La industria de las empresas basadas en tecnología financiera (fintech) registró en 2021 su año más alto en términos de inversión, pero en un segmento tan cambiante es normal encontrarse desafíos, y eso es lo que ha estado sucediendo con la fundación de nuevas empresas fintech durante los últimos dos años.
Según datos de Alianza Fintech Iberoamérica, en la región existen 1.635 compañías de este tipo. Las empresas de tecnología financiera han necesitado adaptarse a una nueva realidad, donde el crecimiento exponencial ya no es una prioridad, y la cantidad de compañías que hay actualmente en este sector están luchando por ser rentables.
No obstante, lo anterior no quiere decir que fundar una nueva empresa fintech sea algo imposible. Significa que las reglas han cambiado, y que ahora el foco debe centrarse en sacarle provecho al negocio, volverlo rentable, más que gastar en tema de crecimiento y marketing.
Fintech en Latinoamérica
Durante 2023, los fondos captados por las empresas fintech alcanzaron los 113.700 millones de dólares. Se trata de 42,17% menos que en 2022, lo que se traduce en una caída en la financiación de 82.900 millones de dólares. La reducción del flujo de fondos hacia el sector es significativa.
Esto afectó principalmente a las empresas en etapa inicial, que ahora necesitan competir por fondos con nuevas empresas del sector tecnología, que además trabajan con IA generativa, el nuevo sector que llama la atención de todos los inversores. La excepción son las startups fintech en etapa avanzada, que aún podrían crecer 15% en los próximos años, lo que demuestra que el campo está abierto para aquellos centrados en el valor a largo plazo.
Para Manuel Beaudroit, cofundador y CEO de la fintech latina Belo, lo que está sucediendo es que los fondos están orientando sus inversiones a otro tipo de compañías, especialmente aquellas enfocadas en Inteligencia Artificial: “Hasta hace dos años, había una sobreabundancia irracional de capital. Muchas inversiones se destinaban a proyectos sin fundamentos sólidos, lo cual ha cambiado considerablemente. Por otro lado, el enfoque actual de los fondos de inversión se ha alejado un poco de las fintech y se ha alineado más con todo lo relacionado con la inteligencia artificial”.
En 2022, las inversiones en Inteligencia Artificial generativa superaron los 1.900 millones de dólares. En 2023, esta brecha se amplió hasta 1.000%, alcanzando los 21.100 millones de dólares.
“Esto significa que, aunque existe una necesidad concreta de que los proyectos fintech sigan popularizándose en la región y ofreciendo soluciones, el nivel de digitalización en Latinoamérica aún es bajo y las soluciones no están llegando a los usuarios. El enfoque de los fondos está dirigido a otros sectores”, dice Beaudroit.
Leyes de regulación del dinero electrónico
Los gobiernos están introduciendo leyes más estrictas que dificultan que las empresas fintech crezcan de manera sostenible. Las criptomonedas también están ahora en el punto de mira de los reguladores.
En Latinoamérica, Estados Unidos, Europa y Asia, los gobiernos están centrados en hacer que las fintech reconozcan a sus clientes y sepan cuáles son los requisitos de cumplimiento de su negocio.
Por ejemplo, Colombia, Chile, México y Perú han presentado proyectos de ley para regular los movimientos de dinero a través de aplicativos. En el caso de otras regiones como Europa, debido a la directiva PSD3 emitida por la UE, las empresas que trabajen con dinero electrónico han desaparecido por completo, ya que ahora este tipo de compañías necesitan obtener una licencia como instituciones de pago para poder funcionar en el continente.
“El costo de innovar es elevado debido a la regulación vigente y la nueva regulación que va surgiendo. Esto requiere una considerable cantidad de recursos monetarios y tiempo para establecer el negocio, lo cual lo hace realmente difícil en algunos casos extremos, como el de México”, explica Beaudroit.
Básicamente, lo que buscan los gobiernos con este tipo de leyes es que cada nuevo actor debe cumplir con los estándares establecidos y, a menudo, no lograrán esa rentabilidad operativa en el corto plazo. Esto hace que la barrera de entrada sea más alta y hace más propenso el fracaso para las empresas que apenas comienzan en el sector fintech.
Para Beaudroit, la regulación impone barreras de entrada tan altas que “el sueño americano de dos jóvenes creando una empresa en un garaje se vuelve muy difícil de alcanzar”, enfatiza.
Recientemente, Belo anunció la posibilidad de transferir saldos a bolívares: “Actualmente, operamos en 20 países de la región, entre ellos Venezuela. Un segmento muy importante de nuestros usuarios en estos años ha sido precisamente los venezolanos, quienes reciben pagos del exterior, ya sea a través de plataformas como Payoneer, con cuentas en euros en Europa, u otros métodos de pago. Les permitimos transferir ese saldo a Venezuela y realizar transferencias bancarias en bolívares”.
Inestabilidad geopolítica y competición
Para una nueva startup, es difícil competir en el mercado con otros gigantes como Wise, Skrill o Stripe, que ya cuentan con un mercado establecido, costos más bajos y tasas de comisión. También es importante tener en cuenta que implementar métodos de depósito y retiro de dinero es costoso, además de que lleva tiempo lograr la escalabilidad de este tipo de sistemas, especialmente en regiones como Latinoamérica.
En cuanto a lo global, los conflictos bélicos crean incertidumbre, lo que genera volatilidad en los mercados de divisas. El panorama geopolítico fragmentado hace que la apertura de oficinas en nuevos países sea aún más difícil, especialmente porque la lista de entidades e individuos con los que las empresas estadounidenses no pueden participar (debido a las sanciones) sigue creciendo.
No obstante, partiendo de estas bases no significa que la situación sea inviable para fundar nuevas empresas fintech. Por un lado, las nuevas empresas que se centren en un nicho específico donde la regulación y la burocracia no sean demandantes (por ejemplo, las finanzas personales) pueden tener un crecimiento estable y generar impacto.
Además, Beaudroit menciona que Latinoamérica se encuentra en una situación privilegiada, por lo que las oportunidades de crear nuevas empresas exitosas siguen ahí: “Independientemente de que algún país esté más o menos cerca de un conflicto, Latinoamérica tiene una oportunidad de oro por estar fuera del mapa en estos términos. Sin embargo, los inversores están optando por activos más seguros y todavía observan la situación desde fuera, metafóricamente hablando. Quieren ver qué sucede con este contexto global”.
Por Stiven Cartagena, productor multimedia, comunicador social y periodista con énfasis en la cobertura de temas tecnológicos.