La Cepal mejoró este martes su previsión de crecimiento para América Latina a 2,7% desde 1,8% estimado anteriormente, a pesar de un escenario muy complejo de desaceleración e inflación, que se profundizará en la segunda mitad del año.
El escenario global de bajo crecimiento y subida de precios «junto al menor crecimiento del comercio, la apreciación del dólar, y el endurecimiento de las condiciones financieras globales (subida de tasas de interés) afectarán negativamente a los países de la región», explicó la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal).
Daniel Titelman, director de Desarrollo Económico de ese organismo técnico de las Naciones Unidas, afirmó en rueda de prensa que la región se encuentra en una «coyuntura muy difícil» debido a que «está retornando a una tendencia y a una trayectoria de bajo crecimiento que ya se observaba antes de la pandemia con mucha fuerza».
«Esta dinámica de bajo crecimiento está siendo acompañada por presiones inflacionarias y altas tasas de inflación que generan una situación muy compleja de desafío para la política macro (económica)», afirmó el experto de la Cepal.
El proceso de desaceleración comenzó a evidenciarse después del crecimiento de 6,5% registrado en 2021, en su mayoría impulsado por una fuerte recuperación de los servicios tras la peor parte de la pandemia de covid.
Pero ahora se suma el adverso escenario internacional con la guerra entre Rusia y Ucrania, un conflicto que «ha generado una menor disponibilidad de alimentos y aumentos del precio de la energía que han incrementado las presiones inflacionarias que venían produciéndose como resultado de los choques de oferta generados por la pandemia», explicó.
La incertidumbre sobre la duración del conflicto ha hecho aumentar la volatilidad de los mercados financieros, «generando condiciones más onerosas para acceder al financiamiento, lo que perjudica a los países de la región», según la Cepal.
Tras el fin de la recuperación pospandemia y debido a la guerra en Ucrania, para el segundo trimestre la Cepal espera «una intensificación de la desaceleración» del crecimiento en los países de América Latina.
Consumo resiliente
La persistencia de dinámicas de consumo más resilientes explican para la Cepal la leve mejoría de sus estimaciones de crecimiento respecto a las anteriores publicadas en abril.
«El grueso de los países más o menos se mantiene igual en su dinámica de crecimiento y hay algunos países (en) que, sobre todo en el primer trimestre, el consumo fue un poco más resiliente de lo que todos esperábamos» y, además, «la inversión estaba cayendo pero ha caído un poco menos rápido de lo que todos esperábamos», resumió Titelman.
Aun así, 16 de los 33 países monitoreados no conseguirán para final de 2022 recuperar el nivel de crecimiento de su PIB previo a la pandemia.
«Va a haber una alta heterogeneidad en las tasas de crecimiento de los países de la región», señaló Titelman.
La Cepal proyecta para América del Sur un crecimiento de 2,6%, con Venezuela a la cabeza (10%).
Para América Central la estimación es de 4,1%, con Panamá con los mejores números (7%), mientras que el Caribe está previsto que crezca 10,2%, aunque esta subregión alcanza al 4,7% si se excluye Guyana (52%).
Para hacer frente a este nuevo ciclo de desaceleración, la Cepal considera que «es urgente dinamizar la inversión».
«La política macroeconómica debe dinamizar el crecimiento sostenible, procurar la estabilidad de precios, generar empleo de calidad, reducir la pobreza y la desigualdad», señaló el organismo.