Para el cierre de 2022, Consecomercio registró un crecimiento de la actividad comercial de entre 8 y 22%. Los resultados fueron alentadores. Para 2023, la expectativa iba in crescendo. Sin embargo, para mayo del presente año, el comportamiento de las ventas y servicios registrados en el país, según la presidenta del organismo, Tiziana Polesel, cayó notablemente en todas las regiones, casi un 7% frente a los mismos primeros meses del año anterior.
Polesel atribuyó la contracción del sector, en primer lugar, al poder adquisitivo del venezolano. En segundo, la inflación, la falta de crédito y fallas en los servicios públicos.
El Instituto de Investigaciones Económicas y Sociales de la Universidad Católica Andrés Bello (IIES UCAB) informó los pronósticos de inflación y crecimiento económico para el cierre de 2023 a través de su Informe de Coyuntura Venezuela, correspondiente al mes de octubre.
En él, señalaron que la actividad económica «ha desmejorado con respecto a su desempeño en el primer semestre de 2022, y en contraste con las expectativas que se tenían al comenzar el año». En ese sentido, la investigación estima que en 2023 la inflación superará ampliamente la del año pasado. «Los niveles de inflación puntual y promedio previstos para todo el año, 314% y 389%, son mayores que los de 2022, 234% y 187%, respectivamente», apunta el texto.
No obstante, pese a esta clara recesión, explicada también por el Observatorio Venezolano de Finanzas (OVF) para mediados de 2023, y que sigue vigente entrando a los últimos meses del año, una visión esperanzadora se asoma en el camino: la de Claudia Itriago, directora ejecutiva –desde hace 19 años– de la Cámara Venezolana de Centros Comerciales, Cavececo.
Para ella, el término centros comerciales se eleva en importancia en un país como Venezuela. A pesar de todo, continúan siendo una figura protagónica para las ciudades desde que fue levantada la cuarentena que les permitió reactivarse por completo y, hasta noviembre pasado, seguían en auge con una actividad medianamente exitosa en sus espacios.
Son microciudades, expone, y como gremio les gusta definirlos como las plazas del país, «porque el ciudadano aún las disfruta como se debe”. De acuerdo con el organismo que agrupa a 131 de los 212 que se estiman hacen vida en el territorio, el primer semestre de 2023 experimentó un incremento de 40% en ventas a pesar de esa caída de consumo de la que se habló en principio y a otro factor, el más preocupante: la desocupación.
El Nacional realizó un recorrido por algunos centros comerciales de Caracas: desde Concresa, Galerías Ávila, Millennium mall, Centro San Ignacio, Unicentro El Marqués y El Líder, hasta los Sambil de Chacao y La Candelaria, El Recreo, CCCT, y Parque Cerro Verde… ¿El paisaje? Tienes cerradas, espacios vacíos, pocos asistentes, algunos compardores.
Donde la esperanza se niega a morir
Itriago, también fundadora de la Cámara Latinoamericana de la Industria de Centros Comerciales, aboga porque la esencia de estos espacios no se apague, pues son productores de trabajo, otorgan beneficios a la comunidad, generan empleos y mantienen activa la economía, incluso en una Venezuela sumida en una profunda crisis, no sólo económica.
Los centros comerciales en el país son una experiencia, resume. Una que, hace 18 años, se ubicó en el quinto lugar en Latinoamérica, por encima incluso de Colombia que, hoy día, supera a Venezuela en un listado en el que el país ni aparece. «Ya ni nos mencionan, pero nuestra industria está por cumplir 70 años», subraya, y aunque en este momento esté pasando inadvertida, desde Cavececo trabajan para recuperarla.
En este último trimestre del año y con un 2023 que deja un paisaje desolador, Itriago insiste en que sí, hay un auge en el sector, aunque no lo parezca. «Si hablamos de números, esa estadística es imposible de dar porque no todos los centros comerciales funcionan de la misma manera, pero sí hay vida. Las películas como Barbie y Oppenheimer, incluso las efemérides como el Día del Nino o de la Madre y el Padre, influyeron en estas cifras», asegura.
La gente que se había acostumbrado a estar en casa obligada por la pandemia, se quitó los pijamas y sus crocs en 2022, comentó. «Y con ellas regresó el gremio, la industria y el comercio. Desde adentro nos reportan que se han optimizado las ventas y, por supuesto, hay obstáculos, pero hemos sabido cómo sortearlos, sobre todo si existe un trabajo conjunto entre comerciantes y centros comerciales».
Desde la Cámara, describe, ayudan a la realización de eventos y a buscar estratégicamente cómo atraer más gente a sus espacios, pero las vitrinas atractivas, las ofertas interesantes –no solo a nivel de precio sino de productos– y la atención al cliente son fundamentales, opina. Y eso es un trabajo también de los comerciantes.
“Siempre digo que es como una balsa en mitad de un lago, si el comerciante rema para un lado y el Centro comercial para otro, suceden dos cosas: no avanza o se voltea”
Una emprendedora que pidió no ser identificada los califica como una utopía. «Nos piden que invirtamos en publicidad, mercadeo e impulsemos nuestras marcas y, sí, está perfecto. Pero no nos alcanza para gastar en eso si no vendemos», señala. Es propietaria de un pequeño quiosco ubicado en uno de los pasillos del C.C. Líder, ubicado en La California, y en varias ocasiones ha pensado en bajar las santamarías para evitar la bancarrota.
Lo mismo le ocurrió a un comerciante que probó suerte por segunda vez en el C.C. Galerías Ávila, ubicado en La Candelaria. «Comencé con un local de ropa, pero no me di abasto. El arrendamiento era impagable con las pocas ventas que me daba el negocio y preferí cerrar. Sin embargo, hoy estoy terminando de firmar contrato para abrir un nuevo espacio, pero esta vez de tecnología, un rubro que se mueve más entre la gente hoy día». Pidió, también, no ser identificado. Asegura que prefiere seguir apostando al país que emigrar o no intentarlo.
Centros comerciales: cifras inciertas
Claudia Itriago subrayó que, en la actualidad, existen centros comerciales que tienen entre 100 y 120 locales afiliados a la Cámara. «Son los más pequeños porque tenemos otros en donde llegamos hasta 600, pero nos enorgullecemos de manejar la mayoría en metros cuadrados», destaca.
Del mismo modo, comparte que sería irresponsable dar una cifra oficial de las preferencias de los visitantes pues las diferencias entre los centros comerciales es abismal entre días y horarios, temporadas vacacionales, efemérides.
«Tratamos siempre de mantener una postura. Sería poco gremialista de mi parte opinar», aclara, aunque señalando que el panorama, sobre todo el caraqueño, es bastante claro. «Siempre hay un centro comercial que se destaca. Es como todo: hay algunos de conveniencia que están dentro de las urbanizaciones o municipios y funcionan muy bien. Otros, sin embargo, manejan masas a diario, pero esos son visibles para cualquiera, no hace falta que salte a decir nombres».
Para nadie en es secreto: muchos nombran al Sambil de Chacao como favorito. «Es el centro comercial donde encuentras todo lo que estás buscando», señalan. «Te ofrece gastronomía, ropa, cines, eventos, terraza, conciertos, farmacias, bodegones, y mucho más», compartieron algunos encuestados.
Pero también hay quienes destacan al nuevo Sambil La Candelaria, El Recreo o el City Market, por la innovación, y el C.C. Líder «a pesar de que está en abandono», dijo una visitante.
Con dos décadas de trayectoria, Datanálisis y la Cámara hacen un estudio que especifica los detalles de consumo del venezolano. «No puedo darte detalles tampoco porque no los tenemos», informó Itriago. Con la innovación, además, cambia toda la experiencia. «Ahora tenemos restaurantes y franquicias reconocidas en las ferias, WiFi gratis, y un sinfín de beneficios que obliga de cierta manera al comensal a quedarse cuando antes no había motivo. En el país no es solo comprar, es hacer comunidad».
Sobreviviendo
Si no es sólo comprar, ¿cómo hacen las tiendas que se apalancan en sus ventas para sobrevivir?
Los centros comerciales están afectados por el escaso consumo. Se evidencia, además, una cantidad considerable de locales cerrados y una concurrencia escasa.
Destacan los C.C. Líder, Millennium y San Ignacio, espacios que hace una década fueron referencia en materia de consumo.
Según personal de seguridad, los mejores días en el Líder son los viernes y sábados, pero incluso moviéndose mucho a nivel de visitantes, no se ven compras y casi un 40 % de las tiendas están cerradas por quiebre, reemplazo por otras marcas o remodelaciones que se han tardado más de lo normal. Esto, a pesar de que una nueva directiva está tratando de mantener vivo el interés con nuevos espacios de esparcimiento, parques temáticos, canchas de pádel, y un anfiteatro que este año se convertirá en escenario del Miss Venezuela.
El Millennium se ha ido recuperando poco a poco con inversión en el área del entretenimiento y nuevas franquicias de comida. El parque Brinca, que repite en muchos de los centros comerciales, tiene colchones, pisos elásticos y paredes de escalada que se convierten en una opción de disfrute para niños, jóvenes y adultos. Hay tiendas cerradas, sí. Pero no más del 30%. Las visitas, según el equipo de seguridad, mejoran las tardes de los jueves, viernes y sábado. Y el cine, aunque es sinónimo de escape para muchos y fue el fuerte del centro comercial, ya no se llena como antes, destacan.
El Centro San Ignacio fue alguna vez fue punto de encuentro de un público exclusivo de la capital, epicentro de fiestas que comenzaban a las 6:00 pm y terminaban a la mañana siguiente. Destacaban las tiendas de renombre, casas de estilismo, restaurantes con sello de autor y gourmet, y dos innovadores conceptos de entretenimiento «Las Vegas» y «Hollywood» con joyerías, perfumerías, librerías, tiendas de tecnología, telefonía, fotografía, entre otros, que atraían a grandes masas. Ya no existen. El San Ignacio es hoy un centro comercial donde las cafeterías son la regla y el público que las llena, la excepción; el gimnasio es de los pocos espacios que mantiene vivo el lugar, así como el conglomerado de oficias que hacen vida en las dos torres que completan su estructura.
La desocupación y el interior del país
«El promedio de los 131 centros comerciales que están registrados en la Cámara es de 10 a 12% de desocupación», comentó la directora ejecutiva de Cavececo, aunque hay algunos que «tienen porcentaje de cero y otros del ochenta». «Y claro, puede que varios de estos conceptos estén cerrando, porque en el país vivimos de un boom o de modas, como el de los bodegones o el de los helados de yogurt, por ejemplo. Pero 19 años en Cavececo me han hecho ver que, así como cierran unos, abren otros, o se reinventan».
El centro comercial es un ser vivo, comentó. «El que se queda estático es el que muere, así que si esta realidad afecta a los centros, puedo decirte que no es porque el consumidor, en sí, haya cambiado. Lo que cambió fueron los niveles de exigencia y todo gracias a la pandemia», dice.
Esta es la razón por la que repite que mucho del éxito conseguido en el transcurso del año se debe al trabajo que han hecho los propietarios, inquilinos y arrendatarios. Trabajando en conjunto, insistió, encuentran formas creativas de promocionar sus marcas y ofrecer sus bienes y servicios a un público reducido.
«La inflación, devaluación de la moneda y problemas de consumo existen, pero ahí es donde debe aparecer la experticia y la creatividad del comerciante. Todo tiene que ver con la variedad de la oferta, qué se ofrece y, sobre todo, la atención al cliente».
Centros comerciales como Parque Cerro Verde, Sambil de Chacao y La Candelaria, son ejemplos de que, actualmente, el consumidor busca algo más a nivel de experiencia. «Si te vas a las ferias de los centros comerciales más nuevos, ahora las han replanteado. Hay restaurantes no solo comida rápida’, locales que antes uno nunca imaginaba», dijo Claudia Itriago. La renovación, la oferta de valor y la adaptación, asegura, son el secreto del éxito.
Este trabajo se está haciendo, cuenta, tanto en la capital como en el interior del país. Pero hay grandes diferencias.
«Antes había mucha afluencia. La gente paseaba cualquier día de la semana, pero la falta de gasolina, agua o electricidad, ha contribuido a que el consumidor tome decisiones de un modo más racional». Ahora, comentó, viernes y fines de semana planifica sus viajes para, en un día, hacer todas sus diligencias: compras (ropa y víveres), visitas a bancos, entretenimiento de los niños.
“Lo que antes era un viaje espontáneo, en el interior del país se planifica”
En redes sociales son muchas las referencias que comensales o visitantes hacen de los espacios que se mantienen, aún si saber cómo, en pie. El panorama es desolador. El silencio reina y el poco ruido que se escucha es el de las escaleras eléctricas vacías o alguno que otro murmullo; el plateado de las rejas cerradas de las tiendas le gana al color de las pocas que siguen abiertas y en donde no hay quien desordene o ensucie las mesas en las ferias de comida.
Centros comerciales, último trimestre
Para Claudia Itriago, los tres últimos meses del años son los más importantes a nivel comercial. «Esperamos diciembre con mucha expectativa», señala. Promueve la celebración del acostumbrado Black Friday en todos los centros comerciales y el 7 de noviembre el Congreso Cavececo, que sirve como vitrina hacia el país.
Aunque tampoco tenga a mano cifras oficiales que den cuenta de la cantidad de personas que han visitado centros comerciales durante lo que va de 2023, comentó que en 2022 se ubicaron en 1 millón 200 mil personas en todo el país. Esperan que las cifras de este año sean positivas. «El venezolano está acostumbrado a comprarse sus cosas, sacamos del dinero de donde sea, pero las adquirimos. Es algo que nos gusta, está en el ADN».
Destacó Itriago que el único país que habla con propiedad de sus centros comerciales es Venezuela. «Mi meta personal es encaminarnos –como industria– a ser lo que éramos antes: un gremio 5 estrellas».
Trabajan con el Ministerio de Comercio e incluso con el de Comercio Exterior. «Solos no podemos, es una suma de voluntades. Necesitamos liberar algunos aranceles y que nos otorguen créditos. Necesitamos volver. Y en eso estamos, avanzando. Como dice nuestro presidente, Alfredo Cohen, con paciencia y creatividad todo se puede».
«Mi llamado es a seguir construyendo país. Los centros comerciales trabajan por y para la comunidad; nos desvivimos por nuestros visitantes. Son el primer empleo del estudiante, del vecino que es taxista y está en una línea, del emprendimiento que comenzó mi mamá con unas donas… Producimos beneficios a la comunidad y generamos empleos. Nosotros tenemos 620 mil empleos directos. Mejoramos el entorno: donde hay un centro comercial hay seguridad, una plaza cuidada, sana diversión y recreación. Hay oportunidad».