La inflación en España se disparó en julio a 10,8%, la misma tasa que adelantó el Instituto Nacional de Estadística (INE) el pasado 29 de julio, seis décimas por encima de la registrada el mes anterior y la más elevada desde septiembre de 1984.
Este incremento interanual de los precios estuvo impulsado principalmente por el encarecimiento de los productos energéticos (41,4%) y de los carburantes y combustibles (34,3%).
El INE también mantiene en 6,1% la inflación subyacente, que no incluye ni alimentos frescos ni energía, la tasa más alta desde enero de 1993.
Sin tener en cuenta las últimas variaciones de impuestos, la inflación interanual sería de 11,5%, siete décimas más que la tasa general, según el índice a impuestos constantes del INE, mientras que el IPCA (índice de precios de consumo armonizado, que permite hacer comparaciones con otros países europeos), se sitúa en 10,7%, siete décimas por encima de la cifra del mes anterior.
El grupo que más presionó al alza la inflación fue la vivienda, en el que se incluye la energía, que aumenta su variación cuatro puntos, hasta 23%, ya que los precios de la electricidad subieron este julio frente a la bajada que experimentaron el mismo mes de 2021.
Le sigue el grupo de los alimentos y bebidas no alcohólicas, que sitúa su tasa en 13,5%, seis décimas superior a la del mes pasado y la más alta desde el comienzo de la serie, en enero de 1994.
El vestido y calzado también aumentó sus precios 5%, dos puntos y medio por encima de la registrada en junio.
El grupo con mayor influencia negativa es el del transporte, con una tasa de 16,2%, tres puntos inferior a la del mes anterior, causada por el descenso del precio de los carburantes y lubricantes frente a la subida del año anterior.