El objetivo de relanzar Petrocaribe, un programa de suministro de petróleo y productos refinados de Venezuela a países caribeños y centroamericanos suspendido en 2019, enfrenta varias limitaciones, principalmente la merma de la producción de crudo y de refinación de la nación, así como las sanciones estadounidenses.
La idea de reactivar esta alianza, que contemplaba precios flexibles y facilidades de pago, la ha insinuado el gobierno venezolano este año en varias oportunidades, la más reciente el 8 de julio, cuando Nicolás Maduro, en compañía de la primera ministra de Barbados, Mia Mottley, aseguró que más temprano que tarde Petrocaribe va a reverdecer.
El propósito de su relanzamiento, según el mandatario, es el de garantizar estabilidad y una seguridad integral y estratégica de toda la región del Caribe.
Caída de la producción
El economista Francisco Monaldi, director del programa latinoamericano de energía del Instituto Baker de la Universidad de Rice, explicó a Efe que la capacidad de volver a activar Petrocaribe es limitada, y es improbable que el mecanismo vuelva a funcionar de la misma forma que lo hacía antes por varias razones.
«La primera es que Venezuela tenía una capacidad instalada de más de un millón de barriles diarios de procesamiento de crudo en sus refinerías y refinaba un poco menos de eso, pero hoy refina apenas 250.000 barriles diarios», dijo.
Mientras estuvo en funcionamiento el mecanismo, el país también exportaba productos refinados, algo que actualmente no tiene capacidad de hacer porque no puede ni siquiera suplir el mercado interno de, por ejemplo, gasolina.
Otra limitación es la caída de la producción petrolera respecto a cuando fue creado el programa, en 2005, de una media de 2,631 millones de barriles por día (bpd).
Fuentes oficiales recogidas en el más reciente informe de la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP) indican que Venezuela produjo 796.000 bpd en junio.
«Cuando Venezuela le exportaba a Petrocaribe, producía más de 2 millones de barriles, incluso producía 2,8 millones de barriles cuando llegó Maduro al poder. Entonces, estar subsidiando a otros países es extremadamente difícil», afirmó el experto.
Venezuela «tampoco tiene los recursos para estar subsidiando a estos países de manera como lo hacía en el pasado».
Las sanciones
El programa quedó suspendido en 2019 debido a las sanciones estadounidenses a Venezuela y la disminución de la producción de petróleo en el país, entre otras razones.
El economista señaló que Estados Unidos tiene que dar una licencia a esos países, que están sufriendo por los altos precios de la energía, para que puedan comprar crudo y productos refinados.
«Pero hacer otra vez a los países del Caribe dependientes de Venezuela y que por tanto voten con Venezuela en los organismos internacionales, no sé si está en el interés de Estados Unidos. Así que no estoy seguro de qué tan flexibles van a ser las autoridades estadounidenses con el tema de facilitar ese proceso», dijo.
En febrero, los líderes de los países miembros de la Comunidad del Caribe (Caricom) acordaron, en el contexto de la relación bilateral con Estados Unidos, instar a que se eliminen las sanciones a Venezuela para permitir que las naciones de la región se beneficien de la iniciativa Petrocaribe, según un comunicado emitido entonces.
Posteriormente Caracas agradeció a la Caricom por su exhortación al levantamiento de las sanciones, en pro de la seguridad energética de la región.
A juicio de Monaldi, Maduro «va a seguir hablando del tema porque, desde el punto de vista geopolítico, le conviene dar la esperanza y crear la expectativa de que él puede volver a recuperar Petrocaribe para que estos países estén alineados con su política exterior».
«Puede ser que Maduro, de todas maneras, lo quiera usar como una herramienta geopolítica, tratar de darles esperanzas de que algo de eso va a ocurrir, pero va a ser difícil que tenga ni remotamente los niveles que tuvo en el pasado», reiteró.
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