El presidente de El Salvador, Nayib Bukele, llamó este martes a invertir en «bonos volcán». Así es como él denomina los papeles de deuda en bitcoin equivalentes a 1.000 millones de dólares que su país emitirá en el primer semestre de 2022.
«¡Invierte en bonos volcán y ‘haz que el mundo sea un poco más difícil de vigilar’!», escribió, en inglés, el mandatario en Twitter.
El bitcoin es moneda de curso legal en El Salvador desde septiembre, a la par del dólar.
Bukele los denomina «bonos volcán» porque espera que el volcán Conchagua sea usado como fuente de energía geotérmica para hacer funcionar su Bitcóin City, una ciudad que planea construir en el oriente del país y que se financiará con esos bonos.
Para el mandatario, el bitcoin es una criptomoneda que «arregla el colonialismo», en alusión a la supremacía del dólar de Estados Unidos, país con el cual el gobierno de Bukele mantiene de momento una relación tirante.
El ministro de Hacienda, Alejandro Zelaya, señaló este martes que «se espera el momento adecuado» para hacer la emisión de bonos, y que será el presidente Bukele quien diga cuándo.
Sobredemanda
Zelaya aseguró que «ya hay compradores interesados» y hasta hay sobredemanda. «Yo lo sigo manteniendo, vamos a sobresuscribir», dijo el funcionario, y estimó que la demanda del mercado para comprar los papeles de deuda en bitcoin alcanzará los 1.500 millones de dólares; es decir, un 50% más de lo ofrecido.
A su juicio, «la fecha ideal» para sacar los bonos al mercado es entre marzo y abril o durante «el primer semestre» del año.
Cuando El Salvador convirtió al bitcoin en su moneda de curso legal, este era equivalente a unos 44.000 dólares. Se cotizó sobre los 61.000 dólares en octubre, y Bukele usó las ganancias para construir una veterinaria pública. Sin embargo, el bitcoin cayó y se cotiza actualmente en torno a los 42.800 dólares.
El Fondo Monetario Internacional (FMI) urgió en enero a El Salvador retirar el bitcoin como moneda de curso legal, señalando «grandes riesgos asociados» al uso de la criptomoneda. El gobierno de Bukele negocia con el FMI un préstamo de 1.300 millones de dólares para sanear sus arcas.
Las relaciones entre El Salvador y Estados Unidos, uno de los principales aportantes al Fondo, han sido tensas en los últimos meses. Sobre todo luego de que el gobierno de Bukele removió en mayo de 2021 con ayuda del Congreso al fiscal general y a magistrados de la Sala Constitucional de la Corte Suprema, decisiones que Washington considera «antidemocráticas».