El crecimiento económico para América Latina y el Caribe se desaceleró de 1.0% en 2018 a 0.2% en 2019 aunque se espera un repunte tentativo de 1.8% en 2020. Así lo señala el último informe del Fondo Monetario Internacional sobre las perspectivas económicas para la región.
El documento indica que los factores externos continúan siendo un obstáculo para el crecimiento económico. Estos son “liderados por el lento crecimiento global, los bajos precios de los productos básicos y los volátiles flujos de capital”.
Añade que las condiciones financieras más fáciles “le brindan cierto respiro”.
El FMI considera que la incertidumbre en algunos de los grandes países de la región sigue siendo un obstáculo para su crecimiento. Asimismo, la crisis económica y humanitaria de Venezuela impulsa el flujo migratorio a otro países de Latinoamérica y el Caribe.
En lo referente a este planteamiento, el informe señala que estas economías deben acelerar la recuperación, pero para ello necesitan depender de fuentes nacionales de crecimiento.
Apunta que “depende de un repunte en el consumo privado y de la inversión anclada” en el aumento de la confianza tanto de las empresas como de los consumidores.
“Los riesgos para las perspectivas siguen sesgados a la baja. Incluidas nuevas caídas en el crecimiento global y los precios de los productos básicos”. Además, también están los “picos en las primas de riesgo, mayor incertidumbre en la política interna, contagio de la crisis financiera en Argentina y desastres naturales”.
Entorno global desafiante
Las políticas deberán alcanzar el equilibrio teniendo en cuenta lo desafiante del entorno global y de las brechas de producción “aún negativas en la región”.
El informe asegura que en varios países continúa siendo una prioridad la consolidación fiscal para reducir la deuda pública.
Dada la perspectiva de inflación estable y las expectativas bien ancladas, “la política monetaria puede continuar apoyando el crecimiento”
El documento explica que la vulnerabilidad corporativa requiere una mejora en la vigilancia. También de reformas estructurales para lograr una mayor apertura al comercio y a la inversión, al refuerzo de la competitividad y al cumplimiento de las regulaciones del mercado laboral.