«Más allá de los potenciales que pueda tener Venezuela, lo que vemos en el futuro es un escenario de burbujas». Así lo señaló el consultor Eduardo Fortuny en la conferencia «Conviviendo con las burbujas» como parte del encuentro Perspectivas Económica 2022, que organiza la Cámara Venezolano Americana de Comercio e Industria (VenAmCham).
Fortuny precisó que existen cuatro condiciones que permiten prever el entorno de burbujas en el futuro: 1) ausencia de Estado de derecho, 2) déficit en la cantidad y calidad de los servicios públicos, 3) destrucción de Pdvsa y 4) mala relación internacional. Este último punto incluye, a su vez, otros tres factores que involucran las sanciones, el estado de default y una precaria relación con entes multilaterales de rescate.
Sobre esto, el experto comentó: «El gobierno trata de generar una estrategia para sobrevivir. Pero dentro de la estrategia no se ve ninguna señal de rectificar para encaminarse en una ruta que permita desestimar la proyección de un futuro de burbujas».
El plan político es el origen del plan económico
El especialista expuso que el gobierno se está manejando en tres frentes para sostenerse, y en ese marco está generando un plan económico que no tiene raíz verdaderamente económica sino que se dirige a generar el entorno que le permita mantener su plan político.
De acuerdo con Fortuny, el gobierno de Nicolás Maduro batalla en estos frentes:
- Definirse como proyecto político para perpetuar el legado de Hugo Chávez,
- Intenta transformar el chavismo en madurismo,
- Construir una oposición que acepte convivir, sin afectar su perpetuidad,
- Imponerse por los hechos para que la comunidad internacional lo reconozca.
Sobre el último punto, explicó que el gobierno está apostando por el avance de la izquierda en América Latina, lo cual incluye el sostenimiento de Pedro Castillo en Perú, la posibilidad de triunfo de Gustavo Petro en Colombia y el retorno de Lula da Silva en Brasil.
Maduro no negocia ahora con la comunidad internacional sino que espera ese entorno favorable para él en el que prácticamente todo América Latina esté dominada por la izquierda, indicó.
En ese marco, y esperando que la expansión de sus aliados ideológicos se concrete en diciembre de este año, Maduro pidió a sus asesores un plan económico que permita cumplir su objetivo de perpetuar su proyecto.
El sector privado
«No es que pidió un plan económico propiamente, sino un plan para mantener un entorno que permita sostener el plan perpetuista», dijo.
En ese sentido, señaló, el gabinete económico debió analizar de dónde obtener los recursos financieros: «Y el único sitio disponible para eso es el sector privado», señaló.
«Esto ocurre y es factible porque saben que el sector privado funciona por estímulos», añadió.
De allí que en los últimos meses se hayan relajado medidas restrictivas como los controles cambiario y de precios.
Además, en ese plan se enmarcan las medidas dirigidas a una mayor recaudación tributaria.
De una economía petrolera a una economía remesera
Además, Fortuny se refirió a los cambios que ha sufrido el entorno económico venezolano en medio de la contracción, la migración y la dolarización transaccional.
«Pasamos de una economía petrolera a una economía remesera», comentó al respecto, al explicar que si bien las remesas no son suficientes para sostener una economía, es un factor que está en el escenario y que desplazó en importancia el aporte de la industria de hidrocarburos.
Mercado petrolero
Pese a todo, Fortuny indicó que se proyecta que este año se visualice un crecimiento en el mercado petrolero venezolano ante la expectativa de un relajamiento de sanciones, por medio de licencias del Departamento del Tesoro a algunas empresas.
Por ello consideró que Venezuela se encuentra en un estado de «metamorfosis», en el que se dejó la economía petrolera pero se mantiene un «apego» a ella, en la que impactan las remesas pero no con el suficiente poder como para consolidarse una transformación total.
Todo ello, comentó, golpea fuertemente los patrones de consumo.
Familias
El analista detalló que 40% de las familias venezolanas recibe remesas, lo que en suma equivale a unos 4.800 millones de dólares al año; 3% de las familias dependen de rentas externas para mantener su nivel de vida; y 40% de las familias comenzaron a generar divisas en Venezuela por medio de su trabajo.
El impacto del Arco Minero
“Pero hay un factor de mucho peso en los patrones de consumo actuales, que es la corrupción y el Arco Minero”, dijo.
Y recalcó: «Ahora no tenemos una Venezuela sino cuatro, en lo que a patrones de consumo se refiere».
Explicó en ese sentido que en la frontera oeste (Zulia, Apure y Táchira) y hasta el estado Portuguesa, el peso colombiano se ha convertido en la moneda de curso cotidiano junto con el intercambio de productos provenientes del país vecino.
Mientras tanto, las dinámicas del Arco Minero movilizan las transacciones con minerales y oro.
A la par, en el tramo Puerto la Cruz-Anaco se mantienen vestigios de una economía petrolera, en la cual el intercambio por combustibles es fundamental.
Y finalmente mencionó una economía del consumo, basada fundamentalmente en el comercio, que se entiende por el centro del país y que tiene al dólar como su moneda de curso corriente.
Cuenta propia
Otro dato que compartió el experto es que de cada 10 venezolanos, 6 están generando ingresos por cuenta propia.
«Y estas personas viven en la economía del diario, obtienen ingresos hoy y los gastan hoy. Eso cambia los patrones de consumo», indicó.
Cuando las burbujas explotan
El contexto llevó a Fortuny a concluir que efectivamente se están generando burbujas.
«Las burbujas explotan cuando la presión externa es mayor que la interna», señaló al explicar que las burbujas pueden sostenerse por más tiempo en la medida en que la diferencia de presión externa e interna es mínima. Es decir, mientras mayor sea la diferencia entre la burbuja y el entorno más aumenta la probabilidad de que explote.
«Puedo tener soluciones individuales, pero con las condiciones externas adversas son solo un paliativo», señaló.
Y ejemplificó: «Si tengo un carro blindado, está bien. Es mi solución individual a la delincuencia. Pero entonces tengo el problema de si me para una alcabala de delincuentes. Igualmente, si se va la luz, pongo una planta eléctrica pero ahora me falta la gasolina o el gasoil».
«Son soluciones coyunturales. Y para poder mantener las condiciones medianamente favorables, las soluciones deben ser sostenibles», concluyó.