Días después del acuerdo del 17 de octubre, que flexibilizó las sanciones estadounidenses a la industria petrolera del gobierno de Nicolás Maduro, un conglomerado catarí propiedad de Ghanim Bin Saad, firmó un acuerdo preliminar para reactivar una refinería de petróleo y una terminal en la isla caribeña holandesa de Curaçao, a solo 40 millas de la costa venezolana, informaron fuentes oficiales.
Las autoridades de la isla expresan su interés en restablecer el procesamiento y envío de petróleo venezolano a Asia y otros mercados internacionales.
Estas operaciones ilustran el creciente papel de Qatar como mediador en conflictos internacionales, abriendo oportunidades comerciales para el Estado árabe.
El levantamiento de sanciones también liberará gas venezolano para los mercados vecinos. Trinidad y Tobago negocia la importación para su procesamiento en una planta dirigida por Shell.
Busca revitalizar Curazao
La estatal petrolera venezolana Pdvsa había firmado un contrato de arrendamiento de la Refinería de Kórsou y la terminal de Bullen Bay desde 1980 hasta 2019. Las operaciones se deterioraron debido a las pésimas gestiones especialmente en los últimos 20 años, situación que llegó al límite con las sanciones estadounidenses.
Ahora la empresa qatarí busca revitalizar Curazao como estación logística para el petróleo venezolano y potencialmente para el gas.
Expertos citados por el portal especializado Mundo Marítimo, señalaron que dado que la refinería se diseñó para procesar petróleo pesado de Venezuela, las propuestas de reactivar la planta utilizando fuentes de suministro alternativas tenían poco sentido económico. Ahora las perspectivas parecen mejorar para el reinicio de la refinería debido a la suspensión de las sanciones.
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