ECONOMÍA

Agricultura familiar: una alternativa para la alimentación de los niños en las escuelas públicas

por Avatar FAO

Cada día Carmen Bastidas llega a la escuela a las 7:00 am y se retira a las 6:00 pm. Ella es la directora de la Escuela Técnica Agropecuaria (ETA) Cimarrón Miguel Gerónimo Guacamaya, ubicada la población de Capaya, municipio Acevedo, del estado Miranda, a unos 93 kilómetros de Caracas.

La ETA, que alberga a 635 estudiantes, es una de las instituciones que participa del proyecto que llevan a cabo la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO), el Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (Unicef) ​, con recursos financieros de la Unión Europea (UE).

El objetivo es la puesta en marcha de un modelo sustentable que permita la complementariedad de los menús del Programa de Alimentación Escolar (PAE) a través de la compra directa de alimentos frescos provenientes de la agricultura familiar local.

La Escuela Técnica Agropecuaria Cimarrón Miguel Gerónimo Guacamaya alberga a 635 estudiantes. Foto: FAO

Mujer y alimentación

Bastidas no solo es la directora, también es maestra, madre de dos hijos, esposa, sembradora de cacao y líder de su comunidad.

Su jornada diaria no termina en la escuela. También asiste a reuniones en las que se organizan para tramitar la solución a problemas que atañen a la comunidad. Después de todo eso, regresa a su casa.

Ella no es una excepción, ya que según sus propias palabras “en esta comunidad, las mujeres llevamos la batuta en todo. No le tememos a los compromisos”.

Se estima que en Venezuela, 20% de la producción agropecuaria está a cargo de una mujer. Estudios de la FAO evidencian que esta proporción viene aumentando en toda la región, lo que otorga mayor autonomía económica a las mujeres, así como a la seguridad alimentaria y al bienestar de la sociedad.

“Las mujeres representan aproximadamente a la mitad de la mano de obra agrícola, son agentes del cambio y crean resiliencia. Sin embargo, todavía existe una brecha de género”, precisa otro informe de FAO titulado: Empoderar a las mujeres rurales para potenciar la agricultura.

Por su parte, el principio de no dejar a nadie atrás, presente en toda la Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible, prioriza la participación y la toma equitativa de decisiones entre hombres y mujeres en instituciones rurales, a la hora de desarrollar leyes, políticas y programas.

agricultura familiar

“La agricultura familiar, sin duda alguna, garantiza los alimentos de la familia y la comunidad”, asegura Carmen Bastidas. Foto: FAO

La agricultura familiar ayudó a la integración

Bastidas señala haberse enamorado del proyecto desde la primera visita que la FAO hizo a la ETA.

“El primer cambio visible ha sido la integración de la comunidad. Desde que iniciaron los talleres de formación, nuestros vecinos se involucraron de tal manera que ahora hacen vida en la escuela. No quieren irse”, sonríe la maestra.

Además de enseñar a los más de 600 niños y jóvenes que estudian en esta escuela técnica, Bastidas explica que una de las labores más arduas consiste en garantizarles alimentación.

El proyecto que se ejecuta en la ETA, alcanza a unidades educativas y Escuelas Técnicas Agrícolas, en los estados Miranda, Falcón, Portuguesa, Lara y Zulia, y busca fortalecer el programa gubernamental de alimentación escolar por medio del consumo de alimentos autóctonos, cosechados en las tierras cercanas a la escuela por productores locales.

“La agricultura familiar, sin duda alguna, garantiza los alimentos de la familia y la comunidad”, asegura la maestra.

“Nuestra tarea es cuidar de esos alimentos y prepararlos de forma sana para los estudiantes”, agrega.

Proyectos como el que se ejecuta con las escuelas técnicas, resultan necesarios para encontrar soluciones resilientes, que permitan atender los problemas urgentes de las comunidades más vulnerables y ayudar a alcanzar los Objetivos de Desarrollo Sostenible, como la soberanía alimentaria y el hambre cero.