Nicolás Maduro ha podido enviar oxígeno a Brasil gracias al declive de la Siderúrgica del Orinoco (Sidor).
La semana pasada, cuando anunció un segundo envío de oxígeno a Brasil para ayudar con el tratamiento de los pacientes de covid-19, agradeció a la “clase trabajadora venezolana” de Sidor.
Pero Maduro, dice una nota publicada por Reuters, omitió por qué la empresa tiene oxígeno de sobra.
La producción de acero, que utiliza el oxígeno como insumo, está casi detenida en la planta de Puerto Ordaz luego de años de caídas constantes desde que la compañía fue nacionalizada por el fallecido presidente Hugo Chávez.
“Si la acería estuviera en plena producción, no habría capacidad para despachar oxígeno”, dijo a Reuters José Luis Alcocer, trabajador de Sidor con 34 años de experiencia.
Los hornos de oxígeno, continúa la agencia, se utilizan para fundir hierro y aleaciones de acero. Pero las instalaciones de Sidor funcionan de manera intermitente.
En 2020 la planta produjo 17.000 toneladas de acero líquido, menos de 1% de su capacidad de 5,1 millones de toneladas.
“Todo está detenido. La única área que opera actualmente es la planta de pellets, que utiliza nitrógeno, no oxígeno”, expresó a la agencia un trabajador que prefirió permanecer en el anonimato.