Azahar Gourmet está escondido a la vista de todos y eso, precisamente, lo convierte en un espacio tan peculiar. ¿Está dentro de una clínica?, ¿la dirección es la correcta?, ¿quiere ser un lugar secreto? Todas son interrogantes válidas y fáciles de responder. Sí, está dentro de lo que se conoce como el Oftalmológico de Santa Lucía, justo en la avenida principal de El Cafetal, en Caracas. No es un chiste, mucho menos un espejismo, tampoco nació para ser mantenido como un misterio. Sin embargo, luego de dos años de inaugurado mantiene su título como «el secreto mejor guardado de Chuao».
Atravesar las puertas del centro es transitar entre consultorios, personal uniformado, tapabocas, gorros, instrumentos y médicos. Subir al primer piso es otra cosa. Una escalera es lo único que separa la realidad un paciente de la curiosidad y el anhelo de un consumidor ávido por probar cosas nuevas.
«Ahora más que nunca, estar tranquilos, sentirnos seguros y alejados de la masificación es, más que un capricho, una necesidad. Sean bienvenidos. Esto es Azahar Gourmet», expresó su dueña, Andreína García, abriendo paso hacia una terraza más similar a una casa de muñecas que a otra cosa. No menos de 8 mesas ubicadas a lo largo y ancho del acogedor lugar llenan el espacio entre coloridas flores como centros de mesa, hermosos candelabros con más historia que la misma Ana Bolena y un clima que completaría la mágica experiencia.
Nació Azahar Gourmet
Andreína García tenía 17 años de edad y no sabía qué hacer con su vida. Como muchos recién graduados del colegio, se sentía perdida. Sin norte. ¿La cocina como profesión? Jamás estuvo en sus planes, pero sí en su vida. Desde que tiene uso de razón le gustó el tema de la gastronomía pues creció en una familia de grandes cocineras, su mamá y su abuela, ejemplos a seguir. Creció viéndolas y, en silencio, queriendo ser como ellas, pero para la época no era una opción como carrera.
«Eran muy pocas las personas interesadas en el gremio. El oficio, por decirlo de alguna manera, no estaba de moda», recordó García con humor comparándose con el auge actual de la profesión. «En aquella época no sabía qué era lo que realmente me gustaba. O, mejor dicho, sí, pero no actué con respecto a mi pasión sino a lo que se supone debía perseguir», expresó.
Y así lo hizo. Escogió Comunicación Social, pero cursando el octavo semestre en la UCV abandonó la carrera. «No era lo mío y, casualmente, en ese ínterin conocí a Sumito Estévez. Me encontraba haciendo uno de sus cursos cuando comentó que tenía un instituto de cocina. Averigüé y llegué directo a Chuao, al Instituto Culinario de Caracas. Lo recuerdo como si fuese ayer por el impacto que tuvo en mí. Ese día entendí que quería y debía dedicarme a eso. Y aquí estoy, 17 años después».
Se metió de lleno en la cocina y no ha salido de ella. «Encontré no solamente mi oficio sino lo que realmente amo hacer; para mí es desconexión. Mi punto de inflexión. Es el único sitio donde puedo asegurar, sin duda, que siento paz», aseveró García.
¿Y el emprendimiento?
Andreína, después de estudiar y formarse como cocinera, estuvo involucrada en restaurantes importantes de la movida gastronómica caraqueña como Malabar, cuyo chef –en aquella época– era Carlos García. Viajó y terminó de formarse en Bilbao, España, y probó suerte en otros restaurantes de renombre. Sin embargo, fue su paso por Atar Creaciones Culinarias, en Caracas, lo que aseguró su futuro en el área del catering. Los restaurantes nunca fueron lo suyo.
«Trabajar en un ambiente así, sobre todo siendo mujer, es bastante complicado. Así pues, estando en Atar tuve una epifanía en donde dar cursos, ser chef privada o cocinar para eventos y reuniones se convertirían en mi pasión», aclaró.
Desde hace años forjó la idea de construir Azahar Gourmet. Su flor favorita, la de naranjo, la inspiró y sus padres la ayudaron a convertir ese sueño en realidad cuando le permitieron usar un área de la clínica de la que son dueños justamente en 2020, en plena pandemia.
«La estructura de la terraza cobró vida hace 2 años y se aceleró porque la gente no quería encerrarse en la cocina donde hacemos los cursos, sino estar en un espacio aireado y más cómodo», destacó García.
De esta manera, el centro oftalmológico sirvió de plataforma para que Azahar Gourmet rindiese sus frutos y así, el comedor de los doctores y del staff de la clínica se convirtió en un secreto a voces para que el caraqueño pudiese disfrutar de un desayuno o brunch, acompañados del mejor café de Caracas, según su creadora.
Lo que ofrece Azahar
La terracita, como también se conoce el lugar, es íntima y agradable. Siempre huele a dulce o a café recién colado. Además, está rodeada de naturaleza. Cuenta con visitantes tan peculiares como colibríes y tucusitos que hacen su parada obligada en los depósitos de agua y comida dispuestos para ellos.
En su catálogo de servicios, ofrece clases de cocina una vez al mes, que se publican a través de Instagram. «Siempre son diferentes. Los que más pide la gente son los abrebocas para una cena o almuerzos, o las comidas típicas como la tailandesa o italiana», señaló Andreína.
Está abierto el espacio lunes, miércoles y viernes para disfrutar de un buen desayuno o el tan solicitado brunch, desde las 8:00 am hasta la 1:00 pm. Sin embargo, haciendo una reserva con un día de antelación, grupos de amigos, familia o con fines corporativos, pueden disponer exclusivamente del lugar a cualquier hora del día. «Pero es importante destacar que yo no quiero alquilar mi espacio, lo que quiero es que reserven y que Azahar esté presente en sus encuentros», subrayó.
«No hay un menú fijo. Siempre estamos cambiando. Eso también depende mucho de lo que desea cada cliente pues nos encanta complacer», aseguró la cocinera. «Nos reunimos siempre con el cliente y, según sus necesidades o gustos, se hace el menú. Lo mismo que con el catering».
Menú Azahar Gourmet
Desde frescas tostadas de salmón hasta tequeños artesanales con jalea de mango o ají dulce. También ofrecen arepitas de chicarrón acompañadas con salsa tártara de la casa o yogurt griego artesanal bañado en esencia de rosas, jugos naturales, un ponche de auyama muy especial, cafés y tés. «Es un menú bastante sencillo, pero donde siempre están presentes los detalles», aclaró.
“Ese es el factor diferenciador de mi cocina: los detalles. Podemos servir algo muy simple, pero con una presentación diferente y ahí reside la magia”
Respecto a eso, Azahar Gourmet se destaca porque sus platos, jarras y tazas están intervenidos manualmente por la mamá de Andreína. «Es pintora sobre porcelana, es una artista en todos los aspectos. Se encarga también de hacer los terroncitos de azúcar para el café o té. Ella es tan Azahar como lo soy yo», agregó.
En su catálogo de comida destacan recetas familiares. «La mousse de chocolate, que es de las favoritas, es de mi bisabuela. En su mayoría, siguen la tradición y el linaje de mi familia», señaló. «Tenemos también un clásico que es nuestro paté, una receta de mi mamá y un arroz con leche que sabe a la chicha del Mercado de Chacao que, para mí, es la mejor que existe», sentenció. «El café es el mejor de Caracas gracias a nuestro ingrediente secreto y nadie nos quitará esa idea, ni a mí ni a mis comensales».
En yuxtaposición con lo dulce de su concepto, Andreína es amante de lo salado. «¿Los postres? No me inclino por ellos. Siento que uno tiene que enfocarse en lo que uno es bueno; no podemos ser buenos en todo. Sé de panadería y pastelería también, pero hay que centrarse en lo que uno siente que es bueno. Mi fortaleza es lo salado. Mis dulces son muy ricos, pero cuento con gente que me apoya en esa materia».
Actualmente, 2 personas trabajan en la terraza del Oftalmológico, pero cuando se requiere más personal en caso de eventos o reuniones, cuenta con un grupo de aliados que la apoyan.
Con a de amor
En una palabra, Andreína García define su negocio como amor. «Es amor por lo que hago, por llevarle a la gente mi trabajo y que lo disfruten al máximo», destacó.
Y aunque su camino como emprendedora ha estado lleno de bendiciones, hay momentos de dudas. «Algo que no nos ha ayudado es que estamos escondidos, por ejemplo, y eso dificulta la llegada de clientes comunes, peatones. Azahar es acogedor y hermoso, pero sigue siendo un secreto. Nadie se imagina que estamos aquí cuando transitan la calle principal de El Cafetal», recalcó.
«Llegar es muy sencillo, pero no somos conocidos por ser un local a pie de calle y eso ha sido nuestra principal dificultad. Sin embargo, seguimos apostando a que la información le llegue a la gente a través de nuestras plataformas y gracias al boca a boca», dijo.
A pesar de todo, García asegura que Venezuela es un país de emprendedores. «Aunque a veces se nos haga difícil aceptarlo, lo es», subrayó. «Sí, tenemos situaciones complicadas, pero siempre existen opciones, así sean minúsculas, para crecer y para demostrar en qué eres bueno. Además, hay demasiado talento y eso de por sí es inspirador», rescató. «El miedo paraliza y eso es lo que hace que muchos no den ese salto de fe. Pero si estás convencido de tu idea o de tu producto, hay que soltarse y arriesgarse porque no hay pero diligencia que la que no se hace».
El lema de Azahar Gourmet se lee en una de sus paredes: «Nunca dejes de compartir tu magia porque nunca sabes a quien inspiras». Andreína García vive 100% de su negocio y se siente orgullosa de poder decirlo. «Llevo 17 años en esto y, de aquí, nadie me saca».
Precios
- Un desayuno que incluya café o té puede costar alrededor de $10 o $12.
- Disfrutar de un brunch a 3 o 4 tiempos + café/té/jugos + espumante cuesta $30 por persona.
Ubicación
Avenida principal de El Cafetal.
Centro Oftalmológico Santa Lucía en Chuao
Caracas. Piso 1.
Coordenadas
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