Mike Rojas declaró a periodistas venezolanos que su plan es cumplir con el contrato que tiene firmado con los Leones y dirigir por tercera temporada consecutiva el equipo donde jugó su padre. Lo ha dicho públicamente al menos dos veces. Pero en el alto mando del Caracas saben que hay complicaciones y ya no dan por seguro la vuelta del estratega.
El timonel de origen cubano reaccionó rápidamente cuando la MLB excluyó a Venezuela del Acuerdo de Beisbol Invernal con las Grandes Ligas. La medida hace que jugadores, técnicos y empleados bajo contrato en las Mayores y en las Menores no puedan ser parte de la temporada 2019-2020 de la LVBP.
Rojas, que ya no dirige en la pelota organizada, sino en México, aseguró sin ambages que sí tomará las riendas de los melenudos. Un mes después de esas palabras, el panorama no ha evolucionado para bien.
“El caso Rojas aún no está resuelto del todo”, admitió Luis Ávila, presidente de los capitalinos, al ser consultado por El Nacional. “La decisión habrá que tomarla en breve, considerando una multiplicidad de factores presentes, la mayor parte de los cuales no tienen que ver con el beisbol. En otras palabras, a pesar de lo declarado por él, aún no hay seguridad alguna del ritmo que tomarán las cosas”.
Aunque Cookie Rojas, el padre del manager felino, es una leyenda nacida en Cuba, su vástago vio la luz en Estados Unidos. Su nacionalidad le pone en el mismo disparadero que el de sus compatriotas peloteros de ligas independientes, como Logan Darnell, el zurdo de los Bravos de Margarita, que se encuentra en similar predicamento.
El panorama es mucho más complicado para los Leones, pues también el coach de banca, Howard Johnson, y el instructor de pitcheo, Greg Sabat, son estadounidenses.
“Las circunstancias no son las mejores, pero hay que remar a pesar de la corriente”, apuntó Ávila.