El gobierno de Hong Kong informó este jueves que está oficialmente en recesión técnica, por primera vez en 10 años, después de que el crecimiento económico se ha reducido por segundo trimestre consecutivo por las protestas.
Mientras que en el segundo trimestre del año se registró una caída del 0,4%, en el tercer trimestre la economía se redujo 3,2% frente al trimestre previo, según datos publicados este 31 de octubre por el Departamento de Estadísticas de la urbe.
En términos interanuales, el Producto Interno Bruto se contrajo 2,9% en el tercer trimestre, el mayor decrecimiento de toda la década.
Para la consultora Capital Economics, el dato de la recesión es peor de lo esperado. La fuente pronosticó que el PIB de Hong Kong seguirá contrayéndose en el último trimestre de este año.
Carrie Lam, jefa del Ejecutivo hongkonguense, advirtió esta semana sobre una posible contracción para todo el año.
“La principal causa fue la contracción del consumo privado, que supone más de 70% del PIB”, indicó la consultora en un informe enviado a sus abonados.
Intensificación de las protestas
Esto se debería a la intensificación de las protestas, que han resultado en el cierre de tiendas, la interrupción del transporte público y también han ahuyentado a los turistas. La guerra comercial y una menor demanda externa también siguieron pasando factura.
Este jueves se conoció, además, que el número de turistas que visita Hong Kong cayó 34,2% interanual en septiembre.
Unos 3,1 millones de personas visitaron la ciudad en septiembre, de las que 78% procedía de la China continental.
Sin embargo, en los primeros 9 meses de este año, las llegadas de turistas a Hong Kong creció de 0,2% a 46,76 millones con respecto al mismo período del año pasado.
La ex colonia británica vive desde el pasado mes de junio sumida en la mayor crisis de la década por una oleada de protestas que, en numerosas ocasiones, ha acabado en graves incidentes violentos entre policía y manifestantes radicales.
Aunque las protestas comenzaron en rechazo a un polémico proyecto de ley de extradición, ya retirado por parte del Ejecutivo hongkonguense, han evolucionado hacia una serie de peticiones para mejorar los mecanismos democráticos de la ciudad y oponerse al autoritarismo de Pekín.