Bonaire Petroleum Corporation (Bopec), propiedad de Pdvsa, se declaró en bancarrota ante el Tribunal de Primera Instancia de Bonaire. Así lo reveló Reuters este lunes.
La compañía argumentó que ya no podía pagar sus deudas debido a las sanciones impuestas por Estados Unidos, lo que le cortó acceso al comercio internacional y al efectivo en las cuentas bancarias.
Ante ello, el tribunal accedió a la solicitud de Bopec de una moratoria sobre los pagos de los acreedores.
De acuerdo con un documento judicial, la filial de Pdvsa aseguró estar negociando con sus acreedores para poner a disposición de ellos los activos líquidos.
Ni Pdvsa ni el Ministerio de Petróleo de Venezuela respondieron a las soplicitudes de comentarios por parte de Reuters.
Bopec
Esta filial de Pdvsa en Bonaire tenía capacidad para almacenar alrededor de 10 millones de barriles de petróleo.
Sin embargo, las autoridades de la isla ordenaron a Pdvsa retirar todo el hidrocarburo almacenado en la terminal debido a riesgo de fugas por deterioro de las instalaciones.
Bancarrota
“La declaración de quiebra es el último golpe a la red clave de activos logísticos y de refinación de Pdvsa en el Caribe”, precisó la agencia de noticias.
Esto luego de que en diciembre expiró el contrato que permitía a Pdvsa operar la refinería Isla de Curazao.
El año pasado, Refinería de Korsou, propietaria de la refinería Isla, trató de incautar Bopec para cobrar las deudas de Pdvsa.