Un cuello de botella se genera en Venezuela por la suspensión repentina de un contrato que había impulsado las exportaciones de coque de petróleo desde 2017, reportó Reuters según fuentes y datos a los que tuvo acceso. La situación hizo que los clientes buscaran suministros alternativos.
La agencia de noticias señaló que un contrato entre Petróleos de Venezuela y Maroil Trading, propiedad del magnate venezolano Wilmer Ruperti y registrada en Ginebra, se encuentra parado desde junio por una disputa generada sobre las cuentas por cobrar y la extensión de la vigencia del contrato.
Preocupación por la capacidad de entrega
“Esperamos que alguien más intervenga, en lugar de Maroil”, dijo a Reuters un alto ejecutivo de una cementera del sur de la India. Indicó que sus proveedores venezolanos, de los que no reveló los nombres, cancelaron tres contratos desde el mes pasado, lo que ha generado preocupación sobre la capacidad de entrega del producto.
“Ningún comprador indio debería intentar obtener material venezolano sin una garantía de que el pago solo se realizará en el momento de la descarga”, declaró otro de los afectados por la suspensión.
La petrolera venezolana aprobó en los últimos meses, de acuerdo con la agencia, nuevos compradores e intermediarios para las ventas de coque de petróleo para ampliar su lista de clientes y llegar a compradores en el extranjero.
Reuters puntualizó que las exportaciones de ese material derivado cayeron a 56.000 toneladas métricas en junio, luego de que en enero registró más de 620.000 toneladas. Así, en lo que va de julio, Pdvsa solo ha autorizado embarcar una carga de 70.000 toneladas, pero hasta el martes el barco todavía no había zarpado.
Agregó que otros 8 esperan cerca de los puertos venezolanos para cargar en total 350.000 toneladas. «El coque de petróleo se usa principalmente para encender hornos de cemento en países desde Francia hasta China», explicó.
¿Relaciones rotas con Ruperti?
Petróleos de Venezuela habría roto sus relaciones con Wilmer Ruperti frente a una auditoría interna que realizan las autoridades socialistas en la compañía estatal por el entramado de corrupción que involucra a altos exfuncionarios del chavismo.
La información la publicó, según sus fuentes, la agencia de noticias Bloomberg, que señaló que Pedro Tellechea, presidente de Pdvsa, encontró discrepancias en los pagos, aunque Ruperti asegura que no hubo irregularidades y que la compañía estatal todavía le debe 300 millones de dólares, alegando que su empresa exportó solo 6,5 millones de las 12 millones toneladas a las que tenía derecho.
Reuters había reseñado en marzo pasado que Pdvsa investigaba al empresario por las deudas pendientes en el suministro de coque de petróleo. Un resumen de las cuentas comerciales pendientes por cobrar, que datan de enero de 2020 y citado por esta agencia, indica que la firma del magnate debe al país 423,7 millones de dólares.
Y los datos recientes de Bloomberg indican que el centro de la discrepancia entre Ruperti y Pdvsa se debe al contrato, por el que Maroil, registrada en Ginebra, acordó invertir 138 millones de dólares en una terminal marítima de Pdvsa. A cambio, la estatal venezolana le otorgaba el derecho de vender y retener la mayor parte de las ganancias de alrededor de 12 millones de toneladas métricas de coque de petróleo.
En una entrevista, recordó Bloomberg, Ruperti dijo que el contrato, que vencía en 2021, se amplió por dos años ante la pandemia. Aseguró que Pdvsa ahora niega esa ampliación y está reclamando que Maroil pague los cargamentos de coque vendidos después la fecha de vencimiento del contrato.
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