“Prefiero comer que llenar el álbum”: Alejandro transpira fútbol, pero por primera vez en 24 años no podrá coleccionar los cromos de las selecciones que disputarán el Mundial por la crisis económica que azota a los venezolanos, según reseña la agencia de noticias AFP.
Frente a un quiosco donde venden el álbum de Rusia-2018, en un barrio de clase media de Caracas, Alejandro Souki recuerda la algarabía del lugar antes de la cita en Brasil 2014.
“Esto estaba full, la gente cambiando (láminas), este le pedía al otro. Era una fiesta, chamo, todo el mundo se iba alegre, los niños, los abuelos. ¡Ya no! ¡Qué va!”, se lamenta este comerciante de 32 años de edad.
La policía debía intervenir porque los jóvenes bloqueaban la calle en su afán por conseguir las barajitas faltantes o ganarse unos bolívares vendiendo las más escasas, recuerda.
Souki coleccionó los librillos desde Estados Unidos 1994. “Este es el primero que no voy a poder llenar”, dice a la AFP mientras fuma. Los costos son inalcanzables para la mayoría: el álbum vale 800.000 bolívares y la caja de cromos, 24 millones.
Sumados, equivalen a unos 102 dólares en el mercado negro. Para reunir las 670 láminas se requieren dos cajas, según coleccionistas, por lo que el costo puede subir a 200 dólares, monto con el que según Alejandro puede hacer varios mercados.
Un empleado con el ingreso mínimo de 1.307.000 bolívares (5,4 dólares) requeriría 37 meses de salario para tener la colección. En 2014 necesitaba 1,7 mensualidades.
El país enfrenta una grave crisis por la caída de la renta petrolera y un errático manejo económico, según expertos, lo que se refleja en escasez de todo tipo de bienes básicos y una hiperinflación que trepará a 13.000% este año.