No es posible que Venezuela sustituya al petróleo ruso debido a las enormes diferencias de producción entre ambos países, según un análisis en Twitter del jefe del Programa de Energía para América Latina de la Universidad Rice, Francisco J. Monaldi.
Monaldi recordó que Venezuela produce entre 700.000 y 800.000 barriles de petróleo diarios, mientras que Rusia producía casi 11 millones y exportaba casi 7 millones.
“Venezuela en el corto plazo no puede llegar ni a 1 millón de barriles de petróleo diarios sosteniblemente”, precisó el economista.
Agregó: “De manera que incluso si levantaran la sanciones a Venezuela, no tendría casi ningún efecto en el mercado mundial”.
Sin embargo, continuó, si Estados Unidos deja de importar petróleo de Rusia, el crudo venezolano podría suplir parte del mercado que dejen los rusos.
“Después de todo los rusos tomaron buena parte del mercado que había dejado Venezuela en las refinerías del Golfo de Mexico, donde Venezuela exportaba un monto muy similar al que en 2021 vendieron los rusos”, concluyó.
Según una nota de la agencia Reuters, hubo pocos avances durante las primeras conversaciones entre funcionarios estadounidenses y venezolanos para lograr un alivio de las sanciones.
Ambas partes presentaron el sábado lo que una de las fuentes citadas describió como demandas “maximalistas”.
Una fuente de Washington dijo que los funcionarios estadounidenses vieron la reunión como una oportunidad para evaluar si Venezuela está preparada para distanciarse del presidente Vladimir Putin por su invasión a Ucrania.
Estados Unidos también busca suministros alternativos de petróleo para llenar el vacío si pretende boicotear la industria energética de Rusia. Venezuela podría impulsar sus exportaciones de petróleo si Washington alivia las sanciones.
El gobierno chavista aprovechó las conversaciones para exigir el alivio de las sanciones y Washington buscó garantías de elecciones presidenciales libres, reformas amplias de la industria petrolera de Venezuela para facilitar la producción y las exportaciones de empresas extranjeras y la condena pública a la invasión de Ucrania, que Maduro ha justificado.