La escasez de efectivo en Venezuela, provocada por la alta inflación, ha hecho que los bancos del país cierren oficinas y reduzcan la cantidad de cajeros automáticos, por lo cual los ciudadanos deben hacer a diario largas filas o recorridos más largos para encontrar bolívares.
El secretario general de la Federación de Trabajadores Bancarios y Afines (Fetrabanca), Claudio Rivas, dijo a Efe que en diciembre de 2019 registraron 7.512 cajeros automáticos en el país. Sin embargo, un año después quedaban 5.762, lo que representa una caída de 23%.
«Esa cifra ha mermado por la alta inflación, el tema de la dolarización de facto y por el mantenimiento de esos cajeros automáticos, que necesitan divisas para cambiarlos o traer las piezas que hacen falta para adecuarlos o hacerles mantenimiento», señaló.
Cajeros sin funcionalidad
Rivas aseguró que los bancos cuentan con recursos para reparar los cajeros. «Nada haces con tener el cajero automático en buen estado si no se proporcionan las herramientas, como es el efectivo, para llenarlo de billetes», dijo.
Por eso indicó que, ante la falta de bolívares, los cajeros han perdido funcionalidad.
«El Banco Central de Venezuela reparte los billetes a los bancos, a las bóvedas principales, pero no es suficiente para surtir a todo el país o a todos los bancos», añadió.
Rivas dijo que la reducción de los cajeros automáticos empezó en 2016. En ese momento había casi 10.000 unidades en toda Venezuela, pero año tras año esa cifra ha ido bajando.
Según datos de la Superintendencia de las Instituciones del Sector Bancario (Sudeban) -institución que regula a los bancos venezolanos-, en marzo de 2014 había 9.542 cajeros en el país. En el último informe publicado, en marzo de este año, reportaron la existencia de tan solo 2.275.
Menos agencias bancarias
Rubén Alonso, maestro de 43 años de edad, contó que cuando necesita bolívares en efectivo trata de no recurrir a un cajero automático. «Ya no tienen razón de ser. No es fácil conseguir un cajero que esté en buen funcionamiento», agregó.
Sus opciones para obtener billetes es hacer transferencias a terceros que tengan efectivo y se lo pasen; pedirle a algún amigo o ir directamente a las oficinas bancarias.
Pero por la crisis económica y la pandemia, los bancos también se han visto en la necesidad de cerrar agencias. El secretario general de Fetrabanca señaló que en 2019 había más de 7.400 sucursales bancarias, pero ahora quedan 3.700. Lo que representa una reducción de 50%.
«No es solo la pandemia. La situación económica ha golpeado a los bancos. Tienen un encaje legal muy alto en estos momentos, aunque el gobierno lo ha bajado de 100% a 85%, todavía sigue siendo alto», señaló Rivas.
Esto hace, de acuerdo con su explicación, que la rentabilidad de los bancos se vea afectada, por lo cual es necesario tomar medidas económicas.
«Primero hay que reactivar la economía; reducir el gasto público; dejar de imprimir billetes inorgánicos, que nos afecta bastante porque eso produce la inflación», sostuvo.
Sobre una posible reconversión monetaria, el secretario de Fetrabanca apuntó que es necesario especialmente en materia contable. «Ya estamos atiborrados de ceros a la derecha, y eso ha traído graves consecuencias a la hora de hacer un cuadre diario de cualquier oficina bancaria», dijo.
Sin embargo, apuntó que sin los correctivos no servirá de mucho eliminar ceros a la moneda. «Hay que quitar el encaje legal tan alto que tiene la banca. Esto para que ayude a la reactivación del aparato productivo y preste dinero a los pequeños y medianos comerciantes».
El efectivo sigue siendo necesario
Aunque la pandemia ha hecho que un futuro sin billetes o cajeros esté cada vez más cerca, Claudio Rivas aseguró que en la actualidad siguen siendo necesarios.
«Todos los países tienen una moneda y necesitan el efectivo. Aunque en el futuro a lo mejor vamos a definitivamente quedarnos sin moneda, pero en este instante es necesario y en Venezuela más», sostuvo.
Rivas añadió que en el país gran parte de los jubilados no usan la banca digital porque no tienen computadoras o desconocen cómo utilizarlas. «Entonces en Venezuela más aún se necesita el efectivo, para pagar el transporte, la comida, una serie de aspectos que son necesarios para el jubilado», puntualizó.
Tal es el caso de Gustavo Vásquez, un maestro jubilado de 73 años de edad que ha pasado por seis cajeros automáticos para poder hacer una consulta de su cuenta bancaria.
Vásquez relató que cada vez es más difícil encontrar un cajero automático que además funcione. «Cuando uno más lo necesita o requiere de una consulta bancaria, no se halla. He visitado seis cajeros y ninguno funciona», agregó.