Los pilares de la recuperación de la recuperación económica de Venezuela son restablecer los mecanismos de mercado, superar el déficit de divisas y reconstruir la capacidad del Estado, indicó el economista Miguel Ángel Santos.
“El colapso de Venezuela es la consecuencia de la imposición de un modelo de control social que comenzó hace tiempo y que tiene muchísimos elementos que se han combinado para destruir el mecanismo de mercado y sustituirlo por la planificación central”, aseguró.
Cualquier asomo de la Venezuela del día después pasa por desmontar radicalmente todos estos mecanismos y restablecer el mecanismo de mercado, señaló en su participación en el evento ¿Cómo presupuestar?, organizado por la Cámara Venezolano-Americana de Comercio e Industria (Venamcham).
Santos es economista, profesor adjunto en la Escuela de Gobierno John F. Kennedy de la Universidad de Harvard y director de investigación aplicada en el Laboratorio de Crecimiento del Centro para el Desarrollo Internacional en la misma casa de estudios.
El economista explicó que la crisis no se puede deshacer volviendo al lugar en el que estábamos, sino que hay que deshacerla en orden inverso. “La única manera de reactivar la producción en este momento, el consumo y el sector no transable, es con un aumento de importaciones de materia prima, materiales intermedios y repuestos que ayude a que se empiece a regenerar la actividad económica en Venezuela”, manifestó.
“Ese aumento de importaciones puede ser hecho de tal forma que produzca un aumento significativo en el Producto Interno Bruto y en paralelo hay que abrir el petróleo a la inversión extranjera. Esa apertura también va a llevar a una expansión del PIB”, agregó.
Venezuela necesita financiamiento internacional
Santos subrayó que el financiamiento internacional se puede conseguir de manera tal que sirva para motivos de balanza de pago, pero también para que parte del financiamiento internacional venga a cubrir déficits fiscales más grandes y sustituya a la inversión de dinero aumentando los ingresos fiscales, lo que a su vez va a tener un impacto significativo en el PIB.
Para aumentar el ingreso fiscal hay que ir a una reestructuración agresiva de deuda, afirmó: “Venezuela con exportaciones de 30.000 millones de dólares no tiene cómo hacerle frente a una deuda de 140.000 millones de dólares, y nadie que venga a poner dinero en Venezuela, sea organismo multilateral, sea un banco o empresa lo va a hacer con esta enorme carga de deuda a riesgo de que los dólares que entran por una puerta salgan por otra para cubrir las acreencias heredadas del período Chávez-Maduro”.
Explicó que si no se incurre en default no va a venir ningún inversionista, “porque nadie quiere meterse en un país que tiene el nivel de endeudamiento de Venezuela porque la inestabilidad macroeconómica y toda la crisis en la que estamos sumidos no puede ser superada con ese nivel de endeudamiento”.
“El reto que tenemos todos es ver cómo hacemos una Venezuela distinta a la que se está viviendo”, aseveró.
Los cambios que ha habido en Venezuela
Santos explicó que en poco más de 20 años la economía venezolana cambió totalmente. “En 1998 teníamos unos sectores exportadores: petrolero, minero y manufacturero, los sectores transables, que representaban 40% del PIB. En 2018, que es el último momento en que se tienen estadísticas, se aproxima hacia 25%”, destacó.
Dijo que la expansión que hubo en Venezuela en los años de Hugo Chávez no ocurrió en el sector transable sino en el sector no transable, empujada por el boom de los precios petroleros. Caen los precios petroleros y con eso se vino abajo el crecimiento que se dio en los sectores no transables.
“El desplome ha sido colosal. Para el cierre de 2020 la economía podría terminar alrededor de un cuarto del tamaño que tenía en 2013. Una pérdida de 75% de la actividad que ha ocurrido en apenas siete años”, señaló.
Dijo que la economía venezolana pudo haber estado alrededor de 50.000 millones de dólares en 2019 y pudiera aproximarse en 2020 a unos 35.000 millones de dólares, que es una cifra extraordinariamente baja. “Quizás la economía estará entre 30.000 millones y 32.000 millones de dólares”, apuntó.
Explicó que Venezuela estaba entre los peores colapsos económicos y los peores colapsos de importaciones porque se destruyeron los mecanismos de mercado. “Esas decisiones de política administrativa han puesto a Venezuela entre los peores de producción y las peores de caída de importación”, advirtió.
Para el cierre de 2020 el consumo privado per cápita representa 30% del nivel de 2013. “Esto ha provocado un aumento muy fuerte de la pobreza”, afirmó.
Venezuela cierra este período con una deuda gigantesca estimada hoy en día en 140.000 millones de dólares, que son aproximadamente 17 veces las exportaciones. “Se puede decir con toda seguridad que Venezuela es el país más endeudado del mundo”, subrayó.
“Este es el contexto en el que se da la actividad económica”, dijo.
Neoliberalismo chavista
Santos indicó que hay dos fuerzas discutiendo las políticas públicas y el enfoque que se le da a la política económica en Venezuela, con influencia en momentos distintos: “El ritmo de crecimiento de la base monetaria se ha reducido significativamente. Aquí en algún momento entró a jugar una fuerza distinta, que voy a llamar el neoliberalismo chavista”.
Explicó que en el multiplicador monetario a partir de enero de 2019 se introduce una restricción de encaje gigantesca lo que disminuyó la capacidad de los bancos de crear crédito a mínimos históricos.
Advirtió que se nota una expansión muy acelerada del déficit fiscal previo a 2019, financiada con emisión de dinero, y a partir de 2019 lo que aparece es algo distinto: un gasto público que se va haciendo cada vez más pequeño en términos reales y que coincide con el agotamiento de las fuentes de financiamiento porque se imprime cada vez menos dinero.
“Hay una diferencia de concepción entre el chavismo radical que predominó antes de 2019 y el neoliberalismo chavista. La diferencia no es nominal. Las personas que defienden una y otra postura dentro del gobierno tienen otras concepciones de la política económica asociadas y sí tienen impacto sobre el sector real”, afirmó.
“En términos, por ejemplo, de política fiscal hay un sector más radical que quiere expandir el gasto público financiado con emisión monetaria acompañado por un mecanismo de control más estricto y controles de precio, multas, confiscaciones de inventario, esencialmente asesorados por españoles”, explicó pero advirtió que lo que se ha impuesto desde 2019 hasta la fecha es el neoliberalismo chavista: “Están a favor de una consolidación fiscal real, porque están convencidos que la hiperinflación hace al gobierno más impopular, quieren moderar y ya han moderado el crecimiento de la base, se relaja el encaje, no para expandir el crédito sino para aliviar el déficit de la reserva de la banca, están a favor una liberación de impacto cambiaria, que es un poco lo que ha ocurrido, y no ven con malos ojos una dolarización. Tienen asesores ecuatorianos”.
Santos indicó que son dos maneras distintas de ver las cosas. “Hay una pugna interna y siempre está la posibilidad de que regresemos a lo anterior. Vivimos una locura sí, pero en otro nivel, distinto a lo que ya habíamos vivido en 2018”.
El coronavirus
El economista puntualizó que la mayoría de los países del mundo están lidiando con el covid-19, agotando sus reservas y fuentes de financiamiento, otros aprovecharon para amortizar deuda y además están recurriendo a los organismos financieros internacionales. Todo eso como política de respuesta y apoyo a la población más vulnerable en medio de la pandemia.
“Venezuela no tenía reservas o eran muy bajas, había agotado sus cuotas de financiamiento y no tiene una relación funcional con los organismos multilaterales. De manera que lo que predomina en otras latitudes es una opción que no hay en Venezuela. Las familias venezolanas ya se encontraban en una situación límite”, detalló.
“Por eso digo que irónicamente el covid-19 va a tener menos impacto en Venezuela en términos económicos y un impacto tremendo en términos de bienestar y de salud porque quedarse en casa no es una alternativa para muchas familias”, señaló.
Aseguró que el impacto económico antecede con mucho a las sanciones, aunque estas han dejado su vestigio. “Las sanciones que empezaron en enero de 2019 sobre Petróleos de Venezuela sí han tenido un impacto significativo sobre la producción y la exportación que ha afectado la capacidad de importación del país y como efecto multiplicador a todo el sector no transable”, manifestó.