Yulimar Rojas parecía invencible para los Juegos Olímpicos de París-2024, donde buscaría revalidar el oro del salto triple ganado en Tokio-2020, pero una lesión la obliga a abdicar.
La atleta venezolana, sin rivales que le hicieran sombra mientras apuntaba a convertirse en la primera mujer en romper la barrera de los 16 metros, cede ante un adversario inesperado: una lesión en el tendón de Aquiles izquierdo sufrida durante un entrenamiento.
«Mi corazón está roto», expresó Rojas, de 28 años de edad, en el comunicado en el que anunció su baja de la cita olímpica.
⚠️ ¡COMUNICADO! 📢
Nos vemos pronto, con los mismos sueños y ganas.
Con amor: Yulimar Rojas 💙 pic.twitter.com/sOzRLjmfun
— Yulimar Rojas (@TeamRojas45) April 12, 2024
Dueña del récord mundial del triple salto femenino, 15.74 metros, fijado en pista cubierta el 20 de marzo de 2022, Rojas venía de un 2023 dominante, en el que ganó un cuarto campeonato mundial al aire libre y un tercer título en la Liga de Diamante.
Tuvo la mejor marca mundial de 2023, 15.35, muy lejos de sus competidoras. La jamaicana Shanieka Ricketts, con 15.03, y la ucraniana Maryna Bekh-Romanchuk, con 15.00, fueron las únicas capaces de superar los 15 metros junto con ella el año pasado.
Del ranchito a la gloria
Nacida el 21 de octubre de 1995 en Caracas, Rojas llegó a la ciudad costera de Puerto La Cruz cuando la entonces boyante industria petrolera del área atrajo a su padrastro, Pedro Zapata, el hombre que la crió y a quien llama papá.
Creció en la barriada popular de Pozuelos, en un «ranchito», como llaman los venezolanos a humildes casas de bloques y techos de zinc en zonas pobres.
«Cuando llovía, tambaleaba el techo y nos mojábamos», recuerda la deportista. «Me daba miedo».
«Desde pequeña esa muchacha era buena en todo: kickingball, pelotica e’ goma (frontón), básquet, sóftbol, fútbol, todo», relató Zapata en 2021 a la AFP.
Este exboxeador profesional fue quien llevó el gusto por el deporte al «ranchito» de Pozuelos, que acabó siendo arrastrado por el viento y la lluvia cuando la familia Rojas ya se había marchado.
El primer gran amor de Rojas, que creció hasta alcanzar los 1,92 metros de altura, fue el voleibol; pero un entrenador de atletismo, Jesús Velásquez, logró reclutarla.
Y en 2012 quedó asombrada ante el oro olímpico de Limardo y se propuso tomar más en serio el deporte: «Me metí en la cabeza que quería eso».
Su vida cambió definitivamente en 2015, cuando Facebook le propuso como «amigo» a Iván Pedroso, el multicampeón cubano del salto largo.
Ella le mandó un mensaje diciéndole que era su ídolo y la estrella cubana, para su sorpresa, le respondió que la venía siguiendo desde hace tiempo y que deseaba trabajar con ella en España, donde firmó con la sección de atletismo del FC Barcelona.
Rojas se sumó en Tokio-2020 al boxeador Francisco ‘Morochito’ Rodríguez en México-1968, el taekwondista Arlindo Gouveia en Barcelona-1992 y el esgrimista Rubén Limardo en Londres-2012 en el exclusivo club de venezolanos con preseas de oro olímpicas.
Había conquistado plata en Río-2016, superada únicamente por la anterior monarca del salto triple, la colombiana Caterine Ibargüen.
Ha ganado cuatro campeonatos mundiales al aire libre (2017, 2019, 2022 y 2023) y tres en pista cubierta (2016, 2018 y 2022) y se ha llevado los últimos tres títulos de la Liga de Diamante (2021, 2022 y 2023).
Si bien es muy cuidadosa con su vida personal, defiende con orgullo a la comunidad LGBTI.
Rojas, una mujer de retos
Rojas se había planteado un desafío extra: competir en París-2024 en una prueba adicional al salto triple, el salto largo.
«Yo soy una mujer de retos (…), para mí doblar en unos Juegos Olímpicos es un sueño», aseguraba.
Su lesión cambia el panorama.
«Hoy me toca parar, entender esto, recuperarme y volver con mucha fuerza para continuar volando juntos», expresó Rojas en el comunicado en que el que anuncia su lesión.
Y como una mujer de retos, mira desde ya hacia el futuro: «Nos vemos pronto, con los mismos sueños y ganas».
El periodismo independiente necesita del apoyo de sus lectores para continuar y garantizar que las noticias incómodas que no quieren que leas, sigan estando a tu alcance. ¡Hoy, con tu apoyo, seguiremos trabajando arduamente por un periodismo libre de censuras!
Apoya a El Nacional