencionó las denuncias de hace más de dos años del embajador Humberto Calderón Berti y de la periodista Patricia Poleo, lo cual comparto plenamente; ellos fueron, digamos, de las primeras personas que plantearon el tema. Luego, yo desde la Fracción 16 de Julio por una serie de razones de que tengo más relaciones en Colombia que el resto de la fracción, deciden que yo asumiera la tarea de investigar. Pero yo no me iba a limitar a expresar unas opiniones, sino que comencé a documentar el caso y a viajar. En estos dos años yo he ido 20 veces a Barranquilla a reuniones secretas a recibir documentos y a recibir información. He ido 6 veces a Bogotá con el mismo propósito y no es fácil documentar una investigación donde te están bloqueando por todas partes y donde se ha jugado a silenciarme. Yo te voy a decir algo, sin dar el nombre, a mí me llamaron desde la presidencia de los Grupos Territoriales de Colombia para alertarme y decirme: «Diputado hay una campaña para silenciarlo a usted con el tema de Monómeros». Y lo hicieron, muchos medios dejaron de publicarme y por eso le digo que el caso Monómeros me deja dos enseñanzas: uno no rendirse nunca, aunque tengas que levantar en solitario una bandera; y dos, lo que Jesús dijo hace 22 siglos: «La verdad los hará libres».
—¿Cree que se perdió una oportunidad con Monómeros?
—El G4 dilapidó la oportunidad histórica de construir y ejercer un nuevo tipo de gerencia pública y productiva.