La economía venezolana se ajusta a la realidad financiera del país, y el uso de otras monedas como dólares, euros y pesos colombianos funcionan como métodos transaccionales de pago.
Sin embargo, uno de los problemas que genera estrés a los consumidores es el precio de los productos que fluctúa con la cotización de la divisa en el mercado paralelo.
«Tenemos una economía realmente distorsionada, el sistema de precios está destruido, es imposible en Venezuela determinar qué es barato y qué es caro, eso es imposible«, dijo Jesús Casique, economista.
Tiendas departamentales, detales, mayoristas y mercados populares ajustaron sus precios al dólar. Otros marcan sus costos en bolívares y hacen la conversión en divisas a la tasa día si el cliente así lo desea.
No obstante, el gran problema se presenta cuando se va a pagar. Al momento de la conversión, es posible que el monto tenga decimales.
En ese caso muchos establecimientos redondean la cifra hacia arriba y el consumidor termina pagando hasta un dólar más.
Al respecto, Casique dijo a El Nacional que los usuarios deben estar atentos a la hora de adquirir cualquier producto, porque esas décimas no necesariamente se pagan en divisas.
«Si tiene que cancelar 20,50 dólares, sugiero que esos 50 céntimos de dólar los multiplique por el tipo de cambio del día y los cancele en bolívares», aconsejó el economista.
«Si usted está efectuando una compra por 9,25 dólares, no pueden obligarlo a que pague 10 dólares y obtenga la diferencia en productos. Sencillamente, esos 25 céntimos de diferencia los puede cancelar con tarjeta de débito, los puede pagar con bolívares. Nunca se debe dejar obligar a comprar más», advirtió el economista.
Los precios
Es muy difícil en economías hiperinflacionarias efectuar sugerencias, señaló Jesús Casique, aunque manifestó que lo más idóneo en la actualidad es ver opciones.
«Lo más recomendable para las personas es que visiten varios locales y determinen cuál es el precio más accesible para su poder de compra. Pero hay que destacar que el poder adquisitivo está aniquilado producto de la hiperinflación».
Hacer un presupuesto tampoco es factible por la volatilidad de los precios de los rubros que fluctúan con el paralelo.
«El término barato en Venezuela no existe, sino que hay que buscar cobertura incluso en alimentos, bienes no perecederos con anticipación porque observamos que los precios se van incrementando como consecuencia del tipo de cambio», señaló Casique.
«A las personas que les alcanzan los recursos puede ser porque tienen un patrimonio más o menos holgado. Les recomiendo que busquen cobertura para proteger el patrimonio frente a un bolívar que está pulverizado por el impacto de la hiperinflación y la depreciación del tipo de cambio», aseguró.
Dólares nuevos en un país que no los imprime
Algunos comercios exigen a los consumidores billetes nuevos, sin rayas o desgastados por el uso.
Pero, los dólares llegan al país por remesas familiares, bonificaciones salariales en moneda dura u otros mecanismos. Este es otro problema que afronta el venezolano.
El régimen de Nicolás Maduro no ha anunciado oficialmente la dolarización, aunque la admite y tolera, por lo que resulta absurdo restringir a los ciudadanos a pagar con billetes deteriorados cuando el Banco Central de Venezuela no imprime dólares porque la moneda venezolana es el bolívar.
«El mismo gobierno se hizo la vista gorda y aceptó el tipo de cambio. El Banco Central de Venezuela compite con el tipo de cambio paralelo. Si usted ve el histórico de las depreciaciones de ambos tipos de cambio, se van comportando de una forma muy similar», afirmó.
El economista señaló que el régimen sabe perfectamente y acepta la dolarización no oficial.
@Desiparra
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