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La pandemia arrastra también al «oro negro»

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El histórico desplome del precio del petróleo por la pandemia generó un sinnúmero de preguntas y dudas sobre una posible respuesta de Estados Unidos y su capacidad de mantener bajo confianza los mercados internacionales.

Por primera vez en la historia, el precio del crudo estadounidense cerraba en negativo (-37,63) en los contratos de futuros de mayo que expiraron el martes. La cifra arrastró los mercados mundiales, entre ellos Wall Street.

Jorge Piñón, experto en temas de la industria del petróleo, concedió una entrevista a Diario Las Américas.

“El precio del petróleo continuará oscilando a niveles de entre 20 y 25 dólares [el barril], por lo menos en las próximas semanas, debido al brusco descenso de la demanda a escala mundial por el coronavirus. La reducción de la producción de petróleo no ha sido tan rápida como el colapso de la demanda, y lo que tenemos hoy es una sobreoferta de casi 20 millones de barriles diarios de crudo”, afirma Piñón.

Otros analistas consideran que los precios del crudo estadounidense para entregas en junio y en los meses posteriores serán más cercanos al precio “real” del petróleo, junto a los precios de crudos internacionales que no cayeron en negativo, debido a que los problemas de almacenamiento no son tan apremiantes; sin embargo, también registraron pérdidas. Las economías casi paralizadas en su totalidad, por la pandemia del coronavirus no necesitan tanto combustible.

La parálisis económica que vive el planeta por la pandemia

Durante los últimos tres años, dos factores han influido en los mercados petroleros. El primero fue el surgimiento de la producción de “shale oil” [producción de petróleo no convencional] en Estados Unidos, que transformó al país, de un gran importador en un exportador cada vez más importante.

El segundo, la insólita alianza entre Arabia Saudita y Rusia, que cooperaron para recortar la producción, pero al final renacieron antiguas tensiones entre ambos que generaron una fuerte disputa y que impactaron los precios en el mercado mundial, antes de que comenzara la rápida expansión del covid-19.

La parálisis económica que se vive en el planeta por la pandemia se sumó a la pugna. El covid-19 no solo ha hundido la industria del petróleo, sino todo el sector industrial.

El sector industrial en Estados Unidos -incluso fábricas, servicios y minas- cayó en marzo 5,4%, la peor contracción desde 1946, y podría contraerse hasta casi 15%, según expertos. La cifra fue aún peor en el sector automotriz: 28%.

“El descenso de los precios de crudo causó que “los almacenamientos y la logística, no solo de petróleo, sino también de otros combustibles como la gasolina, se saturaran”, explicó el experto entrevistado por Diario Las Américas.

“En marzo, Estados Unidos consumía un promedio de 8.9 millones de barriles diarios de gasolina (mmbd) y a mediados de abril era de apenas 5.3 (mmbd), es decir, casi 40% menos; así que los tanques de abastecimiento están a su máxima capacidad y las refinerías han tenido que frenar la producción. Por eso vemos esta caída en los precios del petróleo”, manifestó Piñón.

El desplome récord

“El penúltimo día para nominar las ventas de mayo vimos que, por primera vez en la historia, el petróleo llegó a un precio negativo. Así que estamos en una situación crítica y esto va a continuar en las próximas semanas”, puntualizó.

Las medidas de confinamiento en casi todo el planeta, mucho más rigurosas en Estados Unidos, el país con mayor cifra de diagnosticados y muertes actualmente, pulverizaron el consumo a niveles alarmantes.

Uno de los sectores más afectados, sin duda, es la industria aeronáutica. Más de la mitad de los aviones de las aerolíneas estadounidenses se encuentran en tierra. Como promedio, en tiempos normales, en un aeropuerto como el de Miami, más de 1.000 aeronaves aterrizan y despegan diariamente, incluso vuelos comerciales y de carga.

Aunque no se utilizan las mismas mediciones por aire, ponemos de ejemplo de consumo al Boeing 747, uno de los más populares en este sector. Solo este avión cuenta con una capacidad máxima de vuelo de 14.800 kilómetros y para cubrir esa distancia requiere de aproximadamente 50.000 galones de combustible. Sume a este ejemplo los aeropuertos en todo el mundo, los múltiples tipos de aeronaves y las miles que están en tierra desde hace varias semanas.

Lo expuesto anteriormente ofrece una idea general de la cantidad de combustible que se ha dejado de consumir en casi todo el planeta solo en la aeronáutica. Agréguese a ello las industrias, vehículos particulares, el transporte público y reducción del transporte marítimo por las bajas cifras de importación y exportación a escala internacional.

Las perspectivas

Sin embargo, algunos inversionistas tienen su foco de atención en la gradual reapertura de partes de la economía en varios países que han superado el pico de la pandemia. En Estados Unidos algunos estados con bajas cifras de contagio intentan ejecutar un plan progresivo de reactivación en varios sectores. Esto causó que los índices del crudo y el Dow Jones en Wall Street continuarán en verde el miércoles 22 de abril, alejándose más del horizonte negativo.

La escalada en las tensiones entre Estados Unidos e Irán es un nuevo elemento que ha incidido también en los precios del crudo y se desconoce si la situación se agravará o no.

“En estos momentos, la economía comienza a abrirse, incluso en los sectores marginales”, dijo a The New York Times, Quincy Krosby, principal estratega de mercado en Prudential Financial. “Vemos a Alemania, la mayor economía de Europa, empezar a abrirse. Y si las cosas marchan bien en estas economías, observaremos la reapertura de más países, y tal vez, con mayor amplitud”, agregó.

En Miami el consumo y precio de la gasolina son superiores

Una de las mayores preocupaciones de los consumidores es si este umbral de precios bajos en la gasolina se mantendrá después de que la economía comience a reabrirse.

En Miami, donde el consumo y el precio de la gasolina son superiores al resto del estado, el pago promedio es de 1.92 dólares por galón, mientras existen precios por debajo de 1.82 dólares en varias estaciones de servicio de la zona metropolitana.

El consumo de gasolina ha disminuido cerca de 60%”, señala el informe semanal de American Automobile Association (AAA) y las predicciones indican que en Florida el precio de la gasolina descendería aún más, a 1.50 dólares por galón.

Las consecuencias

Texas es un tradicional estado productor de petróleo y nuestro entrevistado se encuentra allí. “Yo aquí en Texas -hace casi dos semanas- llené el tanque de gasolina de mis dos autos a 1.70 dólares por galón porque me pareció barata, ahora el precio está por debajo de 1.50 dólares el galón. No puedo comprar porque como estoy en casa no gasto combustible, así que si mañana me regalan gasolina, tengo que devolverla porque no tengo donde almacenarla, y como a mí, le sucede a millones de estadounidenses”, comentó el analista Jorge Piñón.

Pero el problema de los precios va más allá y si la situación continúa –advierte Piñón- solo en Texas se perderían alrededor de 325.000 empleos en los campos petroleros.

“Recordemos que en julio de 2008 en el sur de Florida, la gasolina llegó a 4 dólares el galón, pero en los últimos años el valor promedio ha rondado los 2 dólares (1.90, 2.35, 2.25 dólares) y ya el consumidor se había adaptado a estos precios, valores que representan aproximadamente 50 dólares el barril de crudo, rentable para el productor. Esta situación demorará la recuperación económica en Estados Unidos; en el resto del mundo tomará tiempo”, concluyó el experto.

En río revuelto ganancia de pescadores

Pero no todo tiene una connotación negativa y nos viene a la mente un viejo refrán, en río revuelto… ganancia de pescadores. El presidente Donald Trump anunció la compra de 75 millones de barriles para la reserva estadounidense, también lo está haciendo China.

«Llenamos nuestra reserva estratégica de petróleo (…) y pensamos poner hasta 75 millones de barriles en esa reserva», indicó el presidente en una de sus conferencias de prensa diarias para informar sobre la pandemia de covid-19.

Los inversores siguen pagando 20,43 dólares por barril de crudo estadounidense para entrega en junio, una cantidad que los analistas consideran que se aproxima más al precio “real” del petróleo.

La debacle para Venezuela

A diferencia de Estados Unidos, un mediador crucial en los precios del crudo y con sus reservas estratégicas al máximo de su capacidad, Venezuela se enfrenta al peor escenario que ha vivido en varias décadas.

En 1998, el país producía alrededor de 3.500.000 barriles diarios de petróleo; hoy apenas 600.000, debido al mal estado de las instalaciones, la paralización de las refinerías y el éxodo de los profesionales de la industria como resultado de las políticas impuestas por un régimen dictatorial que permanece aferrado al poder.

La cúpula encabezada por Nicolás Maduro ha arrastrado a casi 10 millones de venezolanos a vivir en la extrema pobreza, con índices similares a los de países en conflictos armados como Yemen, El Congo y Afganistán.

Con una proyección de contracción económica de -18%, citada por el diario caraqueño El Nacional, la perspectiva inmediata es que la inmensa mayoría de los venezolanos se conviertan en víctimas de una pandemia duplicada:

Un régimen totalitario cada vez más incapaz de acercarse a soluciones, el desplome de los precios del petróleo; el sector industrial y manufacturero devorado por la corrupción y la ineficiencia; el desabastecimiento de todo tipo de productos básicos, entre ellos alimentos y medicinas; y finalmente el impacto del covid-19 en una población con altos niveles de desnutrición y condiciones insalubres de vida en cientos de zonas del país.

 

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