La Academia Nacional de Ciencias Económicas expresó el lunes su preocupación por el crítico nivel de ingresos de los venezolanos. Hace un año, señaló, el salario mínimo mensual equivalía 30 dólares, y actualmente apenas supera los 5 dólares, una situación que revela la deplorable remuneración de una parte importante de la población, muy por debajo de las condiciones mínimas de existencia.
“Es preocupante el deterioro del poder de compra de aquellos que dependen de sueldos y salarios o de rentas fijas ante el alza incontrolada de los precios. Ello es particularmente grave para los empleados del sector público, los pensionados y jubilados y aquellos que dependen de un salario mínimo”, dijo la Academia en un comunicado.
Salario perdió 80% de su valor
Indicó que, aún cuando el Banco Central de Venezuela no ha publicado cifras de inflación posteriores a octubre 2022, estimaciones concluyen que el ajuste en el salario mínimo en marzo pasado habría perdido más de 80% de su capacidad adquisitiva para finales de febrero de este año.
Las razones, de acuerdo con los expertos, se asocian a la fuerte contracción de la actividad económica del país, reducida a la cuarta parte de la registrada en 2013, aproximadamente. Además de los desequilibrios acumulados en el ámbito monetario, fiscal y cambiario que han provocado un alza en los precios de los bienes y los servicios hasta desembocar en la hiperinflación registrada entre noviembre de 2017 y diciembre de 2021.
“Ello ha ocurrido en el contexto de una producción petrolera muy disminuida y del aislamiento virtual del Estado venezolano de las principales fuentes de financiamiento internacional, dada la cesación de pagos de la República y de Pdvsa sobre sus deudas y obligaciones”, añadieron en el documento.
Reservas internacionales agotadas
La Academia Nacional de Ciencias Económicas explicó asimismo que los ingresos externos son precarios y su efecto lo agrava el ahogo del crédito internacional. Además, afirmó que es claro el agotamiento de las reservas internacionales reportadas por el Banco Central de Venezuela, a lo que se le suma la ausencia total de información sobre los activos del Bandes y del Fonden que tradicionalmente tenían en el exterior.
“En esas circunstancias, las remuneraciones están constreñidas por la productividad laboral, sumamente baja en la economía venezolana como resultado de las medidas de desestimulo y acoso a la actividad productiva aplicadas durante años por el Estado. Pero el nivel de remuneraciones se resiente aún más por la instrumentación de la política antiinflacionaria, de fuerte corte contractivo, aplicada en los últimos años”, dijo.
Las autoridades venezolanas han intentado contener la liquidez monetaria con la intención de estabilizar el tipo de cambio y “anclar” los precios, reduciendo drásticamente el crédito bancario y el gasto público sin que se logre reducir la dependencia del financiamiento monetario del déficit fiscal, indicó.
Por eso, expuso, es muy escaso el financiamiento a la actividad económica, el deterioro de los servicios públicos es severo y hay un rezago significativo en las remuneraciones a los empleados del Estado con relación al alza de precios.
Sería difícil recuperar la confianza
Los académicos manifestaron que será muy difícil recuperar la confianza en la economía, incentivar la inversión privada y la generación de puestos de trabajos bien remunerados si no se optimiza la dimensión del Estado en función del disminuido tamaño de la economía, se impulsa la eficiencia en la gestión de sus recursos, se combate la corrupción y se recupera la credibilidad en la política económica y las instituciones responsables.
Esas, enfatizaron, son las vías para poner fin a los aumentos salariales por decreto, financiados con improvisados impuestos regresivos o la emisión monetaria sin respaldo productivo, que perpetúan las presiones inflacionarias, y no se reflejan en una mejora del poder de compra de los trabajadores.
Es necesario un cambio
Los economistas insistieron, ante los planteamientos anteriores, en la necesidad de que ocurra un cambio fundamental en la orientación de las dinámicas económicas, basado en la restitución del Estado de derecho. Eso, afirmaron, implica la redención de los derechos civiles y económicos contemplados en la Constitución, así como la transparencia y rendición de cuentas del uso de los recursos públicos para restablecer la confianza requerida para promover la inversión e incentivar la actividad productiva.
“Avanzar en el respeto pleno al Estado de derecho lo han planteado aquellos gobiernos que han impuesto sanciones al BCV, Pdvsa y otros entes públicos, como condición fundamental para su flexibilización. Ello abrirá las puertas a las posibilidades de restablecer las relaciones de la República con los organismos financieros multilaterales”, consideraron.
Indicaron asimismo que con ello se podría llegar a acuerdos con los acreedores internacionales con el objetivo de reestructurar la deuda pública externa, junto con la concertación de un programa de estabilización y reformas estructurales orientadas a la rápida recuperación del país.
“El restablecimiento pleno de las garantías constitucionales debería ofrecer, también, condiciones para confiar en la restitución de las posibilidades de alternabilidad en la conducción del Estado por medios electorales, contemplados en los Principios Fundamentales de nuestra Carta Magna, base para la consolidación de nuestra democracia y la concertación de acuerdos para la recuperación económica y social del país”, señalaron.