La Academia Nacional de Ciencias Económicas (Ance) expresó su opinión sobre el aumento del salario mínimo decretado por Nicolás Maduro el 1° de mayo de 2021. A través de un documento la institución señala que la cifra luce como una burla hacia los trabajadores, quienes quedan al cuidado de la caridad para poder mantenerse en Venezuela.
“La nueva remuneración, de Bs. 10 millones representa un incremento nominal de 177% con respecto al monto existente, aprobado hace apenas tres meses”, explicaron en el texto.
La cifra, continuó Ance, alcanza 3 dólares mensuales conforme al tipo de cambio oficial existente para la fecha. En el resto de Suramérica esta remuneración básica para la subsistencia supera los 200 dólares mensuales. En Chile, por ejemplo, las personas reciben hasta 440 dólares mensuales.
“Tomando en cuenta la comparación anterior, presentar este aumento del salario mínimo como una acción solidaria con la clase obrera, luce como una burla. Deja a los trabajadores al cuidado de la caridad privada o de las irregulares e incompletas bolsas de alimentación gubernamentales (CLAP)”, denunciaron.
El mecanismo de las bolsas CLAP algunos analistas lo interpretan como una fórmula de control social de los sectores más pobres. Por ello, los mecanismos de incremento salarial son, además, intrínsecamente perversos, a juicio de la institución.
“Al carecer de medios de financiamiento, dado el colapso de la economía y la situación de default, termina recurriendo a la emisión monetaria propiciando una fuente endógena de alimentación inflacionaria que arruina aún más el poder adquisitivo del salario. La verdadera solidaridad con los trabajadores implica proceder, de inmediato, a rectificar el marco de políticas existentes para poder abatir, cuanto antes, la inflación”, explicaron.
En el comunicado también señalaron que desde abril de 2013, cuando Maduro ocupó la Presidencia, la capacidad adquisitiva real del salario mínimo se ha reducido en torno a 90%, según los índices de precio que publica el BCV.
Soluciones a la crisis
“Ance ha insistido reiteradamente en la necesidad de instrumentar un programa de estabilización macroeconómico. También se necesita una reestructuración de todos los pasivos externos para combatir la inflación. Se debe estabilizar el mercado cambiario y colocar a Venezuela en una senda de crecimiento sostenido”, propusieron.
A su parecer, es necesario restablecer los equilibrios en la economía, avanzar en la reconstrucción institucional del país y generar un ambiente de confianza. Para ello, se necesitan condiciones favorables que devuelvan al país a las inversiones productivas.
“La profundidad del colapso de la actividad económica, reducida a apenas la cuarta parte desde 2013, requiere de un significativo ingreso de recursos foráneos. De esta forma, se podrá librar el Estado del financiamiento monetario del déficit público, financiar las inversiones y rescatar el poder adquisitivo”, evaluaron.
Y agregaron: “De acometerse las acciones y reformas requeridas, el panorama económico resultante tendría un efecto expansivo. Además, colocaría a Venezuela en la senda de un crecimiento sostenido, acorde con su potencialidad. Es hora de superar la forma poco responsable con la que se han manejado la gestión pública en Venezuela y se instrumente un programa viable y creíble, con apoyo internacional”.
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