El Día Mundial de la Alimentación gana relevancia en tanto la pandemia pone de relieve los desafíos a los que se enfrentan los sistemas alimentarios. Las largas cadenas de procesos, productos y servicios entre el campo y las ciudades han generado muchas inequidades, ahora la producción local se revaloriza para garantizar la alimentación y nutrición adecuada de la humanidad. En la Primera Cumbre sobre los Sistemas Alimentarios, las naciones del mundo miraron hacia los modelos de producción rurales e indígenas como modelos inspiradores para la transformación, por ser sostenibles, resilientes y eficientes.
El representante de la FAO en Venezuela, Alexis Bonte, respondió a cinco preguntas sobre los sistemas alimentarios, a propósito del Día Mundial de la Alimentación.
–¿Cuál es el mensaje que promueve la FAO para celebrar el Día Mundial de la Alimentación?
–Este es el segundo Día Mundial de la Alimentación que se celebra durante el covid-19. Tras la pandemia, la seguridad alimentaria es una de las áreas más críticas afectadas en todo el mundo, ya que es un derecho humano, una necesidad vital y se encuentra vinculada a la economía familiar. Este escenario adverso nos ha obligado a repensarnos como habitantes de este planeta: ¿qué estamos haciendo?, ¿cómo estamos produciendo nuestros alimentos?, ¿a qué costo ambiental?, ¿cuántas enfermedades nos estamos generando por nuestros hábitos de alimentación?
Ahora mismo, por ejemplo, 3.000 millones de personas no pueden permitirse una dieta saludable. Los pequeños agricultores producen más de 33% de los alimentos del mundo, pero irónicamente en las zonas rurales es donde existe mayor pobreza. 30% de los alimentos producidos en el mundo se desperdician, lo que equivale a tres veces lo necesario para alimentar a los 820 millones de hambrientos del mundo.
Es por esto que el tema propuesto por la FAO para el Día Mundial de la Alimentación refiere a la transformación de los Sistemas Alimentarios: ¡Nuestras acciones son nuestro futuro! Es momento de actuar juntos por una mejor producción, una mejor nutrición, un mejor medio ambiente y una vida mejor, sin dejar a nadie atrás.
–Recientemente la Cumbre sobre los Sistemas Alimentarios realizó un llamado urgente para cambiar los modelos de alimentación y producción. ¿Puede hablarnos sobre esto?
–A pesar de producir más alimentos que en ningún otro momento de la historia, de los casi 8.000 millones personas del planeta, 10% pasan hambre, 30% no acceden a una alimentación suficiente y adecuada, y 20% o más es obesa. El problema radica en el modelo predominante en los Sistemas Alimentarios de la actualidad, ya que ha causado 80% de la deforestación, 60% de la perdida de la biodiversidad, consumen 70% de toda el agua dulce utilizada por el hombre. Además, se han creado relaciones desiguales que colocan en vulnerabilidad y pobreza a los hombres y mujeres que alimentan al mundo, pero muy especialmente a las mujeres.
Producir más alimentos con menos requerimiento de agua es una decisión, consumir dietas más saludables y sostenibles es una decisión de cada uno y estas decisiones tienen que ver con nuestra conciencia.
Durante la Cumbre sobre los Sistemas Alimentarios, realizada en septiembre de 2021, se analizaron sistemas alimentarios que existen y son sustentables, resilientes y eficientes: el sistema alimentario de las comunidades rurales y las comunidades indígenas.
En Venezuela, las comunidades indígenas kariña, en el marco de nuestro proyecto de Ordenación Forestal en los bosques de la Reserva Forestal de Imataca, destacan como héroes de la alimentación. Su organización les ha llevado a formarse, crear una empresa forestal y aprovechar de manera sustentable los productos del bosque, ahora abastecen un mercado local con alimentos autóctonos como por ejemplo el casabe, frutas y tubérculos, mejorando su dieta y fortaleciendo sus medios de vida.
Luego de la Cumbre se acordó que cada país deberá generar una hoja de ruta nacional para transformar sus sistemas. Venezuela anunció la necesidad de fomentar mayores programas de educación alimentaria y nutricional, y fortalecer las alianzas con todos los actores de la cadena.
–¿Cómo pueden transformarse estos sistemas?
–Los desafíos a los que nos hemos enfrentado recientemente nos han obligado a generar un cambio individual y colectivo para salvarnos y salvar al planeta. Es necesario que los jóvenes se vinculen y se encarguen de liderar este proceso tomando en consideración las lecciones aprendidas de la humanidad, conjugando al mismo tiempo ciencia y conciencia como herramientas fundamentales para hacer del planeta un mundo más justo y sostenible. Para la FAO, la transformación de los sistemas alimentarios debe incluir la Gestión Sostenible de los recursos naturales; deben ser más justos e inclusivos, apuntando a políticas de protección social para los más vulnerables; deben ser diversos y resilientes, ser flexibles y combinar sistemas integrados de cultivo, ganado, silvicultura y pesca, para producir más variedad de productos de manera más sostenible.
También, deben ser eficientes. Los circuitos cortos agroalimentarias son ejemplo de ello, los alimentos van del campo a la mesa, participan menos intermediarios, por lo que las ganancias son directas para los productores y a su vez los consumidores tienen más conocimiento del origen de los productos. Se incentivan prácticas agroecológicas y se revalorizan los productos locales. También, deben incorporar una visión de salud y nutrición en todos los eslabones de los sistemas alimentarios.
–¿Cómo transita Venezuela hacia esta transformación?
–La situación nacional ha demostrado que los retos también ofrecen oportunidades para el cambio. Aunque en los últimos años diversos factores (políticos, económicos y meteorológicos) han afectado la producción agrícola, el comercio internacional y el desempeño de la industria de alimentos, Venezuela es un terreno fértil para construir los sistemas alimentarios que todos los venezolanos necesitan, preservando la naturaleza. El contexto actual y las perspectivas económicas ofrecen una oportunidad para una transición del sistema alimentario venezolano con políticas alimentarias orientadas a fortalecer la producción local y la recuperación económica articulando todas las fases: producción, elaboración y distribución. Ahora el tema productivo no solo está presente en la agenda política, está identificado por los ciudadanos como parte de la solución a la crisis económica. Y esto es un paso al frente, en la transformación del modelo económico y por ende de los sistemas alimentarios.
Los programas y políticas sociales son fundamentales en la lucha contra el hambre y la pobreza, siempre deben estar en el centro de las acciones gubernamentales para la protección de las personas y las familias más vulnerables. Estos programas también son parte de la transformación se los Sistemas Alimentarios porque ayudan a garantizar el componente de equidad y justicia.
En este sentido, el proyecto de Ley de Compras Públicas es una oportunidad para fortalecer la producción nacional y la economía rural, y al mismo tiempo robustecer los programas de atención social mejorando la oferta de alimentos y garantizando su sostenibilidad.
La FAO, también ha venido trabajando con el ministerio de educación, productores locales y otras organizaciones de la sociedad civil en un Modelo para ir construyendo en conjunto la sostenibilidad del PAE a nivel nacional, a través del fortalecimiento de las Escuelas Técnicas Agrícolas y otros espacios productivos que cuentan con la capacidad de producir alimentos frescos para ser distribuidos en las escuelas de su localidad.
–Denos una reflexión final sobre el futuro
–Frente a grandes desafíos las sociedades y los individuos siempre regresamos a lo primordial, lo indispensable, la Pachamama, la Madre Tierra, que nos nutre, nos protege y nos sustenta.