En Estados Unidos se esperan grandes descuentos este Black Friday, tradicional inicio de la temporada de compras navideñas, pero el reto será que los consumidores acudan a la cita en medio de una fuerte inflación.
Hace un año, los minoristas enfrentaron escasez de productos a raíz de los retrasos en la distribución y los cierres de fábricas por la pandemia de covid-19.
Para evitar una situación similar, el sector adelantó las importaciones navideñas este año, pero quedó vulnerable al exceso de oferta cuando los consumidores están recortando gastos.
«La escasez de suministro fue el problema de ayer», opinó Neil Saunders, director gerente de la consultora GlobalData Retail. «El problema de hoy es tener demasiadas cosas» en oferta, señaló.
Saunders explicó que los minoristas redujeron inventarios en los últimos meses, pero el exceso de oferta crea condiciones excepcionales para quienes buscan gangas en rubros como la electrónica, el equipamiento del hogar y la vestimenta.
Juameelah Henderson siempre revisa lo que está de liquidación, «pero ahora más», explicó saliendo de una tienda de vestimenta Old Navy en Nueva York, con cuatro bolsas en mano.
Los precios de Black Friday eran «bastante buenos», expresó.
Los costos más altos de la gasolina y los productos básicos del hogar, como la carne y los cereales, son un problema de toda la economía, pero no suponen una carga para todos por igual.
«Los (consumidores) de ingresos bajos se ven claramente más afectados por la alta inflación», explicó Claire Li, analista de Moody’s, «porque proporcionalmente gastan más en productos de primera necesidad».
Ahorros decrecientes
El incremento de precios cede poco a poco. Pero incluso así, el 10 de noviembre el índice de precios al consumo marcó 7,7% a 12 meses, un nivel alto para los estadounidenses.
Hasta ahora, los consumidores estadounidenses se han mostrado resistente ante las diversas crisis vividas desde el inicio de la pandemia, gastando más de lo esperado, incluso cuando los indicadores de confianza daban cuenta de sus preocupaciones.
Parte de la explicación se encuentra en unos ahorros inusualmente robustos, ya que muchos hogares aprovecharon las ayudas gubernamentales durante la pandemia, cuando el consumo estaba en mínimos históricos debido a las restricciones impuestas para combatir la propagación del virus.
Pero el colchón está empezando a achicarse: después de un pico de 2,5 billones de dólares a mediados de 2021, el ahorro estadounidense volvió a caer a 1,7 billones de dólares un año después, según Moody’s.
Y los consumidores con un ingreso anual de menos de 35.000 dólares son los primeros afectados, con una caída del 39% en sus ahorros durante los primeros seis meses del año. Como resultado, el crédito al consumo está al alza, según datos de la Reserva Federal (Fed, banco central).
«Vemos una presión continua», señaló Michael Witynski, gerente general de la cadena de bajo costo Dollar Tree, quien observa un «cambio» en los consumidores «que están mucho más enfocados en sus necesidades y tratan de asegurarse de tener suficiente dinero para terminar el mes».
Panorama mixto
Los informes de ganancias de los minoristas en los últimos días han dado una imagen mixta sobre la salud del consumidor.
La cadena de supermercados Target se vio golpeada, al enfrentar una fuerte caída en sus ventas de octubre, lo que podría presagiar una débil temporada navideña.
«Hemos tenido consumidores lidiando con una inflación muy obstinada trimestre tras trimestre», dijo el director ejecutivo Brian Cornell en una conferencia telefónica con analistas. «Son muy cautelosos, están muy atentos y dicen ‘bueno, si tengo que comprar, quiero que sea una buena oferta'».
Pero su competidor Lowe’s, que se especializa en decoración, es optimista, señalando un tercer trimestre «sólido» y sin señales de debilitamiento. «No observamos nada parecido a una caída en las compras», afirmó su director general, Marvin Ellison.
Consumidores como Charmaine Taylor, que consulta los sitios web de las aerolíneas con frecuencia, se mantienen atentos. Hasta ahora, Taylor vio frustrarse sus aspiraciones de viaje debido a los precios exorbitantes de los boletos de avión. La mujer, que trabaja en el cuidado de niños, no está segura de cuánto dinero podrá gastar en regalos para su familia este año.
«Estoy tratando de comprar algunos obsequios», dijo Taylor en un parque en Harlem a principios de esta semana. «No sé si podré hacerlo. La inflación está golpeando bastante fuerte».