EMPRENDIMIENTO

Modas Jacinta, una escuela de costura para atender a mujeres de comunidades vulnerables

por Avatar Karem González

La confección y la moda, generalmente, no son intereses comunes entre las misioneras cristianas alrededor del mundo. Sin embargo, no existen –hasta la fecha- dos Andreana Acevedo que compartan la misma devoción por Dios y la Virgen que por las telas, patrones, hilos, costuras y su enseñanza.

La Asociación Benéfico Cristiana Promotora de Desarrollo Integral, ABC Prodein, la trajo a Venezuela hace poco más de 5 años. La hermana tenía 17 cuando se unió a sus filas y, habiendo nacido en República Dominicana, entendió que la misión de servir a otros la llevaría alrededor del mundo para cumplir la palabra del Señor.

Lo que jamás imaginó fue que, en el camino, encontraría nuevas formas para sentirse más cerca de Él, llevando un sencillo pero significativo mensaje a las masas: la dignidad existe. Aún en tiempos turbulentos. Y ella, junto a su equipo de Modas Jacinta, se encargan de rescatarla a través de camisas, faldas, pantalones y vestidos pensados «en el valor que todas las mujeres deben darse a sí mismas, sin necesidad de exponer su cuerpo en formas dañinas. Brindamos opciones cómodas, elegantes y femeninas para vestir». Siempre bajo el mando de la que, asegura, nunca dejará de ser la directora del proyecto, la Virgen de Fátima.

Hermana Andreana Acevedo, CEO de Modas Jacinta. Una misionera nacida en República Dominicana que llevó a Venezuela para ayudar, pero cuya misión se convirtió en un fructífero negocio de moda en miras de expansión

La misionera de Dios

La hermana Andreana llegó con 28 años a Venezuela y hacía 13 había registrado su primer llamado Divino. No cuenta los 2 años siguientes a eso, cuando sus sueños de estudiar Ingeniería y Arquitectura se asomaron vehementemente para que desertara la idea. Tampoco pudieron sus enormes ganas de formar un batallón en vez de una familia: quería tener no menos de 11 hijos. «Pero Dios ganó», recuerda sonriente, «y a los 17 entré a la obra, a los 18 viajé a la Madre Patria y allí comenzó mi formación», rememora.

Sus estudios universitarios no se llevaron a cabo. No obstante, sus deseos de maternidad, sí. «Se reflejó en una entrega mayor. Somos madres espirituales de muchas almas y aquí en Venezuela, por ejemplo, tenemos alrededor de 5.000″, expresó. «Así pues, los 11 se quedaron pequeños», comenta.

Aquello fue un 24 de septiembre, el Día de la Virgen de la Merced o Nuestra Señora de las Mercedes, y no hubo vuelta atrás. «Ya veo que esto es lo que quieres», le dijo a Dios directamente. «Ahora dame la fuerza para dar el paso y entregarme a tu servicio a plenitud».

Foto: Jesús Navas

Atrás quedaron las quejas hacia su madre por «obligarla» a ir a las oraciones nocturnas, las interrogantes y dudas, sus negativas. Se fue enamorando poco a poco y terminó rendida a su fe. Algo que, gracias a un inesperado vuelco en su historia, se vio afianzado por un emprendimiento y un mensaje de inspiración que se escribe, punto por punto, gracias a varias máquinas de coser.

Se asoma Jacinta

«Soy una misionera consagrada a Dios. No sé nada de moda ni de negocios; no tengo idea de emprendimiento ni mucho menos de costura. Apenas coso un botón y aquí estoy. Sin la menor idea de qué hacer, pero haciéndolo de todos modos», reitera Acevedo. «Quiero que comprendan algo: esto no lo levanté yo. Lo levantó la Virgen de Fátima y no me cansaré de decirlo. Ella es la directora de este proyecto; su mano se ha visto en todos los momentos y ella es la que lo está sacando adelante», asegura.

La joven religiosa asegura que quieres están involucrados en Modas Jacinta comenzaron por ensayo y error. Todo comenzó gracias a la Convocatoria Piscca 2020 que realizó en el país la Embajada de Francia y cuyo objetivo es es financiar proyectos innovadores, pilotos, replicables y sustentables.

La Hermana Andreana Acevedo, miembro de ABC Prodein y coordinadora de Modas Jacinta en Venezuela, dijo que el proyecto nació inspirado en el mensaje que la Virgen de Fátima le dio a Santa Jacinta Marto en su lecho de muerte

«Estábamos en plena pandemia. Todo estaba cerrado o clausurado, incluso los comedores que tenemos en la asociación. Sin dudarlo, y viendo la situación de extrema necesidad que había en las comunidades vulnerables, nos fuimos de misión a El Encantado, uno de nuestros puntos que tenemos en Petare», reseña.

En el ínterin de prestar apoyo y visitar casas, hicieron algunas encuestas tras ser testigos del desinterés y la dejadez de algunas de las mujeres de la localidad. «No leían, trabajaban ni estudiaban, incluso antes del covid y eso nos preocupó, así que decidimos preguntarles sobre sus intereses». Se dieron cuenta de que, en su mayoría, el oficio de diseño, confección y costura, era el favorito.

Con esto en mente y queriendo brindarles, además de comida, herramientas y oportunidades para mejorar su calidad de vida, les llegó una solicitud para participar en Piscca.

Modas Jacinta Emprendimiento

Además de ofrecer ropa a la moda, de calidad y sostenible, Jacinta contribuye a promover el trabajo de mujeres en situación de vulnerabilidad

«Al leer las bases, entendimos que debíamos crear u ofrecer ropa que fuese modesta; que rescatara el valor y el pudor en la forma de vestir de la mujer. Además, no contamos con que una cantidad bastante grande de donaciones de ropa llegaran ese año, así que, uniendo todas esas iniciativas -en la que incluimos al reciclaje-, nació Jacinta», comenta.

La embajada recibió 300 proyectos para el 27 de mayo de 2020. «Nos avisaron que quedamos entre los 25 escogidos en julio y el 9 de noviembre, ya con los fondos que nos dieron, en total 25 mil dólares, comenzó nuestra primera incursión en el mundo de la moda: un curso de costura».

Libro de recopilación de técnicas y telas ofrecidos en el taller de costura de Modas Jacinta

Detrás de Modas Jacinta

Lo primero que hicieron al recibir el dinero fue usarlo.

La hermana Andreana y su equipo dedicaron, entonces, una primera parte del monto a enseñar el oficio de la costura. Actualmente, 60 mujeres se han certificado en la materia gracias a sus cursos.

La segunda tendría foco en Jacinta, la marca. «Queremos que el emprendimiento sostenga en el tiempo la escuela, por eso lo creamos», expresa.

“No queríamos que, al acabarse los fondos, se terminase el proyecto”

El negocio le debe su nombre a Jacinta de Jesús Marto, una de las pastorcillas portuguesas que, junto con su hermano Francisco y su prima Lucía dos Santos fueron testigos de la aparición de la Santísima Virgen María Cova da Iria, en Fátima, Portugal, entre el 13 de mayo y el 13 de octubre de 1917.

Sin embargo, fue uno de estos mensajes el que inspiraría más profundamente a la creación de la marca: «Han de venir unas modas que ofenden mucho a nuestro Señor. La Iglesia no tiene moda. Nuestro Señor es siempre el mismo», le dijo la Virgen María a Santa Jacinta en una visión antes de morir, según señaló el padre Juan de Marchi en su libro La verdadera historia de Fátima.

Modas Jacinta Emprendimiento

Así, Modas Jacinta nace, oficialmente, el 13 de junio (hace poco más de dos años), fecha que marcó en el calendario la segunda aparición de Fátima a los niños campesinos.

Al día de hoy, la pequeña empresa está conformada por 7 personas, entre ellas, las costureras (en su mayoría aprendices), una modista, quienes llevan las redes sociales.

«Hemos tenidos muchos cambios, porque comenzamos con patrones muy básicos de blusas y pantalones», exclama. «Pero nos dimos cuenta de que debíamos añadir más experiencia a las creaciones y diseños».

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Foto Jesús Navas

Dignidad en una colección

En 2023 Modas Jacinta sacó su tercera colección. «La primera hecha propiamente por una diseñadora. Poco a poco hemos ido avanzando», cuenta la hermana. «Es amiga de la casa, nos colabora desde hace tiempo y cuando le pedimos ayuda nos dibujó toda la línea actual».

De la primera, rescata que –siempre inspiradas en la Virgen- crearon blusas manga corta y larga y pantalones sencillos. Con respecto a la segunda, se incluyeron faralaos, fruncidos y ciertas costuras que le dieron más vistosidad a las piezas. Finalmente, en la tercera, la gran novedad es la inclusión de prendas para niñas.

Trabajan con telas variopintas entre las que destacan el poliéster, chambray, gabardina romana y algodón. Al usar también telas recicladas o de prendas donadas sin usar, existen diseños únicos e irrepetibles y, por consiguiente, las prendas son amigables con el medio ambiente.

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Personal de costura que se graduó en la escuela fundada por la hermana Acevedo y que, actualmente, forman parte del equipo de trabajo de Modas Jacinta

En cuanto a los colores, la hermana Acevedo es bastante específica: los estampados son muy delicados y los tonos suaves, calmos. «Queremos que la mujer se sienta elegante y valiosa, digna y segura», señala. «Una de las cosas que quiere exaltar esta marca es el pudor en el vestir; que la mujer no tenga la necesidad de exponer su cuerpo de una manera con la que se hace daño a sí misma y a los demás», añade.

«Brindamos opciones cómodas y femeninas para que la mujer se sienta bella y segura tal como es, sin necesidad de buscar aceptación por seguir modas que -en el fondo- tal vez ni la hacen sentir bien», reitera.

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Para la hermana, solo se requiere saber combinar y también saber vestir acorde con la edad que se tiene y a la ocasión para la que se viste

Lo más difícil

La autosustentabilidad y el poder responder a las oportunidades son los principales obstáculos de Modas Jacinta.

«Este es un emprendimiento que gusta. Ha tenido mucha aceptación, pero con ello también hay solicitudes internacionales que se nos han hecho difíciles de solventar», se sincera la Hermana.

«Nos piden desde Costa Rica, México, Paraguay, Colombia y existe gran parte de eso que no hemos podido responder. No sabemos cómo. Ese es nuestro reto», recalca. «El tema de los envíos es que son costosos. Se puede triplicar el valor de la pieza y no es conveniente. Tampoco queremos. Hasta ahora nuestros envíos han sido gracias a terceros o colaboradores que se llevan la ropa, casualmente, a los países donde nos han pedido», recuenta.

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Foto: Jesús Navas

Con todos estos baches, para quienes trabajan en Modas Jacinta, lo importante radica en no perder la calma, encomendarse a Dios, a La Virgen y encontrar respuestas donde menos se esperan.

«Hemos ido aprendiendo día a día; no sabemos mucho todavía, pero la experiencia está a nuestro favor. Comprar las telas, usar las máquinas, hacer patrones, pensar en diseños; voy descubriendo poco a poco y me queda mucho camino, pero por eso digo, la Virgen es la que va guiándonos. Yo se lo dejo todo a ella termina marcando el sendero. Jacinta está en sus manos», dice.

Su respuesta a todo es tener paz y seguridad. Eso evita, dice, los problemas. Incluso si de temas monetarios se trata.

A futuro

«El dinero que ganamos lo usamos para reinvertir así que nuestro negocio es rentable solo en cierta forma. Todo lo que entra, sale. Ganancia propiamente tal, no hay, pero sí certeza de que todo saldrá bien», reitera.

A pesar de las dificultades, planea construir un ecosistema Jacinta donde actualmente reside el showroom de la marca, en La Floresta. «Queremos unificar todo en un solo lugar. Centralizar y aliviar el sacrificio de quienes trabajamos y hacemos cursos en todas partes de Caracas (el taller de producción está en Montalbán y la escuela de costura en Petare).

«Queremos construir, al fin, la primera tienda física, hacer una exposición sobre el mensaje de Fátima, construir la escuela y el taller de producción de Jacinta en un segundo y tercer piso aquí mismo», describe. «Con el tiempo, queremos incluir otras capacitaciones o conocimientos como bisutería o incluso elaboración de los rosarios. Además, estamos en plena planificación de la réplica de la capilla de Fátima. La imagen ya la tenemos, nos la donaron desde Portugal. Será una experiencia única en la que buscamos que los devotos se sientan en el lugar donde comenzó todo para nosotros», manifiesta.

Foto Jesús Navas

También quisieran aprovechar una vez más la oportunidad de participar de nuevo en la Convocatoria Piscca pues tienen el objetivo de fortalecer el mercadeo de Modas Jacinta. «Ese empujonazo nos vendría bien también para invertir en la escuela», señala.

La hermana Andreana Acevedo estará en Venezuela hasta que Dios quiera. Sabe que, como misionera, su vida puede dar un vuelco de 180º en cualquier momento, pero se siente bien al respecto porque tiene fe en que todo lo que está encaminado en su voluntad, es un hecho, y Jacinta nació para dejar huellas no para desaparecer.

No necesita levantarse a las 4:00 am todos los días y, durante 3 horas, orar por el éxito de su negocio. Ella sabe, así como sus colaboradoras, que Modas Jacinta lo tiene de sobra. Y sí, puede que Venezuela sea un país difícil para emprender, pero si se trabaja con constancia, se busca ayuda, existe organización y visión, el trabajo estará casi hecho.

«Yo me lancé sin ningún tipo de experiencia, solo con confianza en Dios y en María Santísima, y aunque no recomiendo la decisión que tomé pues no sabía nada del tema, sí les aconsejo que den un salto de fe. Todo saldrá si es para uno. Seas católico o no, pidan luz y consejo. Con eso, lo tienen todo. Y de eso no hay duda», concluyó.

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Foto: Jesús Navas |

Precios

Las más económicas están en 16 dólares y la más costosa cuesta 46.

Comprar en Modas Jacinta

Página web, e-commerce | www.modasjacinta.org

Redes sociales | @modasjacinta

Tienda física: showroom una vez al mes en la Av. Santa Ana 70, La Floresta 1060 Nueva Caracas, Distrito Federal, Venezuela. Al lado de PDVSA La Estancia.