Economistas venezolanos rechazaron las nuevas medidas económicas anunciadas el primero de mayo por Nicolás Maduro, las cuales incluyen aumentos para los bonos de alimentación y de Guerra Económica, pero sin incremento del salario mínimo.
El bono de alimentación quedó establecido en 40 dólares mensuales, mientras que el bono Guerra Económica, que Maduro dijo inicialmente que sería de 20 dólares, finalmente se ubicó en 30 dólares al mes.
Tras el anuncio, José Guerra, economista e integrante del Observatorio Venezolano de Finanzas, dijo que la medida atenta contra la integridad del salario mínimo.
«El anuncio de Maduro es una burla para los trabajadores venezolanos. Hoy se firmó el acta de defunción del salario mínimo, que es una de las grandes reivindicaciones de los trabajadores en todo el mundo, establecido en los convenios de la Organización Internacional del Trabajo (OIT). Maduro acaba de asesinar el salario mínimo», manifestó en un video publicado en redes sociales.
Guerra explicó que con esta medida Maduro bonificó los salarios, es decir, prácticamente toda la remuneración de un trabajador pasa a ser un bono, lo que pulveriza otros beneficios como las prestaciones o las vacaciones.
Sobre este punto también opinó el economista Leonardo Vera. «La bonificación de los ingresos, una tendencia amplificada por la gestión de Nicolás Maduro, acaba asimismo con el régimen de prestaciones sociales y afecta otros beneficios laborales», explicó en Twitter.
«A decir verdad, el bono de alimentación y cualquiera de esos bonos concedidos por el señor Nicolás Maduro no forman parte del salario y no inciden en el cálculo de prestaciones sociales, ni de utilidades, ni de otros beneficios laborales», agregó.
Vera indicó, además, que se trata de un esquema «regresivo por diseño (y probablemente de espaldas a la Constitución) pues un trabajador que gana salario mínimo acumula prestaciones sobre un porcentaje de su ingreso, que es menor al de los trabajadores que ganan más que el salario mínimo».
El economista Hermes Pérez coincidió en que el anuncio de Maduro se traduce en la eliminación de facto de la retroactividad de las prestaciones sociales, incluyendo: cesantía y antigüedad, vacaciones y bono vacacional, y utilidades.
«Sin dudas, la mayor desmejora laboral del país en nuestra historia contemporánea», señaló Pérez.
En cuanto a los pensionados, al no ser receptores del bono de alimentación, se ven aún más afectados por la falta de incremento del salario mínimo.
El sistema es además discriminatorio y probablemente también ilegal pues deja a los pensionados ganando 40 dólares menos de lo que gana el trabajador con ingreso mínimo», señaló Vera.
Pérez añadió que las pensiones, que se calculan tomando como base el salario, tenderán a desaparecer, al igual que los aportes al Seguro Social.
No es un problema de recursos
José Guerra afirmó que el gobierno tiene los recursos para incrementar el salario mínimo, sin embargo, se niegan a hacerlo.
Aseguró que se trata de una estrategia del gobierno de Maduro para acumular recursos de cara a las próximas elecciones presidenciales del año 2024.
«Estamos ante un gobierno insensible que no parece tener claridad sobre la necesidad de que los trabajadores tengan un salario digno. Por qué Maduro hace esto, teniendo los recursos porque se está exportando 40.000 barriles de petroleo al día, sencillamente porque está acumulando recursos para el evento electoral de 2024. Esa es la explicación de fondo de la negativa de Maduro de no incrementar los salarios de los trabajadores venezolanos», concluyó.
Henkel García se mostró en desacuerdo con esta teoría y, afirmó, que el gobierno no tiene recursos para incrementar el salario de manera significativa.
«Insisto, el problema del gobierno es de recursos, no ha logrado incrementarlos de manera significativa. Ni los petroleros, ni los de recaudación fiscal. La pregunta: ¿tendrán los suficientes para pagar lo anunciado?», dijo en Twitter.