Mayu's Classroom
Imagen de Maryuly Martínez en su salón de clases online. | Página web oficial

Maryuly Martínez -Mayu para los amigos- no entendió la magia que tiene internet para conectar personas sino hasta que la pandemia arremetió con sus sueños en 2020. En ese momento, estando fuera de Venezuela y con su familia atravesando una profunda crisis económica, decidió hacer caso omiso de su habitual síndrome del impostor y dio un salto de fe que le cambió la vida por completo: dar clases de inglés a través de un salón de clases virtual donde la frase común y corriente no tiene cabida y al que llamó Mayu’s Classroom.

Con una estadística, según expertos, de millones de institutos similares que hacen vida en la web, ¿cómo podría entonces su emprendimiento destacarse entre el resto?

«Fue lo primero que me pregunté y me lo cuestionaron mucho», dijo Martínez al referirse a su proyecto. «Es un océano rojo, está súper saturado y todos los días salen nuevos profesores, cursos o escuelas», agregó. «Sin embargo, nunca me quise estancar ahí porque detrás de esas cifras hay mucho dolor y frustración de estudiantes que han intentado dar lo mejor de sí con el idioma y no lo han logrado», manifestó. «Hay mucho dinero invertido, sí, pero también infinidad de sueños rotos y yo estoy aquí para cambiar eso. Mayu’s Classroom nació para que los hispanohablantes puedan soltar la lengua a través del aprendizaje sin libros, porque los resultados reales del inglés se viven en la vida diaria no en un salón de clases».

Mayu's Classroom

El plan de Mayu

Mayu Martínez es enfermera de profesión. En 2016, estando embarazada, ella y su esposo emigraron con su primer hijo a Colombia con el fin de labrarse un mejor futuro para la familia y acceso a los medicamentos que en Venezuela no encontraba. Dio a luz y rápidamente comenzó a buscar trabajo en su rubro, algo que le resultó imposible, sobre todo, porque el trabajo de enfermería le quitaba tiempo de valor con sus hijos.

Buscando alternativas, en algún momento trabajó en traducción simultánea. Martínez, siendo bilingüe, aprovechó la oportunidad y tras su presentación una gran cantidad de personas se le acercaron para saber si era posible concretar un espacio de clases particulares con ella. «Dije que no. De una. Una cosa es saber inglés y otra enseñarlo. Yo no sé, o no sabía, hacer lo segundo», recordó de aquel momento.

Estuvo algunos años trabajando bajo ese esquema, pero no era favorable económicamente para ella así que decidió levantar su celular y preguntarle directamente a Siri: «¿Cómo hacer para ganar más dinero siendo tutor de inglés?» y, como hecho a la medida, apareció un anunció de la Universidad de Cambridge en donde certificaban para dar clases. El proceso de selección sería en la Embajada de Colombia.

«Yo era demasiado venezolana para ese grupo de pelirrojos, blancos y ojiverdes», atajó Mayu Martínez. «No encajaba para nada, pero a pesar de eso, me ofrecieron un espacio en el curso. Eran 12, yo quedé de 13, pero se liberó un puesto en el último minuto y ahí precisamente nació de manera indirecta Mayu’s Classroom, primero dentro de los salones de clases de otras academias», subrayó.

Mayu's Classroom
Mayu’s Classroom nació para que los hispanohablantes puedan «soltar la lengua» a través del aprendizaje sin libros | 

El problema son las instituciones

Pasó el tiempo y Mayu comenzó a desencantarse. «No estaba contenta con cómo se estaban llevando las cosas en los salones de clases. Quería darles resultados. Tampoco me sentía a gusto pasando de grado a mis alumnos así no estuvieran listos, por ejemplo. Había mucha presión ante eso. Dependían de esa evaluación para pasar o no a la universidad y yo no podía pasar a una persona que no estuviera lista. Por esta razón, decidí hacer las cosas por mi propia cuenta y reinventé el proceso educativo», describió.

«Comencé en el mundo corporativo, pero ahí mismo llegó la pandemia. El covid hizo que dejara de reunirme con mis clientes a encerrarme en un Zoom desde la computadora que ni siquiera sabía cómo usar», expresó.

Coincidencialmente, Cambridge sacó otra certificación, pero esta vez, para ser profesor online pues nadie contaba con estrategias básicas de virtual teaching. En paralelo, su esposo perdió el trabajo y las cosas en casa no estaban bien. «En ese momento, mis alumnos me comenzaron a presionar, como si la situación fuese una señal del Universo, para que me convirtiera en profesora. Y decidí hacerlo a través de Instagram», dijo.

«Mi intención era que las personas pudieran ver en mis plataformas una vitrina de lo que hago en clases. Echar un ojo a cómo se ve mi salón», destacó Mayu. «Enseño sin libros, con series, películas, artistas, canciones, diferentes acentos. Sin estrés. La idea es que sean testigos de ese factor que nos diferencia y cómo nosotros podemos ayudarlos a soltar la lengua a través de nuestros canales», increpó. De esta manera, el 14 de junio de 2020 nace oficialmente su emprendimiento en las redes sociales. Dos años después, su comunidad es de 365 mil usuarios, cifra que sigue en aumento.

Mayu’s Classroom en su salón virtual

Metodología de Mayu’s Classroom

Mayu tomó como metodología algo que ella misma pensó y creyó que debería convertirse en la marca personal de su negocio. «Por esa razón, no tenemos miedo a la competencia. Somos únicos en lo que hacemos», replicó.

Mayu’s Classroom es una experiencia de aprendizaje que tiene 3 vertientes muy importantes:

  1. No estudian con libros. «Lo hacemos con inglés de la vida real, porque cuando enfrentas la vida, no vas con tus libros, aunque nos ayuden de cierta manera en la preparación y estructura de las clases, pero no son absolutamente necesarios. En nuestras aulas tenemos conceptos con Taylor Swift, U2, YouTube, TikTok; las clases están creadas alrededor de la necesidad del alumno, con inglés de la vida real».
  2. Enseñan al alumno a aprender. «Aprenderán a aprender el inglés, eso les permite que, desde el nivel básico, estén aplicando a trabajos pues no necesitan llegar al final para aprender a utilizar bien las estructuras del idioma. Aprender a aprender acelera sus resultados y eso se los enseñamos a través del coaching. Nosotros hacemos que hagan sus objetivos para la semana o el mes, que complemente con apps, que entren a las clases en vivo, y eso los ayuda progresar».
  3. La mentalidad. Mayu’s Classroom tiene un departamento de psicología donde hacen talleres mensuales y regalan sesiones personalizadas con la psicóloga a cargo. Ésta ayuda a revelar cada una de sus creencias limitantes. «No eres flojo, estás procrastinando porque sientes que es un reto, entonces vamos a trabajarlo de esta manera. Tal cual un diagnóstico psicológico», describió.

«Mis alumnos ven resultados desde el día uno. Creo que también se debe a que nuestros salones son de máximo 8 personas. Es algo muy personalizado, así existe una garantía de aprendizaje para todos», resaltó Mayu Hernández.

¿Quién le gana a las academias?

«Cuando se me presenta la oportunidad, sentí el síndrome del impostor respirándome en la nuca», contó. «¿Qué tengo yo para enseñarle a la gente si no soy nativa?, me decía. Tuve que derribar esas creencias limitantes alrededor de mi talento y de mí, pero mis alumnos veían lo que yo no veía», resaltó.

Con esa presión motivadora encima, se decidió. Además, la extrema necesidad que pasaba su familia fue otra de las razones por las que dijo: Es ahora o nunca.

«¿Sabes qué pasa? Sé qué es lo que ofrezco«, enfatizó Martínez. «Sé qué es lo que me diferencia porque sé a quién le estoy hablando. La persona hace clic porque les hablo a quienes tienen todas estas creencias negativas alrededor del inglés, a los frustrados. Son personas que lo han intentado y no lo han logrado. Me inspira que la gente obtenga resultados», añadió.

Además, Mayu no compite por precios, sino por experiencia.

«No es una clase grupal lo que yo vendo sino una experiencia de aprendizaje. Esto va a cambiar la manera como ves y percibes el inglés»

En Mayu’s Classroom

Mayu y su esposo, ingeniero graduado como el mejor de su clase en la Universidad Simón Bolívar pero un inmigrante más desempleado en Colombia, forman parte de la directiva del negocio. Él enfocado en ventas y finanzas; ella en todo lo demás.

Su equipo de profesores asciende a 15: 2 son colombianos, lo demás, venezolanos. Sus alumnos suman actualmente 83, cuando en principio eran apenas 3.

«Mi objetivo es empoderar a esos hispanohablantes que no terminan de mostrarse a sí mismos en inglés. Soy el catalizador que lleva a la gente de: lo entiendo, pero no lo hablo, a hablarlo con confianza. Los ayudo a que suelten la lengua«, declaró.

Sus alumnos son venezolanos -en su mayoría- por el mundo: en Estados Unidos, Canadá, Australia, Ecuador, Perú, Irlanda, España, Dubái y venezolanos en Venezuela. «Los venezolanos me acompañan y si no es venezolano, es casi seguro que sea colombiano», dijo.

Casos de éxito y testimonios de los estudiantes de Mayu’s Classroom.

Horarios y modalidad

Las clases son en vivo a la 1:00, 7:00 u 8:00 pm, hora de Venezuela.

Aprenden todos los días, dos veces a la semana por grupo: lunes y miércoles o martes y jueves. «Los viernes, por lo general, se definen como un feedback entre alumnos con sesiones de coaching«.

Precios de Mayu’s Classroom

La inversión es mensual con planes de 199 dólares estilo membresía.

La libertad de Mayu Martínez

La english teacher vive en Lechería. Y, a la fecha, puede decir que toda su familia vive 100% de su emprendimiento. Declaró que lo más difícil de enfrentar hasta ahora ha sido lo solitario que puede ser el camino del emprendimiento.

«Hay muchos ‘tiburones en el charco’. Hay mucha gente que sabe demasiado y que tiene sus grandes imperios del inglés. En el online hay muchísimos, muy millonarios. Pero a mí lo que me costaba era mantenerme fiel a mí misma, creyendo en mi proyecto, aunque me sintiera sola», declaró. «Tuve que hacer oídos sordos a los: ya está todo hecho, todo el mundo tiene una tajada de este negocio; no te va a funcionar que las clases sean en vivoAl final, yo me hago las preguntas correctas para encontrar las respuestas correctas. Nunca me pregunto si va a pasar algo, me propongo a que pase sin preguntarme nada», sentenció.

Maryuly Martínez creyó en ella. «Por eso concibo mi proyecto con la palabra libertad. 

Si le piden un consejo siempre dirá pregunten. «No tengan miedo de hacerlo. Busquen ayuda. Yo no estoy aquí por casualidad y ustedes tampoco. Inviertan en ustedes sin miedo; siempre valdrá la pena», manifestó.

Finalmente, sobre Venezuela, fue enfática al decir que cada quien tiene la manera de escoger cómo ver al país. «Ese es el reflejo de lo que llevas dentro. Yo lo veo como un semillero, como una oportunidad más grande de cambiar la realidad. El país me duele y al mismo tiempo que me enamoro, lo hago con lágrimas porque estoy en constante reencuentro con él después de haberme ido por casi 6 años. Uno decide si verlo como una oportunidad o si alejarse y salir corriendo. Escojan lo primero», concluyó.

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